Gabriel Rubinstein: “No había chances de evitar ir al equilibrio fiscal; es una piedra angular para estabilizar″
Es economista formado en la UBA e hizo cursos de posgrado en IDES; fue integrante del comité de riesgo soberano de DCR-Fitch Ratings y asesor de Roberto Lavagna durante su gestión como ministro; en esos años fue director del Banco Central; en 2022, asumió como viceministro de Economía, en el equipo de Sergio Massa; es director de Yier Consultora
“El escenario de levantar el cepo sin riesgos no existe”, describe el Gabriel Rubinstein, quien hasta hace meses se desempeñó como viceministro de Economía, en la gestión de Sergio Massa. El exfuncionario, que también trabajó en el equipo de Roberto Lavagna, elogia la decisión del Gobierno por ir a un “ajuste fiscal inmediato” pero advierte riesgos asociados a la falta de dólares y la política monetaria.
“Para mí es una macroeconomía ordenada se resume en equilibrio fiscal y dólar único, nominal y estable”, dice el economista en un diálogo con LA NACION donde repasa su gestión, realiza autocríticas por las medidas y apunta contra sectores de su coalición que no privilegian el “equilibrio fiscal”, al que define como “la piedra angular” de una estabilización.
“Los mejores ejemplos en las últimas décadas fueron en el principio de la Convertibilidad y también en el año 2002 a 2005. En los dos casos, la inflación fue menos del 5% anual o menos, sin controles de precios y la economía en crecimiento. Y a los dos gobiernos que hicieron eso, Menem y Kirchner, les fue bien políticamente. Y esos paradigmas se perdieron por distintas causas, siempre políticas”, dice Rubinstein.
-¿Por qué pasa eso?
-Es para una interpretación político sociológica, pero en esencia los políticos se tornan megalómanos, y quieren hacer rápidamente cosas en sus mandatos, sean los mejor o peor intencionados, entonces se desborda el gasto público, porque no evalúan la importancia de mantener ese orden macroeconómico. Y si viene la buena y hay plata, tiremos la casa por la ventana, sin pensar que no es así lo que le conviene al país, y dale que va. Mientras las cosas van bien, te podés endeudar, perder reservas, hasta podés emitir un poco con algo más de inflación, y no importa la deuda, el BCRA o un pepino. Eso choca, y volvemos siempre a la misma historia. Pasó en la convertibilidad y en el kirchnerismo. En el caso de Cristina, de 2007 a 2015, pasó de 3% de superávit a más de 4% negativo. Es 7 puntos de caída, sin guerra y sin pandemia. Es horrible. Y se perdieron US$40.000 millones de reservas. Y hoy es la clave de todos los problemas que tenemos. No hubo conciencia de lo que es el orden macro y la importancia de mantenerlo, aunque tu gobierno sea, entre comillas, mediocre. Esa megalomanía política es un problema. Además, Cristina ganaba las elecciones por afano. No había ninguna razón para tirar todo por la borda.
-Recientemente, la expresidenta dijo que el problema no es el déficit sino la deuda…
-No sé. Habría que preguntarle a Cristina cómo no entiende que la deuda cuando crece, crece porque hay déficit. Si no, no crece.
-¿Qué análisis hace de su paso por la última gestión?
-Se filtró el plan que yo le había presentado a Massa, en julio de 2022. Y ahí decía que había que eliminar el déficit y devaluar para bajar la brecha, cosa que Milei hizo.
-¿Y por qué no se hizo?
-Porque prevaleció una idea más gradualista en cuanto al déficit, de solo cumplir lo que se comprometió con el FMI. Yo vi que la dirección era la correcta, y me quedé porque vi que había una mejora en esa dirección, aunque no era lo que yo quería. Hoy, todavía Cristina sigue pensando que el déficit fiscal no importa… Acordate que ella, o el kirchnerismo, le reprochaban a Guzmán que quería tener déficit de 3%, que es muchísimo, y que por qué no lo llevaba a 4%, que lo había aprobado el Congreso. El Congreso aprueba déficits totalmente insostenibles en la Argentina. Y yo en ese momento, un 1,9% lo vi como una mejora. Insistí para que fuera cero, pero no logré convencer. Alguien me podría achacar, si no te dieron bola, por qué no te fuiste, pero a veces uno toma decisiones porque ve una oportunidad de hacer algo en la dirección que vos querés, aunque no sea lo que vos querés. Se tomó un enfoque más gradualista para bajar sistemáticamente el déficit. Y se logró al principio, y después no se pudo, por dos razones.
-¿Cuáles?
-Una fue la sequía, y al final porque hubo un poco de desborde fiscal por las elecciones. La intención estaba. Y Massa dijo que en 2024 iba a ir a superávit fiscal. Como Milei. Quizás uno puede decir que no es tan creíble como Milei, y te lo puedo aceptar. Massa lo hubiera hecho más gradual y Milei fue más drástico, pero no había chances de evitar ir al equilibrio fiscal. Es super necesario. Es una piedra angular. Sin equilibrio fiscal, no hay posibilidad de estabilizar. Siempre tenés emisión, devaluación, aumento de precios. Por eso, el gradualismo ahí es complejo.
-¿Cuál es su análisis del plan de ajuste impulsado por Milei?
-Milei lo dice. Lo que hace el ajuste fiscal es reemplazar el impuesto inflacionario por otros impuestos. En la práctica, sumaron impuesto PAIS, licuaron jubilaciones, no les pagaron a las provincias y otros temas, y lograron un ajuste fiscal inmediato, que creo que es valioso hacerlo inmediatamente. Y con eso, lo que sería el concepto de impuesto inflacionario se evita. Pero el ajuste fiscal en sí no tendría que ser recesivo.
-¿Por qué?
-Porque un determinado gasto se financia con impuestos, con un bono o con emisión, que te obliga a tener más plata en el bolsillo. Si hoy salís con $30.000 en el bolsillo, y a lo mejor hace un año salías con $10.000, esa decisión implica que vos dejás de consumir $20.000, que no te hace más rico, sino simplemente que la inflación te lo morfó. Eso se llama impuesto inflacionario. Y el gasto es el mismo, más allá de cómo se financie. Y Milei lo entiende perfectamente. La pregunta es por qué toma con tanta liviandad el tema de que la recesión es corta, que tiene forma de V y después sube. Y el otro elemento que juega es la devaluación. Hay dos clases. Algunas son, como le pasó a Macri en 2018, para corregir la situación externa: se fueron capitales, hay devaluación y la economía se achica. Es recesión. Pero ahora lo que había es una brecha cambiaria muy alta, que no permite que la economía funcione bien, acumular reservas. Ahora, devaluar es para eliminar la brecha, no para licuar el salario o porque hay salida de capitales. Eso es lo que yo proponía en agosto de 2022. Se tardó un año, se hizo en agosto de 2023, pero ya era tarde, mal y sin ayuda, y perdió el efecto.
-¿Qué análisis de los últimos movimientos del dólar?
-Hace algunos meses, el Gobierno encontró un buen momento, cuando el dólar paralelo bajó de $1200 a casi $1000, y la brecha importadora con el oficial, al sumarle el impuesto PAIS, era casi cero. Milei lo valoró. Lo bueno hubiera sido que eso se defendiera y continuara. Pero se cometieron una serie de errores, como una política monetaria muy expansiva. En febrero y marzo, la base monetaria eran $10 billones de pesos. Ahora son $18 billones. Y no se explica. Están defendiendo la no emisión de dinero, pero la expansión fue del 80%, con compra de dólares, y porque se liberaron más pases de los títulos que se colocaron. Son diferentes mecanismos, y puedo analizar que parte de la emisión era necesaria, para convalidar inflación que ya había ocurrido. Pero con el mismo argumento de Milei, que destacó que el dólar estuvo quieto porque la emisión estuvo quieta, no esperes que el dólar se quede quieto si hay emisión. Y también es exagerado cuando se ve la liquidez del sistema financiero. La tasa de caución llegó a ser 2,5%, que es casi igual a la del crawling peg. Incentivaste que los exportadores se endeuden en pesos y no liquiden, y que los depositantes se vayan de los depósitos en pesos para comprar dólares. Bueno, no hagas eso porque tirás por la borda lo que se había logrado.
-¿Y hacia adelante?
-Se compró un problema muy importante, de vuelta con una brecha muy alta, que hace que nadie quiera liquidar dólares y empezás a querer importar cualquier cosa, porque en algún momento la brecha va a desaparecer. Importar vuelve a ser negocio. Y para mantener el contado con liqui, tenés el dólar blend, hacés intervención cambiaria y nunca comprás dólares.
-¿Hay herramientas para revertirlo?
-Ahora están tratando de que las tasas sean un poco más positivas. Se acordaron tarde. Y otro error importante es el zafarrancho con los pasivos remunerados, porque tienen serios errores de diagnóstico y las medidas son equivocadas. Porque esos pasivos no son el problema que ellos creen que es. Y porque además de la emisión endógena de dinero también deberían decir que ha demanda endógena de dinero. Los intereses que pagan los pasivos son los intereses que cobran los depositantes. Y el grueso de eso es porque hay inflación. Si la inflación es 5% y a vos te pagan 5%, está todo igual. Y naturalmente estabas inclinado a dejar el depósito en el banco. Es una demanda endógena, que no genera inflación. Ellos creen que el déficit cuasifiscal produce inflación. Y para mí no es así. Y lo peor, es pensar que porque pasivo en lugar de estar en el BCRA está en el Tesoro, se acabó el problema. Y eso es una tontería. ¿Si los intereses los paga el BCRA son inflacionarios, pero si los paga el Tesoro, no? ¿De dónde salió esa teoría?
-Lo que sostienen es que eso aumenta el esfuerzo fiscal.
-Si fuera el caso, y si fuera tan fácil, simplemente digan que los pases del BCRA los paga el Tesoro. ¿Qué vas a hacer, duplicar el IVA para pagar los intereses? ¿Bajar las jubilaciones a la mitad? Si los intereses subieran mucho, ¿cómo hace el Tesoro para tener esa plata? Es mucho más rígido que el BCRA. No funciona así. Y meten en un laberinto, inventan esta letra nueva, que no tiene nada que ver con el cepo.
-¿Qué perspectivas hay con respecto a la política cambiaria?
-El déficit fiscal te obliga a emitir y al mismo tiempo te obliga a devaluar. No podés tener un dólar quieto y emitiendo permanentemente dinero. Mismo Milei dice que un crawling peg al 2%, la inflación nunca baja del 2%. El éxito de un programa es llegar al 5% anual. Para eso hay que devaluar cero, entonces también la tasa de interés converge a cero. En el caso argentino, tenés que emitir cero y para eso tenés que tener déficit cero. El Gobierno lo hizo, pero hay otra parte que no, por razones objetivas y subjetivas. No todo es culpa de Milei, para nada. Es un problema heredado, también heredado por Massa, y es que nos quedamos sin dólares. Y sin dólares, no es tan fácil mantener el dólar nominal estable, porque esa promesa no se sustenta. Y a la larga podría alcanzarte solo con la parte fiscal, pero normalmente no es suficiente. En Argentina, una economía tan bimonetaria y acostumbrada al ahorro en dólares, es muy probable que ante cualquier circunstancia negativa del mundo o propia, haya corridas, y tenés que estar preparado para que la gente se quiera dolarizar. Y la única manera para estar preparado es teniendo dólares y con capacidad de intervenir cuando te lo piden. Eso se hizo en la Convertibilidad y en 2002.
-El Gobierno anterior terminó con US$11.500 negativos…
-Hubo una serie de factores. No podemos minimizar el shock de la sequía, que significó más de US$21.000 millones menos. Se podría haber optado por una recesión grande para bajar las importaciones, forzar todo el sistema para no perder tantos dólares, pero era un costo sumamente elevado; tenías que eliminar la brecha. Era una muy fuerte devaluación, generando condiciones de hiperinflación, y a lo mejor terminabas mal igual. Hay distintas cosas que hacen que en ese momento se perdieran reservas. También hubo intervención cambiaria y otras cosas para que no se fuera todo al demonio. Pero si hubieras devaluado tempranamente y hubieras hecho ajuste fiscal, hubiéramos estado en mejores condiciones para enfrentar la sequía.
-¿Cómo se puede salir del cepo?
-Cuando Milei dice ahora que si tuviera US$15.000 millones levantaría el cepo, tiene razón. Hace bien, porque se necesitan dólares para levantar el cepo. No tiene nada que ver con los pasivos del BCRA ni los puts. Pero no tenés dólares, y lo que ve el mercado es que hacia adelante no tenés manera de comprar. Por eso veo difícil que ahora el dólar baje mucho. Si bien ellos recuperaron US$12.000 millones de reservas, hay un montón de cuestiones potergadas, importaciones, Bopreal. Está el tema de la deuda, con un riesgo país de 1500 que muestra que estás lejísimos de poder ir a los mercados. Y por otro lado, están todos los activos monetarios en pesos, sean depósitos o bonos públicos, que hoy al contado con liqui equivalen a US$60.000 millones. Entonces, si bien vos recuperaste dólares, el problema es mayor. Si vos mañana levantás el cepo, y tenés una corrida de solo el 10% de los activos de la gente, son US$6000 millones, y no lo podés afrontar. Por eso cuando dicen que no hay apuro en levantar el cepo, es porque saben que no tienen dólares. En noviembre estabámos muy mal y no se podía levantar, y ahora tampoco.
-¿Y qué margen hay?
-Si lo levantás, sin dólares, y toda tu apuesta es que la gente te crea que tenés la situación fiscal y con eso suficiente, te expones a brotes de tipo hiperinflacionario. Hoy, el escenario de levantar el cepo sin riesgos no existe. Por eso, tienen que sí o sí conseguir que alguien preste dólares. Sería una manifiesta incapacidad no solo de este gobierno, sino de la Argentina, que dado su historial, no consiga un préstamo en dólares, más cuando hicieron el ajuste fiscal que hicieron y con la impronta liberal que tienen. Conseguí US$7000 millones y arriésgate a levantar el cepo, aunque sea con algún riesgo de devaluación. Porque nadie te va a prestar plata si no devaluás, para que lo patines en el mercado a $1000. Te lo van a dar con una devaluación o unificación.
-Como pasó con el FMI en agosto de 2023.
-Es lógico que el gobierno quiera evitarlo, pero va a ser muy difícil evitar. Lo que hace es que seguramente tengas un nuevo episodio, como el de diciembre, y el camino de la inflación no va a ser tranquilo. Va a ser, de pronto, con algún sobresalto. Pero Menem también tuvo dos años hasta la convertibilidad. Este quizás sea un episodio, y seguramente se necesite otro hasta logra la estabilidad.
-¿Qué perspectivas hay de recuperación?
-Creo que se podría recuperar en forma moderada, de tipo pipa de Nike, a partir de una suba permanente del salario real, que siempre le gane un poquito a la inflación, pero yo la veo como una suba moderada. No veo que haya esas grandes inversiones ni por el RIG, ni por nada, que cambien la aguja, eso va a ser lento. Y tampoco las exportaciones, más allá de la soja y de que no hay sequía.