Goldman pone la mira en la banca privada
Reconfigura su negocio para contrarrestar el clima adverso que impera en los mercados
Goldman Sachs Group Inc. está creando una división de banca para prestar dinero a empresas e inversionistas acaudalados, en un giro importante que subraya el complicado entorno de negocios que afronta Wall Street desde la crisis financiera.
La firma de valores de Nueva York, conocida por su estilo audaz y su papel en la firma de grandes acuerdos corporativos, está reforzando sus actividades para convertirse en un banco privado especializado en clientes ricos de todo el mundo. La nueva división también prestará más directamente a empresas, algunas de las cuales ya trabajan con Goldman. El banco se ha fijado una meta de US$100.000 millones en créditos, frente a los US$12.000 millones a finales de marzo.
Si bien Goldman asegura que su inversión financiera en la expansión de su banco es modesta, sus ambiciones representan un cambio importante de postura en la cúpula de la firma de 144 años, incluida la de su presidente Lloyd C. Blankfein.
Durante mucho tiempo, Goldman ha sido sinónimo del estilo osado y de grandes bonificaciones de Wall Street, en gran parte gracias a sus negocios de corretaje y banca de inversión. Ahora, limitado por una ola de nuevas regulaciones, vaivenes en los mercados y una economía global alicaída, los ingresos de esas divisiones tradicionales han caído.
El énfasis en este tipo de banca forma parte de la cautelosa estrategia de Goldman para reconfigurar su negocio. Sin embargo, es poco probable que el modesto ingreso de intereses sobre hipotecas y otros préstamos reemplace las ganancias perdidas en otros frentes.
La apuesta por la banca le otorgará a Goldman más depósitos: una fuente de financiamiento barato menos vulnerable a la inestabilidad de los mercados financieros. Al igual que otros bancos de inversión, Goldman actualmente financia la mayoría de sus actividades asumiendo deuda garantizada por su portafolio de valores, una estrategia que lo dejó peligrosamente expuesto durante la crisis de 2008.
En el punto álgido de la crisis financiera, los reguladores de Estados Unidos obligaron a Goldman y su rival Morgan Stanley a convertirse en holdings bancarios para así recibir fondos de emergencia de la Reserva Federal. El objetivo era evitar el pánico ante la posibilidad de que la financiación que necesitaban se agotara como consecuencia del colapso de Lehman Brothers Holdings Inc.
Blankfein aceptó gustoso el acceso a los fondos de emergencia pero en principio no mostró ningún interés por la banca comercial o minorista. Una vez que la crisis se calmó, algunos ejecutivos de Goldman incluso llegaron a discutir la renuncia a su condición de holding bancario. Pero esa idea no cuajó con la Fed y otras autoridades, que consideran a Goldman como una pieza clave del sistema financiero de EE.UU.
"Somos un banco. No es algo hipotético", dijo Blankfein en una entrevista. "Obviamente armaremos nuestro negocio de banca".
El poderoso comité de administración de Goldman respalda la nueva iniciativa. En las reuniones semanales, el grupo de 30 miembros también han debatido cómo establecer prioridades para las inversiones con recursos propios, maneras para mejorar su deprimido negocio de gestión de activos y cómo lidiar con las regulaciones más estrictas y la competencia en todo el mundo, aseguraron representantes de la firma.
Goldman no tiene intención de abrir sucursales, instalar una red de cajeros automáticos, ofrecer tarjetas de crédito ni "regalar tostadoras", dijo Blankfein.
En su lugar, la firma está apuntalando la concesión de préstamos a clientes acaudalados de Goldman y otros inversionistas con recursos. En vez de limitarse a asesorarlos sobre dónde invertir, Goldman ahora empieza a recaudar su efectivo en forma de depósitos y extender préstamos para comprar propiedades, colecciones de arte, barcos y bienes similares. Hasta marzo, la operación de banca de la compañía contaba con US$49.000 millones en depósitos, un alza de 49% frente a fines de 2009.
Goldman se une a las filas de competidores como J.P. Morgan Chase & Co. y Bank of America, que tienen divisiones de banca privada dentro de instituciones financieras más grandes. Este tipo de banca ofrece asesoría y servicio más intensos que los bancos minoristas típicos y los clientes deben contar con una cantidad mínima de fondos. Desde la crisis financiera, el panorama para los negocios tradicionales de las firmas de Wall Street, como el corretaje y banca de inversión, que impulsaron a Goldman a registrar US$45.990 millones en ingresos netos y US$11.600 millones en ganancias en 2007, se ha ensombrecido. El año pasado, los ingresos de Goldman sumaron US$28.800 millones y las utilidades, US$4.400 millones.
El martes, Goldman anunció que la ganancia de su segundo trimestre cayó 11%, a US$962 millones, frente a US$1.090 millones en el mismo lapso de 2011, debido a la debilidad del mercado y una floja demanda de sus servicios de corretaje y asesoría. Con todo, los resultados superaron las expectativas de los analistas.
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