Fiat usará la paciencia para conquistar a GM
MILÁN—John Elkann, presidente de la junta de Fiat Chrysler Automobiles NV y heredero de la familia Agnelli, no renuncia a forjar una alianza con General Motors Co., a pesar de haber sido rechazado por su rival estadounidense dos veces en los últimos cuatro años.
Junto con Sergio Marchionne, presidente ejecutivo de Fiat Chrysler, Elkann se acercó a GM en 2012 y volvió a la carga a principios de este año, impulsado por la convicción de que las cuantiosas inversiones en tecnología obligarán a la industria automotriz a consolidarse.
"No hemos dejado de pensar en GM", aseguró Elkann, de 39 años, y dijo estar convencido de que Fiat Chrysler, que factura 96.100 millones de euros (US$106.810 millones) al año, encontrará un socio. Aclaró, sin embargo, que tendrá paciencia. "GM no es la única opción, pero no cabe duda desde el punto de vista de viabilidad e impacto de que es de lejos la mejor".
El lunes, un portavoz reiteró que GM no está interesado en una fusión. Su presidenta ejecutiva, Mary Barra, indicó recientemente que la mayor automotriz de Estados Unidos tiene una gran escala y se abocará a lograr un retorno sobre el ca-pital invertido superior a 20%.
Un acuerdo con GM, cuyo valor de mercado casi triplica el de Fiat Chrysler, sería el mayor logro de Elkann, quien ha reestructurado las inversiones de la familia desplazándolas hacia nuevos sectores y diversificándolas fuera de Europa.
Marchionne, de 63 años, ha sido el rostro público de la campaña de fusión de Fiat Chrysler. Elkann, tataranieto del fundador de Fiat, ha permanecido tras bambalinas y se ha dedicado a desarrollar la estrategia de consolidación de Fiat Chrysler, en la que Exor SpA, el holding de la familia Agnelli, posee una participación de 29%.
Analistas dicen que Fiat Chrysler, la séptima automotriz del mundo por volumen, necesita una fusión de manera más imperiosa que sus rivales. Tiene la mayor deuda, sus márgenes de ganancia llegan a la mitad de los de sus competidores de mayor envergadura, se está viendo afectada por los problemas de la economía brasileña y carece de una presencia importante en China. "Tienen mucha más escala que antes, pero lo que tenían antes era pésimo y lo que tiene ahora es sólo malo", señala Richard Hilgert, analista de Morningstar Inc.
Marchionne prometió el año pasado que Fiat Chrysler abordaría muchas de sus debilidades mediante una inversión de 48.000 millones de euros hasta 2018 para lanzar decenas de modelos y elevar las ventas en 60% respecto de las 4,4 millones de unidades de 2013. Algunos analistas, sin embargo, dicen que esa meta es inalcanzable.
Elkann, que integra la junta directiva de News Corp, la matriz de The Wall Street Journal, insiste en que los demás fabricantes llegarán a las mismas conclusiones y luego comenzarán las negociaciones. "No hay presión de tiempo", aseveró. "En 2012 tuvimos una conversación (con GM). En 2015 tuvimos una conversación. Podríamos tener una conversación en 2017 o 2018".
La fe en la inevitabilidad de las fusiones automotrices ha fortalecido su vínculo con Marchionne.
Elkann es nieto de Gianni Agnelli, el empresario que dirigió Fiat durante tres décadas. Empezó en el negocio familiar a los 21 años, cuando ocupó un puesto en la junta de Fiat y se convirtió en el heredero en espera del mayor grupo industrial de Italia.
Elkann tenía 26 años cuando murió su abuelo. Un año más tarde, el hermano de Gianni, Umberto, también falleció, con lo que Elkann pasó a hacerse cargo de una automotriz que en 2002 y 2003 había acumulado 6.000 millones de euros en pérdidas. Los bancos italianos, que habían otorgado un préstamo de US$3.000 millones que la empresa no podía pagar, presionaban a la familia para que la vendiera.
"La mayoría de nosotros dijimos que haríamos cualquier cosa para no encontrarnos en esa posición otra vez", cuenta Delfina Rattazzi, hija de Susanna, una hermana de Gianni Agnelli. "La familia nunca ha estado más unida y el apoyo a John nunca ha sido más fuerte".
En lugar de vender, Elkann hizo que la familia invirtiera más dinero en Fiat, unos 1.430 millones de euros desde que asumió el mando. También contrató a Marchionne. Ambos frenaron las pérdidas de Fiat y asumieron el control de una Chrysler en bancarrota, lo que revitalizó a ambas compañías.
Elkann y Marchionne se acercaron a GM en 2012 para proponer una fusión. En ese momento, GM buscaba una alianza europea con PSA Peugeot Citroën. Elkann hizo notar a la gerencia de GM que un acuerdo similar con Fiat había terminado de mala manera, cuando la empresa estadounidense pagó US$2.000 millones en 2005 para no cumplir la obligación de comprar el negocio automotor de su socio italiano. "Estábamos tratando de decirles: ‘¿Para qué quieren hacer (una alianza con PSA Peugeot Citroën) que con nosotros no funcionó?’ Traten de hacer una combinación que tiene muchas más oportunidades de funcionar", reveló Elkann, animando a GM a profundizar la primera alianza con Fiat.
Añadió que la gerencia de GM recitó una lista de debilidades de Fiat para justificar su rechazo: Fiat no era la dueña total de Chrysler; la empresa arrojaba pérdidas en Europa; y Jeep, Alfa Romeo y Maserati eran marcas aspiracionales, sin mucho potencial de crecimiento.
GM y Peugeot sellaron su acuerdo en 2012, pero los ahorros estuvieron muy por debajo de las metas originales. GM se desprendió rápidamente de su participación de 7% en Peugeot, que había adquirido como parte de la alianza.
Desde la propuesta de Elkann en 2012, las acciones de GM ha subido 30%, mientras que las de Fiat Chrysler se han triplicado. Esto pone de relieve la "oportunidad perdida" para GM, dijo Elkann.
Este año, Elkann y Marchionne volvieron a la carga, presentando una larga lista de logros de Fiat Chrysler desde 2012. Fiat había obtenido el control completo de Chrysler y generaba ganancias en Europa tras más de siete años de pérdidas. Las ventas de Jeep se habían casi triplicado a más de un millón de vehículos y las de Maserati crecían con fuerza. En suma, el mensaje fue "fusionémonos y creemos el verdadero GM, la compañía de automóviles más grande y más rentable del mundo, que tendrá su sede en EE.UU.", dijo Elkann.
Barra, de GM, no estaba convencida. Por el contrario, su junta cree que la compañía puede seguir creciendo por su cuenta. Con capacidad para fabricar 10 millones de autos al año, los líderes de GM dicen que el desafío es "fusionarnos con nosotros mismos", consolidando el amplio mosaico de operaciones.
Mientras aguarda una nueva oportunidad, Elkann no descarta la búsqueda de otro socio, aunque aclaró que no hay conversaciones en curso. Ford Motor Co. no es un socio idóneo, dijo, porque no está interesado en una estrategia de múltiples marcas. "A veces, situaciones extremas como una crisis hacen que las cosas sucedan. Yo preferiría no tener que hacer algo en esas circunstancias", expresó.