Gasoducto Néstor Kirchner. Quién es el presidente de la empresa estatal encargada de la obra pública más importante del Gobierno

Como presidente de la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa), Agustín Gerez es uno de los funcionarios más jóvenes del Gobierno con responsabilidades importantes. Su compañía está a cargo de la compra de los buques de gas natural licuado (GNL) –que este invierno están en el foco del análisis de los economistas por el costo de divisas que implican para el Banco Central–, de la construcción de las dos represas de Santa Cruz y, desde este verano, de llevar adelante la obra pública más importante de esta gestión presidencial: la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.

Gerez nació en Santa Cruz hace 34 años, pero llegó a Buenos Aires con 18 para estudiar derecho en la Universidad Católica Argentina (UCA). Su acercamiento al sector energético se dio apenas egresado, cuando ingresó como asesor legal en el ex-Ministerio de Planificación Federal. Previamente, ya había un interés en la industria de parte de su familia, ya que su padre es abogado especializado en minería.

De ese primero trabajo, con 22 años, Gerez se especializó en el sector con un posgrado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en Derecho del Petróleo y del Gas, que hizo de manera complementaria mientras dejaba el ministerio que conducía Julio De Vido para ingresar, en 2013, como asesor legal en Enarsa, donde estuvo casi tres años, hasta febrero de 2016.

Durante los cuatro años del mandato de Mauricio Macri se dedicó a la consultoría de manera independiente, hasta que regresó a la función pública con la vuelta del kirchnerismo al poder.

En marzo de 2020 asumió como subgerente general de la entonces llamada Integración Energética Argentina (Ieasa), que recuperó este año su nombre original de Energía Argentina, como fue bautizada cuando la fundó el entonces presidente Néstor Kirchner, el 29 de diciembre de 2004. En febrero del año pasado pasó a ser el gerente general y presidente de la empresa, en reemplazo de Andrés Cirnigliaro.

Dentro del oficialismo, Gerez se identifica con los funcionarios que responden a la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quien tiene buena relación, al igual que con el diputado Máximo Kirchner. La agrupación La Cámpora lo define como un “gran cuadro técnico, muy estudioso y que sabe mucho del sector”. Además, señalan que hace tiempo está en Enarsa y que su crecimiento no fue “forzado ni abrupto”.

También suele compartir actos públicos con Federico Basualdo, el subsecretario de Energía Eléctrica y uno de los funcionarios apuntados por el ministro de Economía, Martín Guzmán. Es que otra de las funciones de Enarsa es la operación de algunas centrales térmicas, como las llamadas Manuel Belgrano (823 MW de capacidad instalada) y San Martín (825 MW), en Buenos Aires y Rosario, respectivamente.

En este momento, además, Enarsa integra el Equipo de Trabajo de Aprovechamientos Hidroeléctricos Concesionados (Etahc), que creó la Secretaría de Energía para evaluar después de 30 años el vencimiento de algunas concesiones de centrales hidroeléctricas del Comahue, que representan el 25% del total de la potencia instalada en la Argentina. Este tema tiene en vilo a las provincias de Neuquén y Río Negro, que quedaron al margen del análisis por parte del Estado nacional.

Gerez tiene buena relación con las empresas y un diálogo fluido, pero al no ser un “ingeniero puro” había delegado en Antonio Pronsato la ejecución de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. Sin el equipo del exinterventor en el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), el sector privado duda sobre las habilidades técnicas de Enarsa para llevar adelante esta megaobra, cuyos pliegos para la construcción recién salieron publicados el viernes pasado por la tarde, con casi un mes de demora de lo establecido originalmente.

El joven funcionario todavía no eligió al sucesor de Pronsato, que cumplía la función de asesor de la Unidad Ejecutora de Enarsa.

Entre los próximos desafíos de Gerez estará terminar de firmar el contrato de adjudicación de la compra de caños con Tenaris, para que la empresa pueda adquirir en el Banco Central los dólares para importar la chapa de Brasil, y esperar hasta el 8 de julio, cuando sea la apertura de las ofertas para la construcción del gasoducto.

Además, seguirá de cerca las negociaciones con China por el financiamiento de las represas del sur.

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