Grecia y Alemania se juegan más que un partido
Los cuartos de final de la Eurocopa se vuelven el escenario de la batalla de la zona euro
Este viernes, cuando Alemania se enfrente a Grecia en la Eurocopa de Naciones, ambos países librarán una lucha simbólica en el contexto de la crisis de la zona euro.
Al menos así es como algunos aficionados y los medios de comunicación de los dos países ven el partido de cuartos de final que se jugará en Gdansk y que enfrentará al país más necesitado de dinero del bloque contra el país que tiene en sus manos su futuro. Algunos medios lo han apodado "el Derby de la deuda".
"Merkel prepárate, ahora te toca a ti", cantaron los aficionados griegos en las calles de Atenas durante el fin de semana, des-pués de que Grecia sacó a Rusia del torneo. En varias ciudades griegas, pudieron oírse otros cánticos más subidos de tono sobre la canciller alemana.
"Pobres griegos, los volveremos a llevar a la ruina", publicó el tabloide alemán Bild el martes, aludiendo a la lucha de Grecia contra la quiebra. "Ningún fondo de rescate los puede salvar de Jogi", advirtió Bild, refiriéndose al director técnico de Alemania Jogi Löw.
En Grecia, donde el nuevo gobierno se prepara para pedirle a Alemania unos términos menos onerosos de rescate, el partido supone más que un simple juego. Es la oportunidad de ganarle una a Merkel, la aficionada número uno del equipo alemán, la cual insiste en que no deben cambiarse las políticas de austeridad pese al empeoramiento de la recesión y el desempleo.
"Estaremos doblemente felices si le ganamos a Alemania el viernes. Es una cuestión de honor", asegura Francesca Louli, una empleada pública de 32 años en Atenas. "Al llegar tan lejos y enfrentar a Alemania, Grecia muestra que aún puede pelear, pese a todos los problemas", dice.
La crisis fiscal ha resucitado la amargura que sienten los griegos por la ocupación alemana del país durante la Segunda Guerra Mundial. Los manifestantes alemanes y los medios a menudo han representado a Merkel en uniformes Nazi y algunos políticos han exigido que Berlín pague más reparaciones de guerra.
Pero en Alemania, pese a las arengas de los tabloides, la mayoría de los aficionados es menos proclive a ver al fútbol como una continuación de la política en otro escenario.
"Para Alemania, es sólo un partido de cuartos de final que debe ganarse", asegura Tobias Ehret, un estudiante de Heidelberg. "Como alemán, no veo a nuestra selección nacional como un símbolo de las políticas de Merkel", dijo.
No obstante, la propia Merkel ha alentado esa asociación, al convertirse en la aficionada de mayor perfil de la selección en los últimos años, asistiendo a juegos importantes y tomándose fotos con las estrellas del equipo, como el mediocampista Bastian Schweinsteiger.
La canciller planea estar en el estadio de Gdansk para el partido. Incluso persuadió al primer ministro italiano Mario Monti para celebrar la cumbre del viernes en Roma entre Alemania, Francia, Italia y España a una hora anterior a lo planeado, para que ella pueda viajar a Polonia a tiempo para el encuentro.
Sobre el papel, Alemania, el único equipo que ha ganado todos sus partidos, es superior a Grecia. Sin embargo, el equipo heleno no se ajusta a los estereotipos del país: está bien organizado, es muy disciplinado y, en palabras de Löw, es "eficiente" a la hora de aprovechar las oportunidades de gol.