Feletti, el nuevo gladiador kirchnerista
Martín KanenguiserLA NACION
Ambicioso, pragmático, orgulloso de su pertenencia al peronismo, el viceministro de Economía, Roberto Feletti, formuló declaraciones sobre la "radicalización" de la política económica, mientras aparece en la pole position para suceder al ministro Amado Boudou.
Amigos y adversarios cuestionaron a LA NACION su "excesiva" visión corporativista, aunque no pusieron en duda su honestidad.
Feletti nació el 22 de octubre de 1958, es hijo único y proviene de un hogar católico practicante y, aunque se recibió de contador en la Universidad de Buenos Aires (UBA), mantiene una visión crítica sobre el perfil de los egresados de esta casa de estudios pública.
Ha tenido varios jefes en la política desde que comenzó como director en el Banco Ciudad en 1998 por el Frepaso, luego de ser delegado gremial en el Banco Central con una larga cabellera y su respectiva colita que lo distinguían en la primera mitad de los 90.
Como jefe de gobierno, Aníbal Ibarra lo promovió a presidente del Banco Ciudad en 2001, cuando se cortó el pelo y mantuvo una relación cordial con el entonces superministro de la Alianza Domingo Cavallo, cuya designación impulsó, entre otros, el líder del Frepaso, Carlos "Chacho" Alvarez. Buen nadador, ahora prefiere cuidarse con un personal trainer.
Ideológicamente, le gusta ubicarse en el "nacionalismo popular" y evita estacionarse en la izquierda, aunque sus voceros niegan, tajantes, que haya tenido relación en su juventud con sectores de la ultraderecha peronista que le adjudican, en voz baja, algunos de sus colegas del gobierno porteño. Otros lo cuestionan porque "critica un discurso dominante que ya no existe y defiende una radicalización que no tiene ningún correlato en la acción del Gobierno".
De Ibarra, quien luego del Ciudad lo nombró ministro de Infraestructura, pasó a hacer buenas migas en el apogeo del kirchnerismo, como vicepresidente del Banco Nación, con el entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, hasta su ocaso en 2008, en la pelea con el campo.
De allí, recuerdan funcionarios del Gobierno, tejió un buen lazo con el rival de Fernández, el ministro de Planificación, Julio De Vido. Y en el último año y medio mantiene un vínculo cercano con Boudou, el ex profesor del CEMA que se transformó en el ministro más escuchado por la Presidenta.
En estos años fue quien mejor se llevó con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
A Ibarra lo reivindica como uno de sus mejores amigos de la política y el legislador porteño a su vez tiene un buen recuerdo de su colaborador: "Hizo una excelente gestión en la ciudad, como presidente del banco y como ministro", señaló.
Como muchos otros funcionarios ligados a la economía, tiene ambiciones políticas que, para algunos de sus amigos, son "excesivas".
A la revista Debate le dijo días atrás que hay que "profundizar el populismo", entre otros conceptos que causaron escozor hasta en el propio oficialismo. "No es un analista como para hablar así", comentaron. Otros aclararon que en esta entrevista "no habló en nombre del Gobierno".
En esa nota, él se envalentonó: "Ganada la batalla cultural contra los medios y con un posible triunfo electoral en ciernes, no tenés límites". Muy seguro de sí mismo, Feletti mantendrá, hasta donde las circunstancias lo aconsejen, su rol de gladiador del kirchnerismo.