Fin al cepo cambiario: anticipan que están casi dadas las condiciones para levantarlo
Los economistas Ricardo Arriazu y Miguel Kiguel dijeron que la acumulación de reservas del Banco Central fue mejor a la esperada y recomendaron comenzar a probar salidas del cepo cambiario
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Los economistas Ricardo Arriazu y Miguel Kiguel tuvieron un interesante debate sobre las recomendaciones que le darían al Gobierno acerca de qué hacer con la tasa de interés y con el tipo de cambio, en el cual mostraron algunas discrepancias. Sin embargo, coincidieron en al menos dos análisis: que la acumulación de reservas del Banco Central fue mejor a la que se esperaba y que el Gobierno está en condiciones de empezar a probar mecanismos para salir del cepo cambiario.
“Viene mucho mejor de lo que esperaba y de lo que mi modelo decía que tenía que dar. La Argentina ha comprado en el mercado cambiario más de US$9000 millones. No alcanza todavía para sacar las reservas netas negativas del Banco Central, que estaban en US$11.000 millones al inicio de la gestión. Pero haber comprado esa cantidad en dos meses y medio es realmente notable. Si el Gobierno continúa con superávit fiscal y al mismo tiempo no emite, van a seguir aumentando las reservas y van a volverse positivas en algún momento”, dijo Arriazu en una charla que organizó MegaQM, una empresa especializada en fondos comunes de inversión (FCI).
Con relación a la inflación y a la caída de la actividad económica, Arriazu dijo que están en línea con el modelo de predicción que había realizado. “La actividad económica hay que compararla con la de 2001 y 2002, que es parecida, pero también con 2009 y 2010, que fue un año de recuperación de cosecha. Este año la cosecha se recuperará en volumen 54%. Eso va a impactar en el producto del segundo trimestre. Por lo tanto, la actividad económica va a caer en el primer trimestre y, si no hay un gran lío político, debería comenzar a recuperarse en el segundo trimestre. El consumo recién se recuperaría hacia abril o mayo, y esa debería ser la tendencia general. La clave es la gobernabilidad”, dijo el economista.
Kiguel coincidió en que “la acumulación de reservas ha sido buena” y señaló que fue importante el lanzamiento del bono para importadores (Bopreal) para hacer los pagos al exterior. “Si uno mira cómo estábamos en diciembre y cómo estamos hoy, desde el punto de vista de los indicadores macroeconómicos, por lo menos los financieros, estamos mejor. La acumulación de reservas viene mejor que lo esperado y seguramente va a seguir en el segundo trimestre con la entrada de la cosecha”, dijo el director de Econviews.
Sin embargo, señaló que la mejora de las reservas se da en un contexto de “represión financiera, porque todavía hay muchos controles”. Y agregó: “La baja de la tasa de interés que se puede pensar no se está dando en un contexto libre, donde el tipo de cambio es libre. No es lo mismo la tasa de interés que vamos a tener con un tipo de cambio fijo o con uno flotante”.
Al momento de hablar sobre la quita del cepo, Kiguel dijo que la gran duda es qué pasará con el tipo de cambio, ya que todavía hay algunos pagos pendientes de importaciones que no entraron al Bopreal, y de dividendos de las empresas.
“El tipo de cambio oficial y los paralelos se han venido apreciando, no pareciera haber una presión para una depreciación fuerte si se libera el cepo. Creo que llegó el momento de empezar a liberar, a sacar restricciones e ir probando. A través de prueba y error, hay que ir liberando el cepo y ver si el tipo de cambio no se va demasiado. En algún momento, no muy lejano, tal vez se puede aprovechar también los dólares que vienen de la cosecha y eliminar el cepo completamente. Creo que esta estrategia debería empezar ya”, recomendó Kiguel.
E insistió: “El contexto empieza a estar para poder liberar. Para mediados de año, ya con esta dinámica de reservas, de tipo de cambio y de solucionar todos los problemas que estábamos viendo con la deuda de los importadores, me da la impresión de que estamos bastante cerca de poder sacar el cepo”.
En el mismo sentido, Arriazu coincidió en que “este es el momento para comenzar a ganar un poco menos de reservas y comenzar a permitir más operaciones en el mercado”. El economista dijo que no sería una mala idea probar con bajar la tasa de interés para fomentar el crédito privado, pero aclaró que todavía hay reservas negativas en el Banco Central.
“Posiblemente, el problema de las importaciones ya está casi resuelto. Queda el problema todavía de dividendos y regalías. Pero coincido en que es el momento para comenzar a probar. Si siguen con la política fiscal como hasta ahora, posiblemente en la segunda parte del año se pueda unificar el mercado cambiario. Pero no lo van a poder hacer de golpe”, dijo Arriazu.
El economista también aclaró que todo “depende de la gobernabilidad”. Y explicó: ”Si hay un problema de confianza y de gobernabilidad, todo se da vuelta automáticamente. Hasta ahora están manejando bien las variables y es el momento de comenzar a arriesgar un poco más”.
Kiguel, por su parte, dejó una preocupación con relación al “atraso” del tipo de cambio. “En este momento estamos con un alto riesgo de ir a un problema cambiario. Las crisis en la Argentina se han dado o por un problema fiscal combinado con deuda o por atraso cambiario. La recesión está generando bajas de ingresos y que la gente tenga que desahorrar vendiendo dólares. Eso le pone presión hacia abajo al tipo de cambio. En ese contexto general, empezamos a ver que hay un riesgo de volver a tener atraso cambiario. Ese riesgo me preocupa”, dijo el exsecretario de Finanzas.
Arriazu, en cambio, señaló que es necesario mantener fijo el tipo de cambio en un país bimonetario como la Argentina. “Que iba a haber una apreciación del tipo de cambio real era evidente, para eso hicieron el overshooting, y la clave justamente era que la tasa de devaluación esté estable y baja. Es un típico programa de la década del 60 y el 70, y es lo que le está dando el éxito. Si yo ahora muevo el tipo de cambio por devaluación o acelero el crawling peg, vuelven a subir los precios, se pierde la confianza, vuelven a salir los capitales y al Presidente lo corren a patadas, porque su éxito va a depender de si baja la inflación y si recupera actividad económica”, dijo.
Y agregó: “Nadie sabe cuál es el tipo de cambio real de equilibrio, eso lo determina el mercado. Cuando hay desconfianza, es altísimo. Lamento diferir con la mayoría de mis colegas, que siguen pensando en una economía que no es bimonetaria y que funciona el tipo de cambio. Yo creo en un tipo de cambio único, con total libertad de acceso y lo más estable posible. Cuando el dólar deje de ser unidad de cuenta, me importa un pepino lo que le pase al dólar. O dolarizamos o directamente hacemos las cosas para que la gente deje de pensar en dólares, y para eso hay que ser extremadamente rigurosos”.
Kiguel, sin embargo, respondió: “No sé cuál es el tipo de cambio real de equilibrio, pero hoy estamos yendo abajo del promedio de los últimos 30 años y eso incluye un período de convertibilidad donde el tipo de cambio era el de un peso fuerte. Cuando veo que tiene cuatro patas, que tiene trompa, que tiene dos colmillos y bueno, parece un elefante, y eso es lo que está pasando con el tipo de cambio. Creo que hay un problema ahí y si eventualmente el tipo de cambio hay que ajustarlo nuevamente, el tema del salto cambiario es peligroso porque se vio en la Argentina que cada vez que ha habido una devaluación se genera un período de incertidumbre donde no hay precios”.
Finalmente, Kiguel indicó que es necesario un plan de estabilización para que baje la inflación, porque “la inercia es muy fuerte”. Y explicó: “Si realmente queremos bajar la inflación, se requiere de un programa de shock. No lo veo posible con simplemente guiar al mercado con anclas nominadas, ya sea tipo de cambio, tasa de interés o cantidad de dinero. El programa de shock no tiene que fijarse solo en una variable para estabilizar, llamémosle cantidad de dinero o tipo de cambio, sino que tiene que ser un programa que primero ancle todas las variables nominales, como tipo de cambio, tarifas y salarios, a través de políticas de ingreso, que suele llamarse planes heterodoxos”.
Para cerrar el debate, Arriazu replicó: “A mí me preocupa cuando la gente dice falta un programa económico. Un programa económico en realidad es restaurar los equilibrios macro, eliminar la inflación y dejar la iniciativa privada. Eso es un programa económico. Con la inflación no se puede vivir, hay que matarla porque te mata. Hay que eliminar completamente la inflación para que baje la tasa de interés y vuelva a aparecer el crédito. La madre de todos los problemas es el déficit fiscal. Parte del ajuste lo tienen que hacer las provincias, que no lo quieren hacer. Por eso ahora viene la parte de gobernabilidad. Si para abril no estamos en un dígito de inflación, comenzamos a tener problemas. Ellos están jugando con otra variable. Yo le habría agregado una política de ingresos, para romper la indexación directamente”.
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