Fin para el mejor negocio que hacía un grupo selecto de trabajadores

Con un dólar blue que se mantuvo relativamente quieto en los últimos seis meses -subió $300 en el período- y una inflación acumulada que supera el 100%, convertirse en freelancer o pasarse al mercado informal para cobrar en dólares parece ser una opción que ya no atrae tanto a los trabajadores en general. Para algunos especialistas de Recursos Humanos, sin embargo, todavía es temprano para hablar de una tendencia.

Al haber pasado de una brecha cambiaria de 154% en diciembre pasado a una del 40% en la actualidad, la ganancia con un potencial rulo mediante la venta de dólares en el mercado paralelo cayó más de 113 puntos.

“Lo que estamos viendo es que con la disminución de la brecha del tipo de cambio, la opción de cobrar en dólares trabajando al exterior ha perdido mucho protagonismo”, dijo en diálogo con LA NACION Matías Ghidini, especialista en mercado laboral y CEO de GhidiniRodil.

Sostiene que la opción no desapareció, pero sí se ha reducido al grupo de trabajadores independientes que siempre existió y que privilegia esa forma de trabajo no exclusivamente por la parte económica, sino por la independencia, la selección de proyectos y los desafíos.

“El grupo mayoritario que aprovechaba una coyuntura hoy ha disminuido y empieza a valorar lo que ofrece una empresa local globalmente en términos de estabilidad y beneficios, como prepagas para grupos familiares”, explicó.

En este sentido, señaló que hay un grupo no menor que ha vuelto a las empresas a golpear la puerta pidiendo reincorporarse porque privilegian ahora otro vínculo y otra estabilidad. “En ese caso, cada empresa lo maneja de distinta manera, viendo cómo fue la salida de ese profesional”, agregó.

La excepción a la regla serían los perfiles más jóvenes que tienen más interés por propuestas en dólares porque no consideran tan relevantes al resto de los beneficios.

En cambio, Alejandro Servide, director de Professional, Digital & Enterprise de Randstad para la Argentina y Chile, dijo que entre la opción local de trabajo registrado vs. exterior “en el limbo” (sin aportes, sin beneficios, etcétera) en la unidad de perfiles de tecnología, que son los que más oportunidades de trabajo para el exterior tienen, todavía hay una brecha a favor de cobrar afuera en moneda dura especialmente a partir de que la inflación se desaceleró y el dólar salió de la banda de los $1000 y se ubicó en $1300.

“Algo similar sucede con los que trabajan localmente, pero que tienen un porcentaje de su salario atado a moneda dura. La mayor duda se dio entre diciembre y abril, donde hubo una inflación acumulada cercana al 100% y el dólar planchado en $1000″, completó.

Sector estrella

Por su parte, Pablo Fiuza, fundador y CEO de la firma Qservices y presidente de la Cámara de la Industria Argentina del Software de Argentina (Cessi), sostuvo recientemente que “hay más trabajadores que volvieron al mercado”, al advertir que se reinsertaron en el circuito local programadores y especialistas de otras ramas del software que hasta hace algunos meses se dedicaban exclusivamente a trabajar desde la Argentina para el exterior.

En tanto, para Argencon -la entidad que nuclea a empresas prestadoras de servicios basados en el conocimiento, relacionadas con los mercados externos-, la fuga de talentos se mantiene porque es muy pronto para medir el impacto de la situación cambiaria.

La entidad estima una pérdida de US$2000 millones por la fuga de talentos, que representa entre 20.000 y 25.000 empleos directos, más otra parte que trabaja part time. Este número abarca no solo al sector informático, sino a servicios profesionales -periodistas, consultores, psicólogos, traductores, entre otros- que venden al exterior regularmente cobrando afuera.

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