GM y Fiat tuvieron un romance pero no contrajeron matrimonio
A principios de año, la automotriz estadounidense General Motors Co. (GM) y la italiana Fiat SpA analizaron la posibilidad de combinar sus operaciones europeas, indicaron fuentes cercanas. El acercamiento es una señal de los extremos a los que están dispuestos a llegar los fabricantes de automóviles para hacer frente a los problemas en Europa.
Dan Akerson, presidente ejecutivo de GM, y Sergio Marchionne, su par en Fiat SpA, conversaron brevemente sobre la posible fusión de sus negocios europeos. El diálogo, sin embargo, tuvo lugar cuando las gestiones de GM para adquirir una participación minoritaria en PSA Peugeot Citroën SA estaban bien encaminadas y las negociaciones no llegaron a las juntas directivas de ambas compañías.
GM optó por proseguir las conversaciones con Peugeot, dijeron las fuentes, poniendo rápidamente fin a la posibilidad de un acuerdo más amplio con Fiat. GM y Peugeot revelaron la semana pasada un acuerdo que involucra una alianza que apunta a ahorrar US$2.000 millones en costos anuales para 2017.
Fiat intentó convencer a GM de que era un socio más idóneo que Peugeot, según una persona al tanto de las negociaciones. Argumentó, en parte, que una alianza entre GM y Peugeot reduciría en buena medida sus posibilidades de encontrar un socio en Europa. La unidad Opel/Vauxhall de GM y Peugeot son los dos fabricantes europeos más afectados por la desaceleración de las ventas en la región.
Fiat y Peugeot tienen una empresa conjunta de producción de pequeñas furgonetas comerciales en Italia, y en los últimos meses analizaron una alianza por separado, señaló otra fuente.
Marchionne, Stephen Girsky, vicepresidente de la junta directiva de GM, y otros ejecutivos asistieron a una cena en Birmingham, Michigan, el 9 de enero, en la víspera del Salón del Automóvil de Detroit, aunque su conversación sólo giró en torno a temas generales de la industria. No hubo discusión sobre ningún tipo de alianza.
Las infructuosas negociaciones entre GM y Fiat reflejan el gran interés de las automotrices para resolver problemas comunes mediante alianzas, un giro interesante después de varios años en los que casi todos los fabricantes trabajaron por cuenta propia para revivir sus operaciones.
GM y Fiat tienen una áspera historia vinculada a un fallido acuerdo europeo en el cual GM tuvo que pagar a Fiat US$2.000 millones en 2005 para soltar las ataduras. Un pacto entre las dos podría haber contribuido a acelerar la reducción de la sobrecapacidad en el mercado europeo.
Marchionne, que también encabeza Chrysler Group LLC, en la que Fiat posee una participación de control, está presionando para la consolidación de las operaciones de automóviles en toda Europa, en momentos en que las compañías acumulan pérdidas en medio del hundimiento de las ventas, la intensificación de una guerra de precios y el exceso de capacidad.
Los analistas calculan que la industria automotriz europea tiene capacidad para fabricar 1,5 millones de autos más que los que compran los consumidores, el equivalente a cerca de siete plantas automotrices.
El acuerdo entre GM y Peugeot no aborda de inmediato el tema de la sobrecapacidad. En el corto plazo, los dos fabricantes se centrarán en unir fuerzas para comprar partes y desarrollar nuevos vehículos como una forma de ahorrar dinero. GM, a su vez, está atacando el problema del elevado número de plantas y trabajadores en discusiones con los sindicatos europeos.
Marchionne, frustrado por la poca disposición de GM para discutir una alianza o tomar una acción decisiva para reducir la capacidad, fue abiertamente crítico del convenio con Peugeot. "No me gustaría estar en los zapatos de GM", dijo a principios de esta semana, en referencia al acuerdo.
Portavoces de GM, Fiat y Chrysler no quisieron comentar al respecto. La falta de voluntad de GM para alinearse con Fiat deja a Marchionne en busca de un nuevo socio en Europa, donde la compañía enfrenta una caída de las ventas en Italia, el aumento de la producción y la creciente competencia de las automotrices asiáticas.
"Estamos abiertos a todo", dijo el ejecutivo esta semana en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra.