Garbarino renegoció una deuda por $4000 millones con bancos y ahora busca que el mercado le de oportunidad
Garbarino, la cadena de venta de electrodomésticos que emplea más de 4000 empleados y cuenta con una red de 150 sucursales en todo el país, formalizó hoy la firma de un acuerdo para reestructurar una deuda bancaria de casi 4000 millones de pesos, un alivio que le permitirá mantener sus actividades y acomodar sus costos a un mercado que, pese al impulso que recibió en los últimos meses por planes oficiales de aliento al consumo, sigue con niveles de actividad deprimidos.
La compañía, asesorada en este proceso por First Capital Group (que también estuvieron al frente de la refinanciación meses atrás de CARSA), llegó a un entendimiento con los bancos Galicia y Santander Río (que tenían el 70% del total del financiamiento), principalmente (aunque también fueron parte de él los bancos Provincia, Nación, de Córdoba, Patagonia y el HSBC) para disminuir la carga de intereses de su deuda en una cifra que oscila entre los 150 y 200 millones de pesos, lo que le permitirá "optimizar de recursos y mejorar de su capital de trabajo", explicó a LA NACION Miguel Angel Arrigoni, director de la firma asesora.
Arrigoni destacó que el acuerdo evita que los bancos tengan que pasar a previsionar los créditos concedidos a Garbarino, lo que les evita "perder dinero y libra a la compañía de hacer algún ajuste especial o particular", con los costos sociales que podría suponer.
En el comunicado en que informó del acuerdo Garbarino dice que actualmente cuenta con una participación del 22% en el mercado manejado por estas cadenas e compromete a "aprovechar este ahorro de fondos para volcarlo a instrumentar nuevas estrategias frente al fuerte repunte que está teniendo el negocio en este momento".
El acuerdo, que se negoció durante más de tres meses, se logró a partir de que los bancos aceptaran percibir una tasa fija y máxima que rondaría el 20%, mientras capitalizan la diferencia con la que habían pactado originalmente para que la compañía tenga oportunidad de recuperación tras el fuerte golpe que significó la aguda recesión provocada por el recorte en el poder adquisitivo del común de los ciudadanos. Sería por un plazo se 6 meses pero prorrogable por otros 6 meses casi con automaticidad, a solicitud de Garbarino.
Como garantía los bancos se habrían quedado con un mandato para, eventualmente, buscar interesados que quieran comprar la empresa o inyectarle capital mientras dure este acuerdo.
Desde Garbarino, cuyo presidente Carlos García participó de lleno en la renegociación, destacaron que el espíritu del acuerdo es apostar a que "el consumo va a repuntar".
La cadena se había visto asfixiada por la caída de las ventas y el freno que sufrió, por la crisis y la suba de tasas, la emisión de fideicomisos financieros basados en cupones de pago de consumos. A esto se agregó el aumento en el costo financiero de la deuda bancaria, lo que ahora logró reacomodar para buscar una nueva oportunidad en el mercado.