Ganancias: una decisión heterodoxa para cuidar las arcas del Estado
Desde el Gobierno argumentan que subir el Mínimo No Imponible (MNI) hubiese sido la decisión “prolija”, pero que las arcas del Estado se verían afectadas
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En la carrera por ganarle a la inflación y que los trabajadores no tengan que pagar el impuesto a las ganancias por un aumento nominal de sus salarios, el Gobierno tuvo que actualizar el piso del tributo de $150.000 a $175.000 a tan solo tres meses de la entrada en vigencia de los últimos cambios. Puertas adentro del Palacio de Hacienda, y tras la derrota del oficialismo en las PASO, se muestran preocupados por el incesante aumento de los precios y buscan a toda costa cumplir con su promesa de que sólo el 10% de los trabajadores pago del tributo.
También se defienden de las críticas “por izquierda”, que los acusan de estar reduciendo el impuesto a personas que tienen un “buen salario”. En cambio, aseguran que era necesario aumentar el piso para que los ingresos de los trabajadores acompañen a los precios. Admiten que la inflación del 29% que se proyectó en el Presupuesto 2020 quedó lejos de ser una realidad. Con un aumento del 32,3% en los primeros ocho meses del año, la deducción especial que se llevó a cabo estos días tenía que realizarse para “cumplir con el compromiso que asumimos en febrero”.
“Estamos en un contexto con una inflación tan alta, que si no actualizas más trabajadores empiezan a pagar Ganancias. Una persona que gana lo mismo en términos reales, si no se modifica la base del impuesto se le incrementa la carta tributaria. Vivimos en una ilusión monetaria: no aumentan los sueldos, se actualizan”, reconocen funcionarios del Ministerio de Economía.
Sin embargo, la decisión tampoco puede afectar en demasía a las arcas del Estado. Es por eso que el anuncio con respecto a Ganancias incluye solo a unos pocos trabajadores, y no a toda la masa salarial que se ve alcanzada por el tributo. Saben que la forma “prolija” de resolver el problema era aumentar el Mínimo No Imponible (MNI), pero eso “hubiese disminuido la carga tributaria para todos los contribuyentes”. En cambio, subiendo el piso, un estilo “más heterodoxo”, beneficia “a las personas de menores ingresos, dentro de los que pagan el impuesto”.
En un contexto inflacionario que enciende las alarmas, la discusión se centra en si la actualización del impuesto tiene que seguir siendo por el índice de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estable (Ripte) elaborado por el Ministerio de Trabajo, fórmula que implementó el macrismo, o mediante el índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec.
“Desde que se hizo el ajuste por salario, fue perdiendo en relación con la inflación. Los que mantenían sus salarios en términos reales significaba que pagaban más impuesto a las Ganancias, mientras que los que perdieron en términos reales igual seguían pagando. Por eso lanzamos esta medida en marzo de este año”, argumentaron.
La próxima actualización pendiente es en enero de 2022, cuando se llevará a cabo el ajuste anual. Por el momento, la apuesta del Ejecutivo sigue siendo que en el futuro los aumentos salariales le ganen a la inflación y que, por ende, la fórmula termine siendo a favor de los trabajadores.
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