Los reyes de los memes argentinos son de Venezuela
“Cuando creés que por tener lindos ojos sos fachero” y “Cuando ves que tu ex sube una historia con la persona que decía no conocer” son frases formuladas en una jerga argentina (y millennial) perfecta y precisa. El Kilombo es la cuenta de Instagram que escribe la posta, las grafica con humor y por eso la siguen casi tres millones de personas. Detrás de la arroba correspondiente están tres amigos venezolanos, que llegaron al país con un total de 3000 dólares entre los tres.
Hoy, viven de generar contenido para la cuenta que financian con publicidad y cobran entre $ 12.000 y $ 16.000 por foto.
“Los argentinos son muy sociales. Siempre hay una excusa para reunirse entre asados, mate o medialunas. Se hablan todo el tiempo y eso se nota en las redes: comentan, likean y taggean a otros”, cuenta Gagliardoni, que por primera vez muestra la cara del otro lado de la pantalla,
Gagliardoni y sus dos amigos, Javier Ríos (29) y Edgar Anzola (28), se conocen desde hace seis años y abrieron la cuenta inspirados en otros proyectos parecidos de América latina que ya estaban monetizando sus contenidos. “La abrimos porque si salía bien era una buena puerta de entrada al país, y de paso aprendíamos la jerga local”, dice, y agrega que aprendieron de mirar Twitter y hacerse amigos locales.
Comparten, además, la vocación de ayudar a quienes puedan. Los seguidores de El Kilombo saben que pueden contar con la cuenta para la difusión de proyectos solidarios, que van desde la donación de médula ósea hasta encontrar un perro perdido.
A otros colegas cómicos que intentan juntar un público les cobran una cifra acorde con sus posibilidades de pago.
La grieta digital
Un error de cálculo les implicó un traspié con sus seguidores. “Nos llamábamos Chistes Argentina y teníamos casi 100.000 seguidores, pero perdimos 6000 cuando cambiamos a El Kilombo porque hubo quienes asociaron la K del logo con Kirchner”, recuerda los primeros momentos del emprendimiento.
El Kilombo está terminando de afilar los últimos detalles para su próximo paso: una aplicación para Android y iPhone que sea un carrete de fotos, videos y gifs que permita a los usuarios hacer memes propios para compartir. Con un banco de imágenes preseleccionadas (y por supuesto la posibilidad de subir nuevas), cada una determinada cantidad de posts va a haber publicidad que monetizarán en CPM (cost per mile, un precio cada miles de impresiones). Estará lista en dos meses y fue desarrollada íntegramente en el país.
Un tiro al piso
La expresión venezolana “un tiro al piso” habla de algo que no tiene posibilidad de fallar. El grupo de amigos estaba entre abrir un restaurante de woks para llevar en una esquina en Palermo y atenderlo entre los tres o jugársela por ser emprendedores digitales. “Internet es el futuro, eso es un tiro al piso”, concluyó.
No conocía el país antes de instalarse aquí; vino atraído por las oportunidades de innovación y tecnología aquí, además de la facilidad legal del Mercosur. “A diferencia de Estados Unidos, acá todavía hay mucho por hacer con modelos probados afuera”, explica. Habla una y otra vez de la creatividad argentina y el talento digital que ve aflorando. Los tres son grandes amantes del emprendedorismo, el mundo de la tecnología y las redes sociales.
El contenido y la estética de cada posteo están cuidados con una serie de normas, como por ejemplo: no se ríen de otros (pero sí de sí mismos) y cada posteo tiene un marco y un filtro que lo identifican. En Caracas había empezado a estudiar economía y cuando llegó a la Argentina quiso continuar en la UBA, pero la reválida y los trámites necesarios consumían tanto tiempo que desistió de graduarse.
El 50% de sus seguidores están en el rango de los 18 y los 24 años y el 10% tienen entre 13 y 17 años, señal de que atraen también a la generación Z. El 89% del total son argentinos y el 61% son mujeres. “Las mujeres son muy de comentar y por eso tenemos una de las métricas de engagement más altas del mundo.” Leo Messi los sigue, pero también Catherine Fulop, Sofía Zámolo, el Club Atlético River Plate, la cuenta La Bombonera y Dante Spinetta.
La cuenta tiene un distintivo único: es de las pocas capaces de ser influencer, moldeadores de opinión, sin estar asociados a un nombre, una edad ni un sexo. “Como es contenido orgánico, se conecta emocionalmente con el usuario”, añade.
Mini bio
Edad: 25 años
Llegada al país: 2015
Historia: junto con dos amigos escapó de la situación en Venezuela. Comenzaron una cuenta de Instagram cómica que habla directamente a un público argentino y digital