Gabriel Martino: “La Argentina está fuera del mundo, los inversores no la quieren ni ver”
Según el expresidente del HSBC, el país tiene un serio problema político desde hace décadas y la falta de institucionalidad hace que no puedan resolverse los problemas; su visión sobre la deuda, el acuerdo con el FMI y el gasto público
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Es contador público por la Universidad Católica Argentina (UCA) y obtuvo un MBA en IDEA; luego de hacer carrera en el HSBC, a principios de 2012 asumió la presidencia del banco en la Argentina, cargo en el que estuvo hasta 2019; en 2020 armó un fondo de inversión llamado BFL Invest, con el cual fundó la billetera virtual Clave
Gabriel Martino hizo una carrera de casi 23 años en el banco HSBC; empezó trabajando en la mesa de dinero y llegó a ser el CEO en la Argentina. Dos años atrás fundó la billetera virtual Clave, que hoy dirige.
–¿Es sustentable la deuda de nuestro país en pesos?
–Creo que antes tenemos que pensar si algún día queremos ser un país normal. Cuando se agarran los temas puntuales, como la deuda en pesos, ante esta anormalidad, cualquier cosa puede pasar. Si yo llevo eso a la normalidad, te diría que tiene una solución. Cuando se ven solo los índices, la Argentina no tiene problemas de sustentabilidad de deuda, no hay problema de dólares, no hay problema tampoco de importaciones. Tenemos que pensar los argentinos si queremos un país normal.
–¿Qué falta?
–Nos falta institucionalidad. La Argentina tiene un serio problema político desde hace 70 u 80 años. Hasta que no nos pongamos de acuerdo con siete u ocho cosas básicas, y hasta que no haya alternancia y se cumplan esos objetivos, la Argentina no sale y vamos a seguir anormales. América Latina se está corriendo un poco a la izquierda, con Chile, Perú y ahora con Colombia, pero los países tienen una institucionalidad tal que es muy difícil que se cambie el rumbo. Gustavo Petro [flamante presidente electo de Colombia] arranca con 10 diputados, no va a poder hacer muchos cambios. En Perú y en Chile pasa lo mismo. En la Argentina estamos cinco pasos atrás, necesitamos tomar el camino a la normalidad, con acuerdos básicos, necesitamos que haya alternancia lógica. Cristina [Kirchner] dijo en su discurso de esta semana que la inflación es problema de la deuda e hizo comparaciones con los países del G20, donde la Argentina está en el medio entre los que tienen déficit fiscal. El problema es que a nosotros no nos prestan y a los demás, sí. Eso es lo bueno del crédito, que te da apalancamiento para hacer cosas, pero la Argentina ya no tiene acceso al crédito. Entonces, para qué vamos a seguir hablando de déficit fiscal, si con deuda no se puede financiar. O se reduce o habrá que emitir, lo cual genera inflación, guste o no. El relato se puso tan profundo en la Argentina, la cosa ilógica de anormalidad, que estamos discutiendo si la emisión genera inflación o no, en un país como la Argentina, donde encima las expectativas son muy negativas.
–El Gobierno lanzó un canje para refinanciar los 595.000 millones de deuda en pesos. Si el Ministerio de Economía no logra una renovación, ¿la alternativa es emisión del Banco Central para financiarlo?
–Cuando el Gobierno gana y toman posesión del poder en 2019, la lógica en cualquier país al que le pasó lo mismo que a la Argentina es que primero hay que tener un plan y después, arreglar con el Fondo, que es el prestamista de última instancia, para que a su vez ayude a arreglar con los bonistas y hacer todo más sustentable. La Argentina hizo todo al revés: no hizo un plan y tuvo un mal arreglo con los bonistas. La conclusión es que el riesgo país está en 2200 puntos y los bonos valen 25 dólares, el rendimiento es más barato que el de los bonos de Ucrania. La licitación de esta semana, entonces, es una tómbola, puede pasar cualquier cosa, porque si no se logra recaudar el monto se emitirá más, se pagará con emisión y eso va a generar un piso más alto de inflación. Tenemos que volver a la normalidad. Es muy sencillo, no hay mucha vuelta.
–¿Ayudan las reuniones que mantiene el ministro con banqueros?
–A mí me gusta decir: argentinos a las cosas. Ya basta de reuniones, de explicar cosas inexplicables. Cualquiera que gobierne tiene que hacer un plan, explicarlo y después implementarlo. ¿De qué sirve hablar, si no hay un plan?
–El ministro dice que el plan es el programa con el FMI.
–Ese es el no plan, porque en el primer trimestre, cuando tuvimos que ver las metas de cumplimiento, no se cumplió. El ministro tampoco explica; este Gobierno tampoco explica. Cuando se toma la serie de gastos consolidados de provincias, municipios y gobierno nacional, el gasto desde 1963 hasta 2004 fue de alrededor de 20% del PBI. Hay años en los que el gasto fue menor y otros en los que hubo más, como en el segundo gobierno de Carlos Menem, cuando quiso la re-re [elección]. Después de 2005, el gasto sube a 42 puntos del producto, es algo que no tiene razonabilidad. Y no se invirtió en infraestructura, en generar competitividad para que haya inversión y para que eso genere empleo a largo plazo. No sé todavía en que se gastó. Nos gastamos veintipico puntos del producto y encima nos gastamos las jubilaciones de todos nosotros en no sé qué, en gastos superfluos. Entonces, no sé qué va a pasar con la deuda de corto plazo. Con un plan es sustentable; sin un plan, cualquier cosa puede pasar.
–¿Cómo ve la situación económica, con un gobierno débil al que le quedan 17 meses de gestión?
–La veo mal. Por un lado, cuando se toman 15 actividades en la Argentina, la mayoría está ganando dinero, aunque está en un corralito, les estuvo yendo medianamente bien hasta el primer trimestre de este año. A partir de ahora, debería empezar a caer todo eso, pero no hay expectativa. Es decir, está pasando algo ilógico, que es que el mundo quiere energía y alimentos y a nosotros nos sobra eso, pero tenemos un faltante de dólares en donde tienen que estar. La economía argentina está mal, no hay expectativas, no hay inversiones de corto plazo, hay siete u ocho sectores que son ganadores, además de los de alimentos y energía, que podrían ser más ganadores, como minería y turismo, pero se está pensando en otra cosa.
–¿Es desconfianza o falta de instituciones? Porque el gobierno de Mauricio Macri tampoco lo logró solucionar.
–Mi opinión es que este es un problema político y eso se va a medir el día en que alguien gane las elecciones y tenga un acuerdo del 70%, y que en ese acuerdo ya exista una alternancia, que no significa que gane siempre gente del mismo partido. Está bueno que a lo mejor gane en algún momento la oposición, pero que sea una oposición racional, no que nos vayamos de bandazo de derecha a izquierda, a pesar de que, lamentablemente, la Argentina en los últimos 20 años se fue de un bandazo al populismo totalmente equivocado. Hasta que no tengamos un acuerdo político, no va a haber inversión o habrá inversión como la que tenemos ahora, de corto plazo. Si sacamos el circo de la Argentina, cualquiera invertiría, sin lugar a dudas. El mundo quiere energía y alimentos. La Argentina tiene Vaca Muerta, que es la segunda reserva de gas y la cuarta de petróleo. En minería, Chile exporta US$50.000 millones; la Argentina, solo US$2500 millones, cuando tiene la segunda o la tercera reserva de litio más importante del mundo. En la pospandemia, la gente quiere verde, agreste, naturaleza y aire libre, todo lo que tiene para ofrecer la Argentina en materia de turismo. También puedo nombrar la agroindustria, el agroalimento, la industria farmacéutica, y la exportación de servicios, donde hay operaciones por US$6000 millones, pero podría haber por mucho más. Entre los lugares más importantes del mundo en exportación de servicios está Polonia, en el medio de Europa; el banco en el que trabajé [HSBC] tenía una importante cantidad de gente allí, un país que está al lado de Ucrania y Rusia, que está en el centro del problema. ¿No deberíamos pensar en la Argentina en tener un plan, estando en un lugar en América Latina, donde no hay problemas raciales, políticos ni se vislumbra una guerra en los próximos años? Porque no hay institucionalidad, estamos pensando en otra cosa.
–¿Cuándo perdimos esa institucionalidad? ¿Por qué Perú, Chile o Colombia la recuperaron o la fortalecieron y nosotros no?
–La Argentina tuvo varias oportunidades. Desde mitad del siglo pasado está en un continuo y absoluto retroceso. Estudié profundamente historia económica argentina con Gerardo Della Paolera durante un año y medio y, para no discutir, podemos hacer un análisis desde la nueva democracia. Para mí, la primera presidencia de Carlos Menem debe haber sido la mejor de la historia, no la segunda, porque después quiso la re-re y otra vez subió el gasto y empezaron los problemas. La Argentina tuvo dos oportunidades históricas, con Menem y con Néstor Kirchner, que tuvo la gran oportunidad de hacer un gran cambio en la Argentina y ser, para los libros de texto de los próximos 50 años, no solo un estadista, sino un héroe, pero ¿qué pasó? La Argentina tiene los términos de intercambio de los más importantes de la historia y sube, con Cristina, 20 puntos el gasto, y no en inversiones en infraestructura para generar competitividad, atraer inversiones y crear empleo sustentable. Los libros de historia van a hablar de su responsabilidad respecto de esto sin lugar a dudas.
–Es decir, cambiaron los términos de intercambio y no tenemos como financiarlo...
–Exacto. Y esto tampoco cambia en cuatro años. Por supuesto que Macri cometió errores, que hubo problemas de implementación, fallas en el origen del entendimiento de cuáles eran los problemas. Pero en cuatro años no se cambia un rumbo. Cuando se fue, en 2019, Macri dejó un déficit cercano a cero, el Banco Central estaba sin emisión, fue una ayuda muy grande para el inicio de la gestión de Alberto Fernández. El tema es que no lo sabemos aprovechar. Y de nuevo, esto no es política, es dato de la realidad.
–¿Cómo ve a los mercados financieros internacionales? ¿Qué impacto tiene en la Argentina la suba de tasas de Estados Unidos?
–Desgraciadamente, la Argentina está fuera del mundo, no la quieren ni ver. Seguimos batiendo récords negativos. Que la deuda valga 25 dólares y que el riesgo país suba el doble después de la reestructuración, creo que no hay ningún caso así en la historia. Por un lado, como la Argentina está endeudada, en los flujos mensuales en algún momento no la va a ayudar, pero como el mundo busca ciertas cosas, como energía y alimentos que a la Argentina le sobran, realmente el mundo de hoy es una oportunidad, no un problema. Ahora se está hablando de una recesión en Estados Unidos, que eso va a bajar un poco el crecimiento y puede pegar un poco en el precio de las commodities, pero no es lo que estoy viendo en el corto plazo.
–¿Cómo ve al mercado de las criptomonedas?
–La criptomoneda es una nueva clase de activo, que todavía el mercado más convencional no ha aceptado tanto y, por ende, no se ha regulado. Lo positivo es que el bitcoin haya caído de US$60.000 a US$20.000 sin contagiar al otro mercado. Por más que se ha perdido una fortuna de plata en todas las criptos, eso está bastante encapsulado en el ecosistema cripto. En mi opinión, no hay por ahora un contagio al otro mercado, no hay gente que haya tomado plata prestada con garantía de acciones para comprar más cripto, algo que pasó en otras crisis, como en 2008, por ejemplo.
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