En su paso por Mesa Chica, el programa que se emite por LN+, el fiscal Federico Delgado se refirió al deterioro de la Justicia en la Argentina, y lo adjudicó, en gran medida, a un fenómeno de Occidente. El funcionario analizó también el término lawfare, tan utilizado en los últimos días tras la argumentación de Cristina Kirchner en su indagatoria por asociación ilícita en el manejo de la obra pública. "Básicamente, quiere decir que la ley se usa como un arma para cualquier cosa menos para los fines previstos en el programa constitucional", explicó.
El fiscal, que hace cuatro meses viajó a España, aclaró que la distancia le permitió analizar el sistema judicial del país al que comparó con el de Cataluña, más allá de algunos matices. Para Delgado, el desafío radica en "pensar cómo salir de una Justicia que está sospechada y que crea productos sospechados, los cuales administra en un estado de sospecha".
Según el funcionario, el sistema judicial en la Argentina comenzó a deteriorarse en la década del 90, y a partir de ese momento se desencadenó en forma constante y descendente. "Tal cual como funciona hoy un sector de la Justicia Federal es muy remunerativo para el esquema de poder que funciona en el país", apuntó.
"De algún modo, un sector de la Justicia Federal se volvió un espacio autónomo y se escapó de la Constitución, lo que ha traído muchos problemas, algunos reales y otros sobredimensionados, pero el resultado final es un clima de sospecha generalizada", señaló Delgado.
En ese sentido, el fiscal se refirió al término tan resonante por estos días, lawfare, y sostuvo que en la Argentina tiene sus propias derivaciones, las cuales tienen que ver con el vínculo de la Justicia con los servicios de inteligencia, los empresarios y los partidos políticos. También lo adjudicó a "una institucionalidad que es muy débil por donde se cuelan muchos intereses que no son los de la Constitución".
Al ser consultado por la indagatoria de Cristina Kirchner, el fiscal Delgado destacó que la transmisión de su juicio, a pesar de la prohibición, ya "habla del estado en que se encuentra la Justicia". Por otro lado, más allá que aclaró que no conoce el expediente de la causa que implica a la expresidenta, señaló que su descargo no difirió del de muchos imputados.
"Es habitual porque la Argentina tiene un sistema que cualquier imputado puede decir cualquier cosa. Es decir, le permite mentir, responder preguntas o no hacerlo, e incluso elegir qué responder. Hay un margen de libertad mucho más grande y tiene que ver con un diseño institucional que es diferente a las series que vemos en Netflix que reflejan el sistema americano", explicó.
"En casi todas las causas los imputados acusan a los jueces de ser imparciales", resaltó Delgado y recalcó que el gran desafío de los magistrados justamente debería ser abstraerse de ideologías para aplicar la ley. "La lealtad de los jueces es con la constitución, no con los partidos políticos", concluyó.
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