Facebook quiere ser una red social también dentro de las empresas
A mediados de enero, Facebook anunció el lanzamiento de Facebook at work (F@W), una intranet corporativa que permite a los empleados interactuar, compartir información y documentos.
Si bien la empresa de Mark Zuckerberg llega tarde al partido de plataformas colaborativas que ya se disputa entre Yammer, Chatter y JAM, tiene grandes posibilidades de éxito porque Facebook ha logrado lo que ninguna de las mencionadas: ser parte de nuestra cultura. A nivel global tiene 1400 millones de usuarios, 17 millones de ellos en la Argentina, que dedican en promedio 40 minutos diarios a interactuar en esta plataforma, con lo que queda claro que la mayoría de los empleados ya sabe cómo usarlo.
Uno de sus primeros efectos será seguramente terminar con la idea establecida entre los superiores de que sus empleados se dedican a navegar por sus perfiles de la red social durante sus horas de trabajo, ya que ahora lo podrán hacer, pero entre sus propios compañeros, manteniendo separados sus perfiles sociales de los laborales.
La irrupción de Facebook en el mundo corporativo da cuenta de la enorme oportunidad que las plataformas colaborativas brindan a las empresas para hacer más eficientes, horizontales y dinámicos sus procesos, porque F@W, al igual que las plataformas mencionadas anteriormente, posibilitan el cruce constante y diario de información y conocimiento, que circulan en flujos de interacción, de libre disponibilidad y fácil acceso.
Un ejemplo de ello es que permiten a las organizaciones salir del paradigma de la sincronicidad –que da por supuesto que para trabajar en equipo, las personas deben estar en un mismo espacio y al mismo tiempo celebrando solamente reuniones presenciales–, posibilitando todo tipo de intercambios entre colaboradores más allá de las fronteras geográficas y los husos horarios.
El impacto de estas plataformas que ponen a las empresas en red es, sin embargo, más cultural que tecnológico porque las impulsan a adoptar un modelo de gestión basado en la colaboración al ofrecer a los empleados herramientas participativas, dinámicas y horizontales que les permiten obtener, además de los mencionados, los siguientes beneficios:
- Intercambiar buenas prácticas y soluciones.
- Agilizar las comunicaciones.
- Fortalecer el sentido de pertenencia a la empresa.
- Acelerar los procesos de innovación.
- Prevenir la pérdida de conocimiento organizacional.
- Evitar la duplicación de esfuerzos.
- Facilitar procesos de cambio.
- Construir y gestionar conocimiento.
En su debut como herramienta de trabajo, F@W ofrece su Messenger, la posibilidad de crear grupos, compartir contenidos y administrar eventos y calendarios. Actualmente está en etapa piloto, sólo disponible para algunas empresas que están dentro de la prueba piloto, pero muy pronto abrirá las puertas para más personas.
Considerando que Facebook lidera el espíritu comunicacional de nuestra época y que hoy gestiona el intercambio social del 20% de la humanidad al que aplica poderosos e inteligentes algoritmos que detectan oportunidades y anticipan tendencias, será interesante seguir el desenlace de esta apuesta y ver cómo evoluciona.
Es de esperar que F@W se desarrolle dentro del mundo corporativo como una herramienta poderosa de trabajo que permita a las empresas dar fluidez a la circulación de su conocimiento y hacer sus procesos organizativos más dinámicos, transparentes e inmediatos.
Fundador de la consultora El Viaje de Odiseo