Expropiación de Vicentin: un mensaje a los legisladores
Estimados diputados y senadores: les adjunto algunas importantes consideraciones que ustedes deberían tener en cuenta, por si prospera la idea de expropiar las empresas que integran el grupo Vicentin. Por razones de ventaja comparativa, circunscribiré las consideraciones al ámbito estrictamente económico.
La toma de decisiones siempre es prospectiva, de manera que el pasado es irrelevante. La forma en que hay que gastar los dólares que se tienen es independiente de a cuánto fueron comprados. ¿Fue el grupo Vicentin bien administrado? ¿Fueron los créditos concedidos por los acreedores bien otorgados? Si se cometieron delitos, que se ocupe la Justicia; del resto se ocupa la convocatoria de acreedores. Pero es un gravísimo error disponer la expropiación de una empresa por su supuesto o real mal manejo pasado.
La expropiación del grupo Vicentin no me gusta nada por los presuntos beneficios y los probables costos de la decisión. Los argumentos más atendibles en favor de la estatización de la empresa aluden a la conveniencia de que exista una empresa testigo y a la defensa de los precios a los cuales los productores pueden vender su producción.
Digo más atendibles no porque sean buenos, sino porque el de la soberanía alimentaria es una verdadera bobada.
¿Testigo de qué? ¿Alguien puede creer que en la Argentina de 2020 los productores conseguirán mayores precios vendiéndole a Vicentin que a la competencia? Nadie, excepto que la ley de expropiación disponga subsidios a quienes utilicen esa firma, generando más problemas fiscales. Tampoco es creíble que Vicentin podrá conseguir, en los mercados internacionales, mayores precios que los competidores.
Esto en cuanto a los presuntos beneficios. Lo de probables costos alude a la pésima historia argentina en materia de administración estatal de empresas. Más de medio siglo de experiencia bajo gobiernos militares, peronistas y radicales sugiere de manera muy contundente que no es casualidad que los argentinos no solamente no obtuvimos recursos de las estatizaciones, para dedicarlos a financiar otros gastos públicos, sino que, por el contrario, tuvimos que poner recursos, a pesar de la deficiente calidad de los servicios prestados.
No aprobar la expropiación del grupo Vicentin le puede generar un costo político al gobierno de turno; aprobarla le generará un gigantesco costo económico a la población. Por favor, tengan esto en cuenta a la hora de votar.
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