Golpe a emergentes: cómo afecta la suba de tasas de la Fed a la Argentina
La Reserva Federal de Estados Unidos endureció la política monetaria, lo que provoca un efecto de “flight-to-quality”: los inversores se mudan hacia activos más seguros
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En junio, Estados Unidos registró una inflación interanual del 9,1%, una cifra que no se observaba desde hacía 40 años. Como respuesta, hoy la Reserva Federal (Fed) determinó una nueva suba de las tasas de interés de referencia, movimiento que pega de lleno en los países emergentes. Incluida la Argentina.
Este miércoles la Fed anunció un nuevo aumento de 75 puntos en las tasas de interés, siendo el cuarto movimiento que realiza en este sentido en lo que va del año. No obstante, a medida que la inflación no da signos de desacelerarse, en los últimos meses la respuesta del organismo ha sido más agresiva.
El primer incremento fue en marzo, de 25 puntos. En mayo dispuso uno nuevo de 50 puntos y al mes siguiente, de 75 más. Con la nueva actualización, la tasa de interés se posiciona en un 2,5%, aunque según la previsión mediana del Resumen de Proyecciones Económicas se espera que aumente a un total de 3,25% en 2022. Se trata del ajuste monetario más contundente en casi tres décadas, e incluso sería 0,25 pbs más arriba que el de 1994, cuando derivó en la “crisis del Tequila” en México.
“Que la Fed suba las tasas implica que un bono libre de riesgo del tesoro norteamericano comienza a pagar más. Esto se traduce en que el resto de los países deben ofrecer una tasa mayor para seducir a los inversores y captar financiamiento. Esto resta algo de liquidez global, por lo que el conjunto de las economías emergentes sufre en mayor magnitud los efectos colaterales, tanto a nivel financiamiento como a nivel cambiario”, explicó Matías de Luca, economista de LCG.
Por el lado del financiamiento, los inversores globales tienen una mayor avidez a correrse de los países emergentes hacia activos más seguros, como los bonos del Tesoro americano o el dólar estadounidense. Este fenómeno es conocido como flight-to-quality, o vuelo a la calidad en español. Como consecuencia, se encarece el financiamiento a nivel mundial, impacta en el resto de las monedas y en el precio de las commodities.
En este caso, aunque la Argentina no está desacoplada del todo, para el economista sí es un caso aparte. Con un riesgo país arriba de los 2700 puntos básicos, los mercados internacionales de crédito están “virtualmente cerrados” debido a los propios ruidos internos. Con el financiamiento ya de por sí restringido, hoy la única deuda que puede colocar el Gobierno es en pesos.
En cambio, el plano cambiario pega de lleno al mercado local. El fortalecimiento del dólar impacta en el resto de las monedas y en el precio de los granos. “Estos movimientos generan un dólar más fuerte frente a otros activos financieros, incluyendo a las materias primas. En el primer cuatrimestre esta correlación negativa entre el dólar y las commodities se había eliminado por el shock de la oferta, producto de la guerra de Rusia y Ucrania. Pero ahora la tendencia vuelve y los precios de las commodities empiezan a retroceder. Eso nos pega bastante en los valores de las exportaciones”, señaló Lucas Yatche, head of Strategy and Investments de Liebre Capital.
Alerta, reservas
De acuerdo con un reciente informe que realizó la Reserva Federal del Banco de Dallas, el cual integra el sistema de la Fed, hoy los mercados emergentes “parecen estar en un lugar relativamente más seguro” que cuando Estados Unidos inició el ciclo de ajuste monetario de 1994, que derivó en la crisis del Tequila. Esto sucede porque las reservas son más robustas, excepto en dos países: Turquía y la Argentina.
“No tener reservas siempre complica a nivel interno para estabilizar cualquier situación. No obstante, con cepo no hay corrida. Lo que pasa es que no solo tenemos pocas reservas, sino que el Banco Central (BCRA) no logra captar ningún dólar. Entonces la economía (con este tipo de cambio y este nivel de brecha) funciona como un pasamanos: lo que entra de exportaciones se va por importaciones. En el momento que tengas un viento de cola en los precios de las commodities que se exportan, estás en problemas. La operatividad de la economía pasa a depender de eso”, agregó de Luca.
En el mismo sentido apuntó Yatche, quien hizo hincapié en que con bajas reservas netas el Gobierno tiene “menos herramientas de maniobra para contextos adversos”. A pesar de que este año la liquidación del agro alcanzo niveles récord, actualmente el Banco Central tiene reservas netas por cerca de US$2500 millones. “Esto claramente nos pone en una situación bastante complicada y sensible a determinados eventos”, cerró.
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