FMI. En Washington creen que se aprobará el próximo giro por US$ 5400 millones
WASHINGTON.- Silencio. El Fondo Monetario Internacional ( FMI ) sigue de cerca la última debacle argentina, aunque sin dar señales. No hubo respaldo explícito o advertencias por los anuncios de Mauricio Macri para llevar "alivio", o las medidas del Banco Central para controlar el dólar. Roberto Cardarelli tiene previsto viajar a Buenos Aires este mes para avanzar con la quinta revisión del acuerdo stand-by, pero ni el viaje ni las fechas fueron confirmadas aún.
Bajo ese manto de hermetismo, y ante la nueva realidad política y económica, que dejó al programa con el Fondo en el limbo, despuntó una inquietud: qué ocurrirá con el desembolso de unos US$ 5400 millones que debería llegar luego del 15 de septiembre. En Washington, analistas que trabajaron en el Fondo creen que ese giro llegará.
"El Fondo está en un aprieto. No pueden hacer ni decir nada hasta que las elecciones estén terminadas. Ellos solo van a estar observando", dijo Monica De Bolle, senior fellow del Instituto Peterson de Economía Internacional. "Les preocupa ser percibidos como demasiado políticos, como ocurrió en el pasado. Este es un FMI diferente, está mucho más en sintonía con las implicaciones políticas de lo que hace, a diferencia del pasado. Está muy preocupado por la óptica política, por lo que no hará ni dirá nada", agregó.
El giro por US$ 5400 millones depende de las metas del segundo trimestre, que el gobierno de Mauricio Macri cumplió. Pero esa era la realidad pre-PASO. La última devaluación desintegró las proyecciones del programa y exacerbó todos los riesgos. Las medidas anunciadas por Macri pusieron pausa a la férrea austeridad fiscal del último año. La meta de "déficit cero" quedó obsoleta: ya en la última revisión, el Fondo había proyectado un déficit primario del 0,3% del producto bruto, apretada dentro de los parámetros del plan.
Para que el giro se concrete, primero Cardarelli debe completar la quinta revisión. La mecánica ha sido siempre la misma: primero, Cardarelli viaja a Buenos Aires, revisa los números, evalúa el avance del plan, y luego presenta un informe al board del Fondo, que decide si aprueba o no el siguiente desembolso. El giro de 5400 millones de dólares está previsto para después del 15 de septiembre.
Decisión política
Para De Bolle, el board habilitará el próximo giro. Será una decisión política, dice. "No los veo interrumpiendo nada. Me sorprendería mucho que lo interrumpieran. Es septiembre, justo antes de las elecciones, lo último que quieren hacer es retirarse en septiembre porque se verá como el Fondo que interfiere políticamente en las elecciones", indicó.
Claudio Loser, quien dirigió el Departamento del Hemisferio Occidental en el FMI, ahora a cargo de Alejandro Werner, dijo que el giro podría quedar en peligro si el impacto de las medidas sobre el déficit fiscal es muy grande, o si, por ejemplo, cambia el equipo económico.
"El tema fundamental es las políticas que se anunciaron y que implican para el déficit. En el Fondo pueden decir ‘vamos a esperar a después de las elecciones para completar el review’, o la otra es que, dado se cumplió con las metas, damos el desembolso", apuntó.
"La probabilidad es muy alta de que el desembolso se haga; con peros, pero la probabilidad es muy alta", cerró.
Sergi Lanau, vice Economista Jefe del Instituto Internacional de Finanzas, dijo que la Argenitna ha hecho todo lo que acordó con el Fondo, y que eso debería poner el giro fuera de peligro. Además, estimó que el Fondo será flexible y aceptará el costo fiscal de las últimas medidas
"Yo te diría que no hay riesgo porque si tu miras exclusivamente al tema de si ha hecho la Argentina lo que acordó con el Fondo, la respuesta es si", dijo Lanau. "Yo te diría que eso sigue ahí, y que el Fondo aprueba el siguiente desembolso", agregó.
Para Lanau, el Fondo responderá con "un poco de flexibilidad" al último paquete expansivo anunciado por Macri. "Mi intuición es que, viendo al situación económica que esta empeorando por una crisis de confianza, va a haber un poco flexibilidad en las discusiones con el Fondo en términos de si se llega a la meta de balance primario, o si hay una desviación que no es muy grande. La desviación no es que viene porque el presidente salió a decir que quería gasta más, y no me importa lo que diga el Fondo. La situación es diferente. Ha habido una crisis de confianza", señaló.
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