Gasoducto Néstor Kirchner: la devaluación y la inflación encarecieron los costos de la obra en US$1000 millones
La inflación y la devaluación obligaron a modificar el presupuesto inicial; el Gobierno decidió seguir adelante para evitar enfrentar problemas adicionales derivados de eventuales postergaciones en el proyecto
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El apuro del Gobierno para iniciar las obras del gasoducto Presidente Néstor Kirchner, luego de dos años de mantener el proyecto estancado, generó algunas desprolijidades a la hora de adjudicar su construcción. Entre ellas, que luego de que saliera el pliego de la licitación, la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) anticipara que aceptaría ofertas de hasta un 20% más caras que el presupuesto original, o que se presentaran informes técnicos posteriores, que modificaron la estructura de costos originales.
El gasoducto es la obra de infraestructura más importante para el Gobierno. Tenía un costo inicial de US$1491 millones, según había estimado la Secretaría de Energía en un documento oficial difundido en noviembre del año pasado. Pero la devaluación y la inflación no son ajenas a la obra pública y el gasoducto ya tiene un costo aproximado de al menos US$2500 millones, entre la compra de caños (US$500 millones) y su construcción (US$1948 millones), según surge de documentos oficiales y testimonios de funcionarios. El total de la obra se financiará con fondos públicos, pese a la necesidad del Estado de reducir sus gastos.
El 2 de junio pasado, cuando se publicó el informe técnico de Enarsa sobre el análisis del presupuesto necesario para la construcción, se determinó un costo total sin incluir IVA de $220.584 millones (US$1831 millones, según el tipo de cambio mayorista de esa fecha, que era $120,47).
Luego, el 5 de julio pasado, tres días antes de la fecha para la entrega de las ofertas, Enarsa publicó la circular modificatoria N°2, en la cual indica que, cuando la oferta presentada exceda en más de un 20% el presupuesto oficial estimado, se actualizará dicho presupuesto tomando como base la fecha original de elaboración de la licitación. Si luego de ser actualizado, la oferta sigue por arriba del 20%, se les pedirá a los oferentes que mejoren sus propuestas o se determinará que sean rechazadas por inconvenientes. “Como la circular salió antes de que se presentaran las ofertas, se respetó el principio de igualdad para todos los participantes, a nadie le dieron un changüí mejor”, explicó, en reserva, un especialista en licitaciones públicas.
El 8 de julio pasado, cuando Enarsa actualizó su presupuesto original para la construcción del gasoducto, el nuevo valor fue $247.065 millones (US$1948 millones, al tipo de cambio de esa fecha de $126,8), según los documentos oficiales que publicó la empresa.
Al entregar las ofertas, hubo dos tramos del gasoducto que tuvieron valores por arriba de lo presupuestado originalmente. Se trata del tramo tres, que ganó la empresa BTU, y del cuatro, que fue adjudicado a la unión transitoria de empresas (UTE), compuesta por Techint y Sacde, del empresario Marcelo Mindlin, como contó el portal Econojournal.
La empresa BTU se excedió del valor presupuestado originalmente en un 32%, pero luego de que se actualizara el presupuesto, la oferta privada quedó 17,56% por arriba de los nuevos valores; es decir, estaba dentro del 20% de margen que tenían las compañías para excederse y fue adjudicataria. El costo total de ese tramo terminó en $55.300 millones (US$436 millones al tipo de cambio del 8 de julio), por arriba de los $41.895 millones originales.
“En proyectos complejos similares al del gasoducto Néstor Kirchner, es parte de la dinámica del mercado y del proceso licitatorio que una oferta no sea aceptada o sea impugnada como sucedió. Por otra parte, en este proyecto en particular, entre la fecha de la convocatoria (publicada el 03/06/2022) y la presentación de ofertas (08/07/2022) surgieron modificaciones que impactaron directamente en los costos y en los riesgos a afrontar por las empresas contratistas, en todos los tramos. Estos cambios no podían haber sido previstos en el presupuesto originalmente publicado”, explicaron en BTU.
“Para mencionar algunos de estos factores: la firma de un nuevo acuerdo paritario del convenio Uocra Petroleros, el 8 de junio, que incrementó la pauta salarial en un 30%, y otras modificaciones, realizadas a través de circulares, que determinaban que todos los riesgos referentes a la incertidumbre del tipo de suelo de la traza quedarían a cargo de la empresa adjudicataria de la obra. Además de estas cuestiones puntuales, en este proyecto del gasoducto, el mes base a aplicar para las redeterminaciones de precios es el mes de la apertura de ofertas, por lo tanto, los precios de las ofertas debían estar adecuados a dicho mes base (julio 2022). La oferta que realizó BTU estructuró sus costos con base julio 2022, considerando, a su vez, las modificaciones antes mencionadas, surgidas mediante circulares que aparecieron durante el proceso licitatorio”, agregaron.
Con relación al tramo cuatro de la obra, adjudicado a Techint y Sacde, la UTE presentó una oferta 16,42% superior al presupuesto actualizado. En total, el costo ascendió de $28.134 millones a $45.114 millones (US$356 millones). En este caso, ocurrió que, mientras se realizaba la licitación, se terminó un estudio de Impacto Ambiental que determinó que el terreno por donde se construirá el gasoducto es más complejo de lo que se pensaba inicialmente.
“El diseño del pliego de la construcción del gasoducto establecía como condición que las empresas debían presentar ofertas obligatorias para los cuatro renglones de la traza. El riesgo de descalificación en el renglón cuatro por estar fuera del presupuesto era una posibilidad, pero no presentar una oferta implicaba quedar expuestos a la descalificación en todos los renglones, sin que se abran las ofertas de la UTE”, explicaron fuente de las empresas. Techint y Sacde, además, fueron adjudicatarias de los primeros dos tramos de la construcción, donde presentaron ofertas por debajo del presupuesto establecido.
“Ambos renglones tienen sinergias, se está incorporando la más alta tecnología como soldadura automática que garantiza una curva de aprendizaje mucho más acelerada, y plantas de doble junta, con el objetivo de cumplir con los desafiantes tiempos previstos. El renglón cuatro presenta otra complejidad, no es comparable con los renglones uno y dos. Son tramos no contiguos. El cuatro es de distinto diámetro, lo que duplica todos los costos indirectos. No se puede usar planta de doble junta ni soldadura automática. Hay mayores interferencias, superficiarios y el tramo de Ordoqui en suelos inestables y anegados. Estudiamos el tramo y presentamos una oferta tal como estaba establecido en el pliego”, explicaron en la UTE.
La voz oficial
El Gobierno explicó que la actualización del presupuesto original es “un procedimiento habitual, que cumple con toda la normativa vigente y que tiene como objetivo que el presupuesto no quede descalzado de la realidad económica, como el proceso inflacionario”.
Además, señalaron que los últimos días de junio y julio fueron complicados con los cambios en el Ministerio de Economía. “No había precios de referencia, nadie les daba precios a las empresas porque no se sabía cuánto valían las cosas. Toda esa alteración económica impacta sobre el proceso licitatorio”, indicaron en el Gobierno.
Al explicar por qué entonces no se pospuso la licitación, dijeron que no era necesario porque había herramientas legales que permitían hacer la actualización presupuestaria. “No podemos perder tiempo con este proyecto. Posponerlo 10 días hubiera sido crítico. Además, tampoco sabíamos por cuánto tiempo teníamos que extender la licitación, en virtud de la situación económica, ya que recién ahora vemos una calma económica. Si demorábamos 40 días, era imposible llegar al invierno que viene”, dijeron.
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