Los inversores se ilusionan con una mayor posibilidad de un acuerdo por la deuda
El mercado local sigue, con justa razón, enfocado en la reestructuración de la deuda argentina. Dejando de lado los pocos dólares que separan hoy por hoy a las partes, el debate se centra principalmente en cuestiones legales. Ahora bien: varias fuentes indican que existe un cierto acercamiento entre el Gobierno y los bonistas, lo que aumentaría las probabilidades de un acuerdo. En este contexto, las oportunidades de buenas operaciones siguen abiertas (pero las de pérdidas, también).
La discusión por la deuda pasó al plano de lo legal
Las negociaciones por la reestructuración de deuda se reanudaron (a partir de una nueva prórroga) en un marco en el que la diferencia económica de la oferta es de entre US$5/7, un dato que quizá ya sea secundario. La discusión ahora se centra en lo legal. Básicamente, los acreedores exigen cláusulas de acción colectivas (CAC) de "primera generación", mientras que Martín Guzmán pretende cláusulas menos restrictivas, de "segunda generación", como las otorgadas a los bonos globales en la era de Mauricio Macri. En este marco, todo indica que los bonistas estarían dispuestos a sacrificar algunos dólares en sus flujos a cambio de más duras cláusulas antidefault, que al mismo tiempo ayudarían a reducir la exit yield de sus activos, y por tanto, a elevar su VPN.
Por su parte, el Gobierno ya informó que no pagará los intereses del AC17 y DICY en estos días. Era esperable, y por ende, estaba descontado por el mercado, por lo que no hubo impacto en los precios. Mientras tanto, con rumores de que un acuerdo estaría cerca, las paridades de los bonos a canjear se mueven cerca del 41/42%. Y se elimina el diferencial con los activos de jurisdicción local, ante las expectativas concretas de que habrá un tratamiento similar.
La estrategia de la deuda en pesos seguirá en julio
En lo que a deuda en pesos se refiere, se inicia un nuevo mes y el Tesoro buscará mantener su estrategia de roll over en relación a los vencimientos. Sobre todo, teniendo en cuenta el dato de en junio, que se presentaba como un desafío para este tema, se consiguió un excelente resultado.
Eso permite quizás aliviar la mirada sobre el mes de julio, en el cual se deberán afrontar pagos por unos $190.000 millones, con una importante participación del sector privado en el total (70%). Específicamente, los vencimientos se encuentran diversificados en cinco series de letras -descuento y Badlar- que, según se cree, el Gobierno buscará renovar con un mix de instrumentos de corto plazo y bonos ajustables por CER.
Por su parte, hay empresas privadas que seguirán buscando financiamiento en el mercado, en principio a través de obligaciones negociables que sean dólar linked. Hay que recordar que la demanda sobre estos activos que se liquidan en pesos pero que se ajustan según el movimiento del tipo de cambio, encuentran sustento en un contexto de expectativas devaluatorias y de muchas restricciones para dolarizar carteras.
La Argentina sigue siendo emergente
Esta semana, el índice de mercados emergentes (MSCI) mantuvo a la Argentina en la categoría de emergentes, aun cuando las proyecciones indicaban que el país sería reclasificado nuevamente como fronterizo. No obstante, no se evitaron serias advertencias. La noticia no provocó movimientos importantes en las acciones locales, que finalizaron la semana con pocas variaciones por varios motivos. Uno de ellos, más bien técnico, tiene relación con el bajo peso que mantenemos en el índice -solo tres acciones, en un MSCI Argentina que pondera 0,12%-, y otros atados a la coyuntura, basados en la incertidumbre por cuestiones propias (deuda y economía) y ajenas.
El Merval en dólares, en este escenario, no logra superar de forma consolidada la zona de los 400 puntos, desde febrero pasado, aunque ha logrado recuperarse desde los mínimos de 260-270 puntos. En el corto plazo y hasta que haya un escenario más claro, el índice podría mantenerse dentro de un rango de lateralización de entre 350/420 puntos, con volatilidad quizás importante. Un catalizador positivo sería un acuerdo por la deuda, dada la alta correlación existente entre las acciones y el riesgo país.
En los mercados externos no cede la volatilidad
El optimismo del mercado de Estados Unidos se debilitó en las últimas ruedas por las novedades sobre la curva de contagios del Covid-19 y sobre los estados que están con su capacidad sanitaria al límite. También influyeron algunas cuestiones políticas.
La volatilidad no cede y eso se ve reflejado en un VIX por encima del 30%; mientras que el S&P500 pone a prueba la zona de los 3000/3020 puntos, que resulta un piso psicológico importante para una corrección. No se considera que esta corrección desde los máximos recientes de 3200 puntos sea sorpresiva, sino que resulta hasta lógica, en el marco de la recuperación acelerada de los mínimos de marzo (+37%). La realidad, es que hasta no lograr un mayor control de la pandemia, la incertidumbre en la economía se mantendrá y los estímulos por parte de la Reserva Federal seguirán siendo claves para sostener al mercado.
En tanto, las expectativas a nivel global siguen apuntando a una recuperación en "V", ya con algunos países europeos dando la señal. Pero necesitarán sostenerse en los indicadores que vayan llegando. Esta semana, por ejemplo, llegará el reporte de empleos de junio, que es información de alta sensibilidad para los mercados.
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