Grecia analiza una estrategia para reducir su deuda
El país proyecta una recompra de bonos, mientras se debaten los términos del rescate
LONDRES.– Mientras los acreedores de Grecia se pelean por los términos del rescate, el gobierno está examinando una postura más radical que podría reducir la deuda de un golpe.
Esencialmente, Grecia propondría que los tenedores de bonos del sector privado se los vendan a cambio de una pequeña ganancia, pero a un precio favorable para Grecia. La jugada es un recurso que se usó este año cuando el gobierno presionó a los bancos y otros tenedores para que aceptaran una pérdida sobre sus bonos soberanos. Esta vez no se los obligaría a aceptar un recorte, pero algunos probablemente rechazarían ser forzados a un nuevo acuerdo.
El objetivo es reducir más una carga de deuda en crecimiento permanente que se aproxima al 200% del PBI, muy por encima del ideal de Europa de una relación de 60% o menos.
Los acreedores debaten muchas estrategias diferentes respecto de cómo responder, siendo la recompra una de tantas. El gobierno obtuvo apoyo parlamentario para una nueva ronda de recortes del gasto e incrementos de impuestos, lo que coloca a Grecia al borde de recibir 31.000 millones de euros en créditos de rescate que se necesitan desesperadamente. La zona del euro también está sopesando medidas –como extender la fecha de maduración de créditos y bajar tipos de interés– que reducirían más la carga financiera del país.
Si bien la necesidad más acuciante es asegurar los 31.000 millones de euros, llegar a una solución de largo plazo para su inflada deuda soberana también se ve como crucial, dado que la economía sigue contrayéndose. La economía griega se contrajo 7% en el tercer trimestre, lo que hace más onerosa la deuda respecto del producto.
Con ese fin, un pequeño círculo de abogados y banqueros están sugiriendo que Grecia ofrezca recomprar su deuda con gran descuento a un precio de 27 a 33 centavos de euro, comparado con el nivel de 25 centavos al que se comercializa. Si los inversores resisten esperando un precio más elevado, el gobierno podría invocar cláusulas de acción colectiva (CAC) de los contratos de bonos que, en teoría, evitarían una guerra de ofertas.
Por ejemplo, los 62.000 millones de euros de bonos que Grecia emitió como parte de su acuerdo de reestructuración al que llegó con los tenedores privados en marzo están valuados en unos 15.000 millones o 19.000 millones de euros. Si Grecia tomara prestado el dinero para recomprar esa deuda, podría retirar 30.000 a 40.000 millones de euros de obligaciones.
Si bien obtener préstamos por ese monto sería todo un desafío, Alemania podría asumir la postura de que ésta sería una mejor manera de reducir la deuda que pedir a los contribuyentes que soporten una pérdida por la rebaja del valor de los créditos.
Si es exitosa, la recompra de deuda podría reducir significativamente la deuda griega y dar al país una posibilidad realista de cumplir con el objetivo de alcanzar una relación deuda
PBI del 120% para 2020 que el Fondo Monetario Internacional ha fijado como condición para prestar más dinero. Líderes europeos han dicho que este objetivo es demasiado exigente y tiene que ser reducido.
Por supuesto que la idea ha enfurecido a los muchos fondos de alto riesgo que en los últimos meses se quedaron con más de 22.000 millones de euros de bonos griegos a precios muy bajos. Con muchos sentados sobre grandes ganancias luego de la reciente recuperación del mercado, no están de ánimo de vender barato, especialmente si Grecia recurre a un arma legal para concretar el negocio. "Es lo más tonto que podría hacer Grecia ahora", dijo Hans Humes, de Greylock Capital, uno de los inversores más agresivos en acumular bonos griegos a precio de descuento.
Las cláusulas de acción colectiva son recursos que pueden hacer más fácil para un país reestructurar sus créditos, obligando a quienes se resisten a aceptar la propuesta de un canje de bonos, si hay una mayoría de acreedores que acuerdan.
Traducción de Gabriel Zadunaisky
The New York Times