Ganancias: cuánto se pagaría este mes según el proyecto de ley oficial
Si se aprueba la iniciativa del Gobierno, la carga fiscal tendría variaciones mensuales por el reajuste de los montos que se descuentan en los sueldos altos para la seguridad social; buscan que los nuevos pisos se actualicen en septiembre por inflación; cuántos empleados y jubilados están alcanzados por el tributo hoy vigente
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Si estuviera vigente para los salarios de este mes el esquema del impuesto a las ganancias o a los ingresos que propone el Gobierno, un empleado con una remuneración bruta de $3 millones, sin deducciones por familiares a cargo, tendría una retención por la carga fiscal de $214.086, monto equivalente al 7,1% del salario antes de descuentos. Con ese mismo sueldo, pero aplicando deducciones por cónyuge y dos hijos menores, el tributo sería de $99.860, 3,3% del salario bruto.
Los importes difieren de los que hubieran correspondido para abril, mes en el que se habría tributado $222.830 y $107.084, en cada caso. Las cifras son los resultados de cálculos que incluyen, además del salario mensual, el proporcional del aguinaldo, ya que el impuesto correspondiente a esta parte del ingreso se distribuye a lo largo del año. Y fueron corroborados por LA NACION con fuentes del Gobierno y con la contadora Florencia Fernández Sabella, del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt.
¿Por qué, con la aplicación del mismo esquema y a igual salario variaría la cifra de un mes a otro? Eso ocurirría como efecto del incremento de la remuneración tope para hacer el cálculo de los aportes para los sistemas jubilatorio y de salud, que son el 17% del bruto. Desde abril, esa variable se actualiza todos los meses en el mismo porcentaje en que suben las jubilaciones (y eso es independiente de lo que ocurra con Ganancias), mientras que hasta marzo el reajuste era trimestral. Esto implica que para los salarios más altos aumenta mes a mes el descuento y eso deriva en un menor ingreso de bolsillo. A la vez como esos aportes se deducirían (es decir, se restarían del salario antes de hacer el cálculo del tributo), eso sería parcialmente compensado por una reducción del tributo.
En abril, la remuneración tope para calcular el descuento fue de $1.874.838,91, y en mayo subió a $2.081.258,67; así, para los salarios que superan esos montos, sin importar de cuánto sean, el aporte total para la jubilación, la obra social y el PAMI fue de $318.722,61 en abril y es de $353.813,97 este mes.
En el caso del sueldo bruto de $3 millones, el neto tras los aportes fue de $2.681.277 en abril y es de $2.646.186 en mayo, de lo cual se desprende una diferencia de $35.091 (son menos pesos que llegan al bolsillo y más pesos para los sistemas de previsión social y de salud). Como efecto, el monto a pagar por Ganancias se reduce, pero en una cifra inferior: en $8744.
Si con igual remuneración el empleado dedujera cónyuge y dos hijos menores de 18 años, el impuesto mensual en mayo sería de $99.860, en tanto que habría sido de $107.084 en abril (cuando era menor el aporte a la seguridad social). Pese a la reducción del impuesto de un mes a otro, el salario de bolsillo sería igualmente más bajo.
Las claves del proyecto
Las deducciones por familiares a cargo están previstas en el proyecto de ley y, en cambio, no se aplican en el esquema actual de impuesto cedular a los mayores ingresos, que alcanza a quienes tienen remuneraciones brutas de al menos $2,34 millones. La iniciativa en debate en el Congreso busca disponer, junto con otros cambios, que el piso salarial para tributar sea, hasta agosto de $1,8 millones en bruto ($1,494 millones netos) para empleados sin deducciones por familia ni de otro tipo.
Para un asalariado con cónyuge y dos hijos menores de 18 años declarados a su cargo, el salario neto más bajo alcanzado por el impuesto sería de $1.981.278, que equivale a una remuneración bruta de $2.300.000 en abril y de $2.335.091 en mayo (la diferencia entre un mes y otro surge de lo antes explicado con respecto a la remuneración tope para aportar). Y, por citar otro ejemplo, un empleado que deduce dos hijos menores (y no cónyuge), tributaría a partir de un salario neto de $1.738.683, que se condice con un bruto de $2.057.405 en abril y de $2.092.497 en mayo. En septiembre los montos tendrían una actualización por inflación.
Tal como ocurría hasta la última reforma de la ley del impuesto, en caso de aprobarse el actual proyecto para deducir familiares deberían darse ciertas condiciones. Estar casado no determina que se pague menos impuesto, sino que para ser deducible la persona cónyuge o conviviente no debe tener ingresos propios (o, de tenerlos, solo serían admitidos montos muy reducidos). La propuesta también prevé que puedan volver a deducirse (es decir, a descontarse del ingreso antes del cálculo del impuesto) una serie de gastos, como los alquileres o los honorarios médicos.
Además, se busca terminar con varias exenciones, algo que impactará con mayor fuerza en algunas actividades en particular. Y, en una de las cuestiones más conflictivas problemáticas para lograr la aprobación del texto en el Senado (tras la ya conseguida votación en Diputados), no se contempla el histórico diferencial en las deducciones para aliviar la carga de quienes viven en la región patagónica.
La iniciativa consigna un mecanismo para lograr que, pese a ser Ganancias un impuesto de cálculo anual, no queden gravadas las remuneraciones cobradas desde enero de este año y hasta antes de la vigencia de la eventual nueva ley.
En cuanto a las exenciones, se busca eliminar de la legislación la dispuesta para las diferencias entre el valor de las horas extras y el valor de las horas ordinarias por el trabajo hecho en feriados, días inhábiles y fines de semana; la de los bonos por productividad, y la de los ingresos originados por las guardias “realizadas por los profesionales, técnicos, auxiliares y personal operativo de los sistemas de salud”. Todos esos conceptos quedarán alcanzados por el impuesto en caso de aprobarse el marco legal que hoy se debate. Además, no habría deducciones de montos de la base imponible por viáticos y gastos de movilidad.
Cuántos empleados tributan hoy
Según datos presentados días atrás por la Jefatura de Gabinete en el Senado, en febrero último fueron alcanzados por el impuesto actual a los ingresos 218.438 asalariados y jubilados. La cifra viene en aumento desde noviembre de 2023, cuando se notó con mayor fuerza el impacto de los cambios hechos para liberar del tributo a gran parte de los trabajadores antes alcanzados. En el penúltimo mes del año pasado tuvieron retenciones 123.680 empleados y jubilado, luego de que entre enero y agosto los descuentos habían alcanzado a más de un millón, un umbral que se traspasó hacia abajo en septiembre, cuando el número de retenidos fue de 859.480.
De las personas alcanzadas en febrero (sin contar a los autónomos), 65.124 eran empleados del sector productor de bienes, como el agro y la industria, en tanto que 144.872 trabajaban en servicios. Y 8442 eran jubilados de diferentes regímenes.
Que en los primeros meses de este año el número de personas alcanzadas por la carga fiscal haya estado en alza es algo que responde a la desactualización, de cara a la inflación y a la recomposición de ingresos, del piso para tributar. A fines de 2023 la base (el llamado comúnmente mínimo no imponible) era de $1,98 millones, mientras que en el primer semestre de este año es de $2,34 millones. La diferencia entre un monto y otro es de 18%, en tanto que la inflación de diciembre a abril fue de 107%.
De todas formas, la ley vigente prevé una actualización, a mitad de año y con efecto retroactivo a enero, de todas las variables que definen quiénes y cuánto tributan. En el actual esquema el piso equivale al salario mínimo, vital y móvil (SMVM) multiplicado por 15. Durante el primer semestre se considera el SMVM de enero mientras que en julio debería tomarse el valor de ese mismo mes y debería recalcularse el impuesto del primer semestre según los nuevos parámetros.
Aún no se conoce cuál será el salario mínimo de julio, pero solo con multiplicar por 15 el valor que rige en mayo, el menor salario alcanzado por Ganancias se iría a algo más de $3,5 millones. Con su propuesta de actualización para este año, la ley buscada por el Gobierno haría que los pisos de ingresos para tributar a partir de septiembre dependan de la inflación que se acumule en el trimestre de junio a agosto.
La meta de la progresividad
Una cuestión clave en el diseño del impuesto está en el grado de progresividad que se derive de la la tabla de alícuotas. En los últimos años, una de las distorsiones que ganó fuerza fue la del pase rápido entre no tributar a pasar a hacerlo, casi sin escalas, con las tasas de imposición más altas del sistema.
Si bien los tributaristas coinciden en gran medida y desde el punto de vista técnico en que con el proyecto se mediría mejor la capacidad contributiva y que el impuesto sería más progresivo, hay luces de alerta. Fernández Sabella las muestra con un ejemplo: un empleado con una remuneración de $2,3 millones estaría exento si deduce esposa y dos hijos, en tanto que si obtiene un aumento de 30% que llevara su sueldo a $3 millones, ya tributaría con una tasa marginal de 19%, la quinta de la tabla de nueve alícuotas. Y el problema es el contexto: ese reajuste de 30%, según cómo y cuándo se otorgue, podría ni siquiera compensar los efectos negativos de la inflación sobre el bolsillo.
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