Guste o no, el plan de Caputo está escrito y se sigue a rajatabla
A cuatro meses y dos días de iniciado el Gobierno, el mercado empieza a tener algunas certezas de la gestión libertaria
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La soja podrá ser peronista, pero los bancos podrían resultar ser mileístas. Un dato empezó a generar cierto alivio en las últimas horas en el equipo económico, que se ilusiona ahora con poder sostener el superávit fiscal registrado en el primer trimestre del año hasta junio, sin tener que seguir poniéndole más tensión a la licuadora. Y es que comenzaron a llegar las declaraciones juradas de los bancos por las ganancias obtenidas en 2023, con resultados por encima de los previstos. Según adelantan, en su conjunto, el sistema financiero podría aportarle al Tesoro más de un billón de pesos adicional a lo que estaba previsto. Paradojas de la economía: los miles de millones de pesos en Leliqs que terminó pagando Alberto Fernández, y que supuestamente iban a ser para los jubilados, le darán un empujón más que importante a Javier Milei.
Después del fortísimo ajuste registrado en los últimos meses, el Gobierno tendrá en junio tal vez su mes más desafiante en materia fiscal, no sólo porque ese mes se ajustan las jubilaciones sino porque es cuando el Estado debe pagar aguinaldos. Pero, a cuatro meses y dos días de iniciado el gobierno, el mercado empieza a tener algunas certezas de la gestión libertaria:
–Para empezar, el programa económico de Luis Caputo está siguiéndose casi al pie de la letra con respecto a lo que se había ideado antes de que en la Argentina Milei asumiera la presidencia. En la City, no pocos recuerdan una charla que hacia fines de noviembre dio el ahora presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, para clientes del Banco Comafi. “Habrá tasa positiva en dólares para anclar expectativas, que idealmente será real positiva pensando en la inflación macroeconómica, pero inevitablemente negativa contra la inflación de los primeros meses”, explicaba entonces Bausili. En esa línea, ayer el BCRA bajó su tasa de interés de referencia, del 80 al 70%. La tasa en pesos está lejos de alcanzar la inflación, pero con el dólar planchado es más que atractiva medida en moneda dura.
–La fuerte baja de tasas en pesos está llevando a que algunas entidades empiecen a ofrecer en pequeñas dosis créditos a tasas realmente agresivas. El Galicia fue el primero, pero ayer también el Nación sorprendió con promociones con tarjeta con descuentos de hasta 25% y seis cuotas sin interés para la compra de indumentaria. No son los únicos. Parece una suerte de reedición de los “Super Miércoles” o “Vamos los Jueves” o las mega promos bancarias con tarjeta que supieron impulsar el consumo tras la crisis de 2001. Los bancos saben, en definitiva, que el negocio de financiar al Estado no será eterno. Aunque a la vieja usanza kirchnerista, esta semana, el BCRA apeló a un mecanismo contable para habilitar a los bancos a comprar más bonos públicos de cara a la licitación que se hizo ayer. En rigor, volvió a ofrecerles a las entidades un seguro, o PUT como se conoce en la jerga financiera, para que adquieran los bonos que esta semana emitió el Tesoro.
–También Bausili había descartado en su momento cualquier iniciativa de desdoblamiento cambiario. “No habrá desdoblamiento formal, no hay dólares para abastecer la demanda en el libre. Se manejará y simplificará el sistema actual, conviviendo con el cepo”, había dicho entonces. Las reservas netas, aunque vienen creciendo en US$8700 millones en el trimestre, seguirían siendo levemente negativas, a juzgar por el cálculo del Fondo Monetario Internacional (FMI), tal como informa hoy Javier Blanco en LA NACION. Se entiende luego que Milei, con poco tacto, haya descartado de plano la propuesta de Domingo Cavallo, quien públicamente le sugirió avanzar en un desdoblamiento para evitar que se siga atrasando el tipo de cambio.
–El mercado ahora está convencido de que no habrá devaluaciones adicionales en el corto plazo. La apuesta del Gobierno en algunos sectores es ganar competitividad vía la apertura de importaciones y la baja de aranceles, no vía el tipo de cambio. En esa línea apuntan las últimas medidas de rebajas de aranceles para herbicidas y fertilizantes.
–El superávit fiscal no es negociable. Es tal vez la señal más celebrada por los inversores internacionales, aun sabiendo que el equilibrio es producto en gran medida de pisar gastos, como es el caso de la deuda que tiene el Estado con las generadoras de electricidad, y que hoy se estima en más de US$2000 millones. Ya en noviembre, Bausili confiaba en privado que el “80% del recorte necesario no pasa por el Congreso, aunque no es fácil”. Con las generadoras de electricidad, la idea del Gobierno es intentar sostener un flujo mínimo mensual –en marzo se les transfirieron $110.000 millones– hasta tanto se vayan ajustando las tarifas, y en el medio, negociar una salida para la deuda acumulada. En Finanzas niegan que vayan a darles un bono en dólares, como en algún momento trascendió. Entre las empresas, reina el desconcierto. No tienen interlocutores. Si hay algo que empieza a caracterizar la gestión económica es un personalismo absoluto de Caputo, quien delega poco y sólo entre sus hombres de estricta confianza, que vienen trabajando con él desde incluso antes de llegar a la función pública. “Si hay algo bueno es que, por primera, vez Economía funciona con un sólo liderazgo, no hay ministros compitiendo entre sí como en el macrismo; Caputo define todo –explica un hombre que está en el gabinete–. Pero si hay algo malo también es que sólo Caputo define”, resumió.
–Entre los empresarios ya se sabe que la última palabra en materia económica es la de Caputo. Las reuniones con las líneas intermedias o incluso con algunos ministros sólo son protocolares. De ahí, por caso, que en las empresas de medicina prepaga estén esperando reunirse con el ministro de Economía para poder definir cómo seguir con sus políticas de precios. Ayer, volvieron a reunirse funcionarios en la Casa Rosada; la idea del Gobierno sería, más allá de la denuncia que investiga Defensa de la Competencia, avanzar también por vía judicial ante lo que consideran es una presunta cartelización del sector o, cuanto menos, un caso de abuso de posición dominante colectivo. En su cuenta de X, el presidente Milei apuntó directamente a Claudio Belocopitt por el aumento “desmedido” de los precios de las prepagas, y generó una interna en la Unión Argentina de Salud (UAS), cámara que nuclea a las empresas del sector y que preside el dueño de Swiss Medical. Algunos socios están convencidos que si no cambian de interlocutor, no obtendrán buenos resultados en su negociación con el Gobierno. Si solo fuera una cuestión de nombres…
–Otra figura que gana protagonismo en la estructura de Economía es Pablo Lavigne, el secretario de Comercio que viene de trabajar en la consultora del exministro Hernán Lacunza y que ya había trabajado en el exMinisterio de Producción del gobierno de Mauricio Macri. Algunos creen que, una vez que esté avanzada su gestión en la Secretaría –”que para un libertario, no debería existir”, explican–, podría ser candidato a ocupar la dirección de la Aduana, tal vez uno de los puestos más complicados dentro de la estructura estatal, históricamente objeto de fuertes presiones. Lavigne no sólo habría avanzado en la desregulación de una cantidad de sectores, sino que además es el responsable de terminar con la tarjeta SUBE para el transporte.
–El círculo de confianza de Javier Milei no cambia demasiado con los meses. Entre los empresarios, son pocos los que realmente gozan de la intimidad del Presidente. Además de Eduardo Elsztain, dueño de IRSA, se encuentran Alec Oxenford, fundador de OLX; Sebastián Braun y Eduardo Bastitta, de +Colonia y Plaza Logística. Braun y Bastitta viajaron ahora con el Presidente a Miami –también tendrían previsto participar del Latam Tech Forum, en la misma ciudad–, ya lo habían acompañado en septiembre del año pasado en su viaje a Nueva York, cuando antes de ser electo, viajó a visitar la tumba del Rebe de Lubavitch.
En definitiva, la hoja de ruta de Milei parece bastante constante. Lo que todavía no se sabe es cómo seguirá una vez que este periodo de “transición”, tal cual lo denominan los propios protagonistas en Economía, termine. Pero a esta altura, cabe pensar que también el plan postransición ya está en armado. Qué contiene y quién lo ejecutará es todavía un misterio.