Ganancias: las claves de cómo quedará el impuesto desde octubre y del proyecto que se enviará al Congreso en campaña electoral
Los empleados con un salario bruto de hasta $1,77 millones no tributarán, y se presentará una iniciativa para que desde 2024 la base para tributar sea equivalente a 15 veces el salario mínimo; la decisión de Massa, anunciada en un acto con sindicatos que apoyan su candidatura, beneficia a la población de mayores ingresos
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A partir de las remuneraciones de octubre (que se percibirán en noviembre) no tendrán descuentos por el impuesto a las ganancias los empleados con un sueldo bruto de hasta el monto equivalente a 15 veces el salario mínimo, vital y móvil. Hoy esa cifra es de $1.770.000 y se corresponde con un salario neto de aportes a la seguridad social de $1.607.255,58. Hasta ahora, el piso para comenzar a tributar es de $700.875 (salario bruto) o de $581.726 (salario neto), por lo que la medida implica un fuerte incremento de esa base.
Si el reajuste del piso para tributar se instrumenta de igual manera que en oportunidades anteriores en las que solo se hizo ese cambio al esquema de Ganancias, entonces lo que se dispondrá no modificará los montos ya descontados este año por el impuesto (de todas maneras, aún está pendiente una devolución de parte del tributo, dada la modificación de los valores de la tabla de la alícuotas establecida por un decreto de necesidad y urgencia del mes pasado).
La decisión de subir la base imponible para los últimos meses de este año dejará al margen del impuesto a un grupo de asalariados. La medida repercutirá en una mejora de hasta aproximadamente el 27% del sueldo de bolsillo -según lo difundido por Economía- de muchas de las personas que están entre las que tienen ingresos más elevados del país. Según el dato oficial de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), el salario en bruto promedio de los empleados formales fue en julio último inferior a $325.000.
“Si tienen que ahorrar, compren un autito, algún bien producido en la Argentina; no me vayan a comprar dólares”, dijo Massa al hacer el anuncio, en una frase que implicó un reconocimiento del temor a que el ahorro en la divisa estadounidense sea en buena medida el destino que tendrá el dinero que se recibirá en tiempos electorales, que se caracterizan por un fortalecimiento de la tendencia a la dolarización, con los consecuentes efectos inflacionarios.
Además de disponerse un cambio en el impuesto para los últimos meses de este año, se enviará al Congreso un proyecto de ley, que buscará establecer que a partir de 2024 se vean alcanzados por el tributo quienes tengan salarios mensuales mayores al mínimo, vital y móvil multiplicado por 15. Esa iniciativa tendría un perjuicio fiscal, por menor recaudación, de $1 billón anuales, según lo comunicado por el propio Gobierno. Es un monto que, según las estimaciones de Economía, representaría aproximadamente un 0,3% del PBI del año próximo. Dada la muy alta inflación, la incertidumbre en el plano político y las variaciones que podrían tener las proyecciones sobre el nivel de actividad, el cálculo de ese efecto estará, sin dudas, sujeto a revisiones.
El anuncio de un cambio importante en Ganancias fue hecho después de más de un año de gestión de Massa al frente de Economía, en plena campaña electoral y cuando el funcionario es también candidato a presidente por el oficialismo. En los últimos años, el impuesto que pesa sobre el ingreso de las personas sufrió fuertes distorsiones por los efectos de diferentes medidas oficiales y, principalmente, por los efectos de la inflación, cuyo ritmo se aceleró este año, con especial fuerza a partir de la devaluación del peso decidida por el Gobierno el día después de las PASO.
El proyecto de ley que busca eliminar el impuesto a las ganancias de la llamada cuarta categoría, para reemplazarlo por uno a los “mayores ingresos” que alcanzaría a unas 90.000 personas -“CEO, gerentes y subgerentes y jubilados de privilegio”, según se dijo-, fue anunciado públicamente por Massa en Plaza de Mayo, frente una manifestación de apoyo a su candidatura organizada por sindicatos de la CGT.
La iniciativa, de la que comenzó a hablarse hace solo menos de una semana, recibió no pocos cuestionamientos por parte de economistas y tributaristas, que sostienen que el impuesto las ganancias debería tener un carácter progresivo en su implementación y debería estar sujeto a una actualización adecuada y completa, pero no ser prácticamente quitado del esquema tributario. A Ganancias se lo considera uno de los impuestos más progresivos (si está bien cobrado), en contraposición a otros calificados de regresivos, como el IVA, que pesa sobre los consumos masivos, incluyendo los de productos de primera necesidad y que, por tanto, impacta con fuerza en la población más pobre.
Un impuesto que se distorsionó fuertemente
El aumento de los precios y la falta de adecuación -ya de larga data- del esquema del tributo, provocó que aumentara significativamente el porcentaje efectivo del descuento al salario por la carga fiscal, incluso con ingresos que van perdiendo mes a mes poder adquisitivo. Este efecto distorsivo no se corregirá, según lo anunciado, para quienes sigan este año alcanzados por la carga fiscal, porque no habrá más modificaciones que la suba del piso imponible, al menos según lo que se conoce hasta ahora de la medida, aún no oficializada.
Los datos que se dieron desde la cartera de Economía indican que luego de la última modificación hecha al piso del impuesto, 701.928 trabajadores y jubilados pagan Ganancias (no hay una publicación oficial que permita seguir la variación de esa cifra). Con el cambio, según el Ministerio, pagarán el impuesto aproximadamente unas 90.000 personas, “0,88% de los empleados registrados en el país”. En el anuncio no se explicitó nada con respecto a los autónomos del régimen impositivo general, que pagan proporcionalmente un impuesto mayor que los asalariados.
Quienes dejarán de pagar este año el impuesto tendrán mejoras en su ingreso mensual neto que, según un informe del Ministerio, serán de hasta el 27%, aproximadamente. Esos efectos son los máximos que podría generar la medida, porque los ejemplos dados en el escrito difundido por Economía suponen el caso de personas que no hacen ninguna deducción, ni por familiares a cargo ni por gastos que pueden declararse para aliviar la carga. Si, por ejemplo se deducen dos hijos menores de 18 años, el monto del impuesto tiene un alivio.
Las cifras deducibles por diferentes conceptos, como el pago de salarios del servicio doméstico, de alquileres o de gastos médicos, o las que aplican por hijos a cargo, no tendrán modificaciones. No las tienen, en rigor, desde enero último, cuando todo el esquema se actualizó según ocurre en cada mes de enero desde 2018, porque eso establece una ley. El congelamiento de esos montos en un contexto inflacionario provocó que hoy no se mida correctamente la capacidad contributiva de las personas. Tampoco hubo actualización, desde el inicio del año, de la cifra que se descuenta del ingreso, en todos los casos por igual, antes de calcular el impuesto. Por todo este año, ese monto no imponible es de $2.619.762. Es decir, para quienes siguen alcanzados por el impuesto, de los ingresos de cada mes se considera que $218.313,5 están al margen del impuesto.
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