El viernes 22, una fecha clave para los mercados, por lo que podría definirse sobre la deuda soberana
En un escenario donde se espera una definición sobre la renegociación de la deuda,que puede terminar en un nuevo default para el país,los inversores se preparan para días de alta volatilidad;en tanto, tanto a nivel local como internacional se analiza el impacto económico que tendrá la pandemia y cuán efectivos serán los incentivos
Tiempo de definiciones. En las próximas semanas la volatilidad podrá estar a la orden del día, en un escenario en el cual se espera las novedades para saber si la Argentina podrá evitar, o no, un nuevo default (sería el noveno en la historia del país). Un default, sin dudas, aceleraría el deterioro económico y el castigo sobre el riesgo argentino. La presión creciente sobre la brecha cambiaria y la posibilidad de nuevas medidas para contenerla estarán también bajo la lupa de los mercados.
1- Cuenta regresiva para evitar un nuevo default
El comportamiento de los bonos durante las últimas semanas fue y vino al ritmo de las noticias sobre el proceso de reestructuración de la deuda. Y en la semana próxima no ocurrirá algo diferente. Básicamente, el mercado reaccionará al grado de aceptación de la propuesta y a la decisión sobre una prórroga o no, entendiendo que este es un paso clave para conocer la real intención del Gobierno a mantener las negociaciones abiertas (y a recibir, como oficialmente anunció el jueves, posibles contraofertas). En consecuencia, la siguiente fecha en la que se centra la atención es el 22 de mayo; ese día vencerá el período de gracia de los cupones de bonos internacionales que debieron ser afrontados el 22 de abril.
De no haber una aceptación alta que active las CAC, o un acuerdo con los acreedores bajo la figura de, por ejemplo, un standstill (parada)que permita ganar tiempo, y si el Gobierno no paga en esa fecha, se entrará nuevamente en default. Lo que pase en estas ruedas definirá la posibilidad de que las paridades puedan ubicarse por arriba del 30% a lo largo de toda la curva, o ir a tantear niveles mínimos, por debajo de 25% (cerca del 20%).
2- Los canjes provinciales y de la deuda local
No solo el canje de deuda mantendrá la atención de los inversores, aunque claramente este punto será clave para el comportamiento de corto plazo de los activos financieros -y en particular, para la brecha cambiaria-. Otro tema a monitorear es el camino que tomen las reestructuraciones provinciales, aunque son por ahora actores secundarios. Hay que recordar que está en proceso con fecha final para mañana mismo la de la provincia de Buenos Aires, y se avanza con los canjes de otras como Chubut, Neuquén y Córdoba entre otras.
Por otro lado, se espera que se siga avanzando en las estrategias de financiamiento de la deuda local. Esta estrategia está basada en las licitaciones semanales agendadas, con una tasa de renovación importante. Y se suman, por momentos, diferentes canjes, como el de la semana pasada de las Letes en dólares, que tuvo un resultado exitoso. Un paso que permite ir buscando descomprimir la "bola" de la deuda en dólares re-reprogramada, aunque se debe canjear un instrumento original en dólares por una canasta de bonos en pesos. Aceptando una quita que no debe sorprender, pero generando fuerte incertidumbre sobre cuál será el tratamiento de los bonos en dólares bajo ley nacional.
3- Los fondos de inversión se adaptan
A pesar de haber sido un mes complicado, abril cerró con un crecimiento de los activos administrados por los fondos comunes de inversión (FCI) en pesos del orden del 21%, aunque en dólares se perdió poco más del 6%. En este mayo sigue el crecimiento y, al jueves último, se sumaron poco más de $20.000 millones. Se alcanzó un nuevo valor máximo del patrimonio total de unos $1,26 billones. No obstante, la tendencia creciente de su concentración en fondos de liquidez se mantiene, y se espera que se profundice.
El 52% de la industria está concentrada en los denominados T+0, que se han convertido en un buen instrumento para los flujos en pesos, empujados por su liquidez inmediata en estos tiempos de marcada volatilidad. Su tasa nominal anual opera en el orden del 15% y mantiene en los últimos meses una tendencia decreciente, en línea con las tasas del sistema financiero. Igualmente, en una coyuntura de extrema incertidumbre como la actual, representan una posibilidad interesante para darle algún rendimiento a los flujos de pesos en las cuentas, con una clara ventaja a su favor como es la liquidez inmediata que ofrecen.
4- El mundo mira los estímulos a la economía
El S&P500 mantiene su caída de la volatilidad, aunque ésta es, todavía, equivalente a dos veces y medio el promedio del período 2018/2019. El índice no logra superar la zona de los 3000 puntos, una señal técnica importante, pero sí respeta un piso de 2800. La atención ya no está sobre la curva de la pandemia, sino sobre sus consecuencias macro y micro. El desempleo en Estados Unidos saltó a cerca del 15%, y las estimaciones privadas y públicas apuntan a una importante caída del PBI (sin distinción de país).
La temporada de balances refleja, por su parte, la situación de las compañías. En Estados Unidos, el 83% del S&P500 ya reporto resultados y solo el 67% superó las expectativas. Las ganancias cerrarían el trimestre con una caída interanual del 12,5%, y esta cifra podría alcanzar un rojo de 40% en la presentación del segundo trimestre. En Europa, la foto es peor. Solo el 50% de los balances superó las expectativas y se espera que las ganancias disminuyan un 30,6% y salten a -44%. Así la atención, lógicamente, se mantiene en la efectividad real que tendrán los estímulos monetarios y fiscales ya sobre la mesa, o la posibilidad de nuevas medidas, dado que la posibilidad de una recuperación en V se va perdiendo.
Otras noticias de Deuda oficial
Más leídas de Economía
Descuentos y promociones. Cuándo es el Black Friday 2024
"Empezamos a sacar la cabeza del agua". Paladini amplía la inversión en Santa Fe para sumar producción
“Mucho interés”. Japón le pidió a la Argentina incluir en una lista un codiciado producto por sus consumidores para su posible exportación
El repliegue del Estado. El Gobierno quiere pasar al sector privado 9000 kilómetros de rutas con 46 obras sin terminar