Ford abre la billetera y acelera en China
Busca elevar su cuota de mercado del actual 3%
SHANGHAI—Hace apenas unos años, Alan Mulally, el presidente ejecutivo de Ford Motor Co., le dedicaba cerca de 10% de su tiempo a los negocios de la automotriz estadounidense en China. En la actualidad, el mayor mercado de automóviles del mundo acapara cerca de una tercera parte de su agenda semanal y la de sus lugartenientes.
El cambio es importante para el futuro de Ford, que aún tiene un largo camino por recorrer en China. El fabricante estadounidense se demoró en arribar a China, donde su participación de mercado bordea 3%. En cambio, Volkswagen AG estima que su cuota del mercado chino asciende a 18,2% y General Motors Co. calcula que su participación fue de 14,6% en 2012.
Ford está abriendo la billetera para recuperar el terreno perdido. Prometió invertir US$5.000 millones en la construcción de cinco plantas en China, que se sumarán a las cuatro que ya tiene. La empresa, que tendrá que aumentar su participación de mercado para utilizar toda la capacidad de sus fábricas, se ha propuesto como meta duplicar el número de concesionarios a cerca de 800 para 2015, lanzar 15 vehículos e introducir la marca Lincoln en el país en 2014.
"Claramente, este va a seguir siendo el mercado de mayor crecimiento para nosotros, tanto en ingresos como en ganancias, durante los próximos años", dijo Mulally en una entrevista en la víspera de la inauguración del Salón del Automóvil de Shanghai. "Todo el equipo está pasando más y más tiempo en Asia-Pacífico".
David Schoch, director de Ford en Asia, proyectó que la cuota de mercado de Ford en China podría alcanzar 6% en 2015.
Muchas multinacionales están sintiendo en carne propia las sutilezas y la complejidad de operar en China. Incluso compañías que llevan muchos años y cuentan con numerosos seguidores en el país se han visto en aprietos en las últimas semanas.
Apple Inc. pidió disculpas públicamente luego de que informes difundidos en los medios estatales criticaran las deficiencias de su servicio al cliente en China. Volkswagen realizó un costoso llamado a revisión después de que un programa en la televisión estatal cuestionara la calidad de sus cajas de cambio. Las automotrices japonesas, por su parte, aún tratan de recuperarse después de que una acalorada disputa política entre Japón y China por unas islas deshabitadas desplomara sus ventas en el país.
El gobierno chino, que en los últimos años ha aprobado la construcción de muchas plantas, teme un exceso de capacidad de producción y es más cauto a la hora de dar luz verde a nuevas fábricas. Además, las autoridades quieren que las automotrices locales sean más competitivas, dijo Mulally.
Ford empezó a fabricar vehículos en China tras establecer una empresa conjunta con un socio local en 2003, cuatro años después de GM y 18 años después de Volkswagen. Su tardía incursión hizo que Ford no pudiera forjar alianzas con las mayores automotrices en las ciudades de Shanghai y Beijing, de donde han provenido la mayoría de los compradores.
Ford tiene una empresa conjunta con Chongqing Changan Automobile Co., del interior del país, y espera beneficiarse de una segunda ola de crecimiento conforme el desarrollo económico se expande a las ciudades de segundo y tercer orden, que tienden a ser menos acaudaladas que Beijing y Shanghai pero tienen enormes poblaciones.
En un reflejo del renovado enfoque, las reuniones de la plana ejecutiva de Ford en EE.UU. se realizan temprano en la mañana o a última hora de la tarde para acomodar a los ejecutivos en China, que tiene doce horas de adelanto. "Nos levantamos muy temprano y nos quedamos hasta muy tarde", reconoció Mark Fields, director de operaciones del fabricante. "Nos hace sentir que somos un negocio de 24 horas".
Las ventas de Ford en China crecieron 54% en el primer trimestre frente al mismo lapso del año previo. Aunque Volkswagen y GM se siguen expandiendo, Ford ha ganado terreno frente a los fabricantes japoneses. Toyota Motor Corp., Honda Motor Co. y Nissan Motor Co. han sufrido una caída en sus ventas en medio de tensiones diplomáticas entre China y Japón.