Gustavo Béliz. La Argentina empezó un complejo camino para ganarle un puesto clave a Brasil
Washington (enviado especial).- En su paso previo por la gestión pública, Gustavo Béliz dejó el poder de la peor manera, según definió alguna vez el presidente Alberto Fernández. Enfrentado con Jaime Stiuso, Néstor Kirchner se inclinó a favor del espía, algo que obligó a Béliz -era ministro de Justicia y Seguridad- a salir del gobierno. Recaló en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un exilio que muchos envidiarían por la cercanía al centro internacional del poder -el organismo tiene sede aquí-, la comodidad del trabajo cotidiano y la influencia sobre los países de la región (el banco es el mayor prestamista para obras focalizado en el continente).
Béliz volvió a la Casa Rosada de la mano de Fernández, el mismo que le había pedido la renuncia en 2004. El Presidente le encomendó la Secretaría de Planeamiento Estratégico, una cartera clave para modernizar el Estado y reformar la Justicia. Sin embargo, el funcionario podría volver a abandonar el gobierno argentino para retornar con su anterior empleador, aunque ahora como jefe máximo de ese organismo.
La Argentina inició los contactos diplomáticos en la región para que Béliz sea electo en septiembre próximo como presidente del BID, que maneja US$150.000 millones y tiene un peso simbólico superlativo, según las cuentas que hacen en su entorno. El propio secretario de Planeamiento Estratégico puso en marcha el raid.
Será una tarea compleja de final incierto. Hasta el año pasado un argentino era el candidato de acero para quedarse con el puesto. Se trata del exministro del Interior Rogelio Frigerio, que ya había decidido dejar el gabinete si Mauricio Macri ganaba las elecciones.
Macri contaba con el apoyo de EE.UU., socio mayoritario del BID con el 30% y una capacidad de decisión casi cercana al veto. Alberto Fernández no cuenta con eso, pero el gobierno argentino espera que haya un espacio de negociación, por diversos motivos.
Un golpe diplomático reciente es uno de los mayores estímulos a favor de la Argentina. En enero pasado, Estados Unidos le dio su apoyo a Brasil para que ingrese a la OCDE, que reúne a las naciones más importantes del planeta. Fue un cambio de rumbo con respecto a octubre del año pasado, cuando el titular del Departamento de Estado, Mike Pompeo, le había sugerido por carta al secretario general de la entidad, Angel Gurria, en la que sugería que uno de los candidatos debía ser la Argentina.
Ahora Béliz compite con el brasileño Marco Troijo, funcionario del Ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes. En las comunicaciones que se cruzan entre la representación argentina en el BID, a cargo de Guillermo Francos, y Buenos Aires, sobresale una pregunta: ¿Trump volverá a darle algo a Jair Bolsonaro o empezará a equilibrar las cosas en la región? La gestión republicana prefería a Macri -nadie se esmera aquí en disimularlo-, pero también le importa reconstruir la confianza con la Argentina. Y cree ver en Fernández un interés similar.
LA NACION consultó sobre el tema a Francos en una visita a esta ciudad organizada por AmCham, la cámara que representa a las empresas norteamericanas en la Argentina. "Entre los candidatos, Béliz es el que tiene mayor experiencia, con mucho prestigio ante el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro. Seguramente EE.UU. lo va a tener en cuenta, aunque no ha expresado apoyo. Es una carrera en la que estamos bien posicionados", confió.
Movimientos en privado
La gestión del Frente de Todos hizo lo suyo. La Argentina votó a favor de un latinoamericano sin chances de ganar y luego por el candidato de Estados Unidos para conducir la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). La noticia no trascendió en Buenos Aires, pero fue bien recibida por la Casa Blanca.
La elección del presidente del BID es compleja. Si no aparece un candidato que le saque ventaja al otro podría resolverse todo en una persona de consenso o en un desempate entre los dos más votados en una cuarta ronda electoral. Todo será a través de voto electrónico y ninguno de los casi 30 países que eligen tiene necesidad de decir a quién eligió.
El propio Alberto Fernández se puso el tema al hombro. Fuentes al tanto de las discusiones sostienen que mencionó el interés por la postulación argentina en los encuentros que mantuvo con líderes internacionales. Y el embajador argentino aquí, Jorge Argüello, mencionó el tema a los departamentos de Estado y del Tesoro. México le envió una carta al gobierno de EE.UU. a través de su embajada en ese país apoyando la candidatura argentina.
El Frente de Todos también inició los contactos con la oposición política en la Argentina. Una comitiva de distinto color político, pero un objetivo común irá a la reunión anual del BID en Barranquilla (Colombia), del 18 al 22 de marzo próximos. Estarán Béliz, gobernadores y también el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Béliz aglutinó las oficinas argentinas en los organismos multilaterales de crédito. Es gobernador del BID, de la CAF y del Banco Mundial. Sólo se le escapó el Fondo Monetario Internacional, donde manda el ministro de Economía, Martín Guzmán. La decisión tiene lógica porque el funcionario tiene en el Fondo uno de sus mayores desafíos con respecto a la resolución de la crisis de la deuda.
La Argentina tiene fondos a desembolsar por parte del BID por US$6000 millones. Y se le podrían sumar otros US$1000 millones este año.
En la oficina de Argentina y Hatití en el BID (el país comparte la silla por una cuestión organizativa) están colgadas una foto de Alberto Fernández y otra de Gustavo Béliz. La esperanza de la Casa Rosada es que haya que cambiarla de pared antes de fin de año.
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