El FMI dijo que el Gobierno deberá calibrar un plan para restaurar la confianza
WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional ( FMI) trazó un diagnóstico lúgubre sobre la coyuntura al afirmar que la economía argentina enfrenta "complejas dificultades" sin fácil solución, y que para capear la que se avizora como la peor recesión de la historia deberá calibrar "con mucho cuidado" un conjunto completo de políticas para intentar restaurar la confianza y cerrar el déficit sin comprometer la recuperación.
"La Argentina enfrenta dificultades económicas y sociales complejas, en el contexto de una crisis de salud sin precedentes. La profunda recesión ha provocado un aumento de los ya elevados niveles de pobreza y desempleo, cuyos efectos se ven agravados por importantes presiones en el mercado cambiario", dijo el FMI en un comunicado oficial al cierre de una misión técnica del organismo.
"Estos son desafíos excepcionalmente difíciles sin soluciones fáciles. Un conjunto completo de políticas podría respaldar el restablecimiento de la confianza, pero deberá calibrarse con mucho cuidado para promover la recuperación y asegurar la estabilidad macroeconómica", indicó el FMI en un comunicado.
El FMI ofreció un conciso panorama al cierre de la primera misión técnica del organismo en el marco de la nueva negociación iniciada por el gobierno de Alberto Fernández en busca de un nuevo programa que permita aliviar los pagos de la deuda.
Durante una semana, la directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack; el jefe de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu, y el representante del FMI en la Argentina, Trevor Alleyne, se reunieron con funcionarios del Gobierno, empresarios, líderes sindicales, con los movimientos sociales y con miembros de la sociedad economistas, entre ellos, el expresidente del Banco Central (BCRA), Martín Redrado, y el expresidente del Banco Nación, Carlos Melconian.
"El staff obtuvo una comprensión más profunda de los planes políticos de las autoridades para estabilizar la economía y ponerla en una senda de crecimiento más sostenible e inclusiva. El staff recibió con agrado el compromiso de las autoridades con las políticas para asegurar una consolidación fiscal favorable al crecimiento y al mismo tiempo proteger a los más vulnerables, permitir una reducción gradual de la inflación e impulsar la creación de empleo, la inversión y las exportaciones", puntualizó el comunicado del FMI.
La primera misión del FMI marcó el puntapié formal del comienzo de las negociaciones para refinanciar el acuerdo stand-by firmado por el gobierno de Mauricio Macri. El gobierno argentino aspira a reprogramar pagos por alrededor de US$44.000 millones durante los próximos años para aliviar los pagos de la deuda, y conseguir un poco más de oxígeno fiscal para timonear la recuperación de la economía, que atraviesa su tercer año de recesión.
Pese a la gravedad de la crisis y la sangría de reservas del Banco Central, en el gobierno de Alberto Fernández no tienen apuro en buscar un nuevo programa o intenciones de buscar financiamiento fresco en el FMI, aunque se entienda que un acuerdo veloz podría aportar previsibilidad, algo que no consiguió el canje de la deuda o el proyecto de Presupuesto 2021.
Según pudo recopilar LA NACION de distintas fuentes que se vieron con Cubeddu y Kozack, los expertos se mostraros preocupados por los niveles de reservas y la brecha cambiaria. Pero las dudas también se extendían a una falta de confianza entre los actores económicos locales, vinculada en gran medida a la descoordinación interna en el Gobierno, las señales políticas al sector privado y, sobre todo, a los ruidos al interior del Frente de Todos.
El Fondo había anticipado que el viaje a la Argentina buscaba sobre todo "escuchar" y recabar información sobre la economía. Georgieva, antes de que llegaran sus técnicos al país, buscó bajar los decibeles a la posibilidad de una nueva exigencia por parte del organismo a un ajuste mayor en las cuentas públicas. Esa filosofía pareció plasmarse en el comunicado, que destacó el compromiso de las autoridades "para asegurar una consolidación fiscal favorable al crecimiento y al mismo tiempo proteger a los más vulnerables, permitir una reducción gradual de la inflación e impulsar la creación de empleo, la inversión y las exportaciones".
El sábado, por caso, Melconian les aclaró que, según su visión, el problema del dólar se trata de un conflicto macroeconómico que termina afectando el mercado cambiario. Con Redrado se charló de los temores de que se "ensucie" el balance del sistema financiero y, sobre todo, por la inflación a mediano plazo si no puede contenerse la expectativa de devaluación. Unas horas antes, el diputado y economista Luciando Laspina había señalado frente a los enviados del Fondo, según supo LA NACION, "el enorme desequilibrio fiscal y monetario" y se manifestó la necesidad de "hacer correcciones inevitables en un escenario social muy vulnerable".
La CGT, en una línea similar a la del Gobierno, pidió un programa sustentable que no genere más "sacrificios" a los argentinos. Los movimientos sociales pidieron hacer una autocrítica del programa impulsado en tiempos de Mauricio Macri, algo que el Fondo estaría preparando, y además indicaron que es necesario generar más empleos en la economía popular. La UIA pidió bajar impuestos para exportar más y remarcó las dudas políticas que genera el oficialismo.
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