Georgieva bajó las expectativas del acuerdo y dijo que busca sacar al país del “camino muy peligroso de la alta inflación”
La jefa del Fondo dijo que trabajan en un plan “pragmático” que incluirá cambios en el gasto público y la recaudación impositiva, y criticó los subsidios energéticos
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WASHINGTON.- La directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dijo que el acuerdo final con la Argentina para refinanciar la deuda con el organismo incluirá cambios en la recaudación impositiva y el gasto público, y que el Fondo está trabajando en un plan pragmático que tiene como objetivo principal sacar al país del “camino muy peligroso de alta inflación”.
En un encuentro con medios internacionales –del que no participó ningún medio argentino–, Georgieva se encargó de sumar su voz para recalibrar el mensaje del Fondo sobre la negociación con la Argentina: dijo que el nuevo programa será “pragmático”, y que debieron “reconocer las limitaciones de lo que se puede hacer en los próximos años”, y acomodar el plan para que sea “implementable”.
La jefa del Fondo planteó como objetivo central lograr una baja de la inflación, un ajuste respecto de la ambición inicial del organismo, que buscaba un plan sólido que pudiera atacar los problemas de fondo de la economía y colocarla en un sendero de crecimiento sostenible. El Fondo ha indicado que ahora trabaja con el Gobierno en un plan realista, que ayude a comenzar a acomodar los desequilibrios.
“Tuvimos que calibrar el programa para que sea implementable”, dijo Georgieva en su encuentro con medios internacionales, según consignó el diario británico Financial Times. “Nuestro principal foco es sacar a la Argentina de este camino muy peligroso de alta inflación”, agregó.
“¿Cuál es la alternativa? La alternativa es nada”, dijo Georgieva. “Nuestro equipo está muy enfocado en obtener lo mejor para el país, con el país”. Georgieva se negó a especular sobre lo que sucedería si el Congreso rechazara el acuerdo, indicó la agencia AFP.
Georgieva indicó que los cambios en impuestos y en el gasto público son “dos áreas de condicionalidad estructural que vendrían en el acuerdo” final con el staff, y apuntó contra los subsidios energéticos, al indicar que “han sido muy generosos, no solamente con la gente pobre”.
El Fondo Monetario quiere una reducción de los subsidios energéticos en el menú de medidas para cumplir con las metas del sendero fiscal acordado con el gobierno de Alberto Fernández, que prevé un déficit fiscal primario del 2,5% este año, y luego una baja paulatina hasta alcanzar el déficit cero en 2025. La puja por los subsidios tiene como contracara un aumento de las tarifas de los servicios públicos, un área bajo el control de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, de enorme sensibilidad política.
Las declaraciones de Georgieva llegaron una semana después de que el Gobierno y el Fondo anunciaron un “entendimiento” de políticas clave para comenzar a perfilar el acuerdo para refinanciar la deuda por alrededor de 44.000 millones de dólares que tomó el gobierno de Mauricio Macri. El atípico anuncio incluyó las metas fiscales y monetarias hasta 2024, pero omitió las metas para los restantes años del nuevo préstamo, que tendrá una duración de diez años, o las medidas con las cuales el Gobierno espera cumplir con los compromisos que asuma.
La discusión sobre el monto y el ajuste de los subsidios a la energía es una de las áreas más delicadas del nuevo programa ya que en el Gobierno entienden que una suba muy pronunciada de las tarifas de servicios público socavará el respaldo político del Frente de Todos, algo que ya le ocurrió a Macri durante su gobierno. Georgieva dijo que todavía quedaba un duro trabajo por delante, según indicó la agencia Reuters, y además reconoció que debían lidiar con las limitaciones que impone la oposición política al acuerdo.
Máximo Kirchner, líder de La Cámpora y uno de los referentes del Frente de Todos, renunció a la jefatura del bloque del oficialismo en la Cámara de Diputamos para marcar su rechazo al preacuerdo que forjó el ministro de Economía, Martín Guzmán, con los funcionarios del staff del FMI.
Tanto el Gobierno como el Fondo han establecido como condición sine qua non para aprobar el acuerdo que reciba, primero, luz verde en el Congreso. El Gobierno se ha mostrado confiado en que, a pesar de las divisiones en el Frente de Todos, donde el ala dura ha rechazado los términos del preacuerdo anunciado la semana pasada, el programa final logrará atravesar el parlamento. Juntos por el Cambio ha mostrado voluntad de acompañar el plan definitivo, pero la renuncia de Máximo Kirchner sembró dudas sobre el respaldo final que logrará cosechar el convenio con el Fondo.
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