Guy Sorman: "Creo que ésta ha sido una década perdida para la Argentina"
El economista y filósofo francés afirma que el Gobierno no cree en su propio modelo porque, si no, no manipularía las estadísticas del Indec y que el país vive en una democracia sin república
La Argentina sufrió una "década perdida" desde el inicio del kirchnerismo, disparó el economista y filósofo francés Guy Sorman, y agregó que si el Gobierno creyera en las virtudes del modelo, no manipularía las estadísticas.
En una entrevista con LA NACION, Sorman, durante un reciente paso por Buenos Aires, dijo además que se terminó la "suerte" para el Gobierno, pero aclaró que la oposición no podrá superar los problemas del país si no comprende la importancia del respeto por la ley y por la estabilidad de la moneda nacional.
-¿Se pueden explicar estos 10 años del gobierno de Kirchner sobre la base de los malos resultados de gobiernos previos más cercanos a las ideas del mercado y a Estados Unidos?
-Este régimen es muy extraño porque está en contradicción con el resto del mundo, incluyendo la mayoría de los más importantes países de América latina, que se acercaron más a Estados Unidos y a un consenso que indica que tanto la democracia, la globalización y el respeto por la ley son positivos. Esta es una democracia pero sin república: la gente vota y nadie puede negar que ambos Kirchner ganaron las elecciones con los votos, pero eso no significa que haya una República.
El camino de debilitar las instituciones va en contra de las perspectivas económicas de mediano plazo y perjudica a la gente más pobre, que cada vez más depende de la asistencia pública y no de la iniciativa privada. Y, a nivel geopolítico, el país está completamente aislado: tener buenos vínculos con Venezuela e Irán no lo ayudan. Por todas estas razones, creo que esta ha sido una década perdida para la Argentina.
En el caso de la economía, el país cada vez depende más de la producción de la soja, mientras que no hay nuevas inversiones para la industria, porque además el país no paga las deudas del pasado. En términos políticos, además, hay un nivel de agresividad que no se veía en el pasado en la democracia, como resultado de estos 10 años.
-Pero el país creció fuerte desde fines de 2002 hasta 2008.
-Es verdad, el crecimiento se debe a que la recesión previa fue muy fuerte, así que la base de comparación siempre será positiva frente a la última crisis. El gobierno de los Kirchner tomó ventaja de las inversiones previas en infraestructura y de la salida de la recesión.
Además, éste fue un extraordinario período de crecimiento para todo el mundo, que se está terminando: China no crecerá al 12% y el mundo vuelve a crecer a una tasa normal, del 2% en promedio. En política hay que tener suerte y los Kirchner tuvieron mucha suerte. Pero ahora se ve en el país bajo crecimiento y alta inflación, por lo que la luna de miel para este gobierno se terminó.
-El Gobierno siempre se jacta de haber logrado crecer por no haber seguido las políticas del consenso de Washington.
-Es que esta idea del "consenso" supone que acá hubo políticas impuestas desde Estados Unidos y en realidad se trató de economía clásica, que dice que el libre mercado, una moneda fuerte y el respeto al derecho de propiedad, combinados, funcionan en todo el mundo. Y los países que fueron en contra de este consenso realmente no propusieron ningún modelo alternativo. Por ejemplo, Venezuela vivió de una ilusión por los altos precios del petróleo que ya no están más, así que Hugo Chávez desapareció en un momento apropiado. Además, Venezuela vivió de la exportación del petróleo a Estados Unidos, así que estas críticas son bastante hipócritas; lo mismo se puede decir de la Argentina: no vi a los Kirchner proponer un sistema mejor.
-¿Conoce otra experiencia de manipulación de las estadísticas públicas tan extensa como la que sufre la Argentina desde 2007?
-En una sociedad democrática no; sí en China, donde el gobierno aún manipula las estadísticas. Y era común en la Unión Soviética o en Alemania Oriental, pero en el resto de los países, en los democráticos, las organizaciones que recolectan y procesan los datos son independientes y neutrales. Es un caso único, que, además, demuestra que el Gobierno no cree en su propio modelo. Si fuera de otro modo, no necesitaría manipular las cifras.
-¿Por qué la Argentina pasó de un populismo conservador en los 90 a uno presuntamente progresista en esta década?
-Es una característica muy extraña de la sociedad argentina, que antes compartían otros países, pero que en el resto de la región está desapareciendo y aquí no. Dado que ningún gobierno pudo sostener el crecimiento por mucho tiempo en el país, el populismo reemplazó los proyectos de crecimiento a mediano plazo.
-¿Por qué su último libro se llamaDiario de un optimista?
-Basado en los hechos que vi desde que cayó el Muro de Berlín: siempre se decía que el destino mundial era que China e India serían pobres, o que el mundo árabe amaba el despotismo, pero estamos viendo lo contrario: más democracia y más desarrollo económico y social en países que no pertenecen a la cultura occidental.
-¿Y sobre la Argentina es optimista?
-Siempre hay una chance, aunque el país tuvo muchas subas y bajas. Además, parte de la sociedad argentina no tiene suficiente compromiso: dice vivir acá, pero no lo siente como su país. El futuro depende de entender cuál es el problema, antes de criticarlo. Y eso pasa con la oposición a los Kirchner: necesitan demostrar que hace falta respetar la ley y una moneda con valor; y con esas ideas se puede reconstruir el país en forma rápida.
"No hay una crisis global"
Guy Sorman rechazó la idea de que haya una crisis global o que la recesión se deba a las políticas de libre mercado. "Miles de campesinos chinos, indios o africanos salieron de la pobreza por la economía de mercado. Además, no hay crisis global; hubo una crisis financiera en 2008, como ocurre cada 10 años y, siempre que pasa, se dice que es el fin del capitalismo."
Agregó que "cada vez más países quieren estar en la Unión Europea por la estabilidad monetaria y el derecho de propiedad, no las guerras del pasado. La crisis es del excesivo Estado de Bienestar".
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