Explosión de monotributistas, la otra cara de la crisis del empleo en el país
Es la categoría que más se incrementó en los últimos años, debido a la baja generación de trabajo asalariado privado
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Hace tiempo que en la Argentina el empleo registrado que más crece es el monotributista, algo que no deja de ser otra de las consecuencias de una macroeconomía inestable, con alta inflación y carga fiscal que desincentiva tanto al empleador a tomar un nuevo trabajador en blanco como al que paga el monotributo para saltar hacia la categoría de autónomo.
Esta tendencia queda cristalizada claramente al analizar los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que publica el Ministerio de Trabajo. Allí se ve que en la era de Alberto Fernández, el monotributismo creció 17,1%, mientras que autónomos cayó 3,6%, privados subió 4,1%, públicos tuvo un alza de 5,04% y trabajadores de casas particulares bajó 0,6%. La misma tendencia se expresa al analizar la evolución anual de estos componentes del empleo registrado. Así, en octubre de 2022 (último dato informado de SIPA), el monotributismo aumentó 6,66%, respecto de igual mes de 2021; autónomos, subió solo 1,33%, privados se incrementó 4,92%; públicos tuvieron un alza de 1,64%, y trabajadores de casa particulares cayeron 0,69%.
Asimismo, siempre según el SIPA, en octubre de 2022, el empleo registrado total creció 0,3% desestacionalizado, respecto de septiembre, mientras que si se escudriña entre los componentes de este, se ve que el trabajo independiente creció 0,9%, impulsado principalmente por el alza de 1,5% del monotributo, ya que autónomos tuvo un alza de apenas 0,1% y el monotributo social cayó 0,6%.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), comentó que lo que ocurre es que no crece el empleo asalariado formal, no hay inversiones que aumenten la demanda de trabajadores registrados, debido a que no hay garantías de estabilización económica ni de continuidad laboral que no tenga un costo importante. “Por lo tanto, los segmentos profesionales, técnicos u operativos se refugian en la actividad por cuenta propia o a veces son contratados por empleadores como prestadores de servicios u obras mediante la facturación”, destacó el especialista en el mercado laboral.
Para Salvia, el crecimiento demográfico y la necesidad de la gente de conseguir trabajo se refleja en formas de autoempleo, algunas más formales otras menos formales. “El monotributo es la parte formal de ese autoempleo que crece de manera vertiginosa”, concluyó.
El economista Claudio Caprarulo, de la consultora Analytica, opinó que la explicación de este fenómeno es principalmente macroeconómica. “Tenemos una economía muy frágil e inestable desde hace varios años, y eso genera que, tanto para los comercios como para las empresas, sea menos riesgoso buscar relaciones laborales de más corto plazo. Por eso, vemos el fuerte crecimiento del monotributo”, explicó.
Al mismo tiempo, según Caprarulo, esa estabilidad que surge, entre otras cosas, por elevados niveles de inflación, tiene otra consecuencia. “Como solo los salarios del sector privado le pueden pelear a la inflación, muchas personas tienen dos trabajos y el segundo de ellos (o muchas veces ambos) es más fácil de enmarcar en un monotributo. Hay que entender que se necesita una macroeconomía estable y con inflación baja, porque sin eso es muy difícil pensar en un mercado labora más robusto”, analizó el economista.
Además, el contraste entre la caída en autónomos y el incremento en monotributistas también es producto de una economía poco fiable. “Como el salto de lo que se paga al pasar de una categoría a otra es muy grande, muchos evitan dar ese paso, aún a costa de perder de facturar algún servicio en particular. Sin contar que ya, al estar en autónomo, se necesita contratar un contador. Están todos los incentivos dados para evitar ese paso de estatus”, señaló Caprarulo.
La economista Nuria Susmel, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), indicó que hay tres razones que explican el auge del monotributismo en el país. “Existe una tendencia a buscar empleos más flexibles, que se pueden conseguir con el monotributo. Después están los que no encuentran un empleo a través del sector asalariado formal y entonces buscan trabajar por su cuenta. Y lo tercero, que ocurre bastante, es la contratación de trabajadores asalariados a los que se les pide que facturen, porque de esta manera los empleadores tienen menores costos y riesgos”, detalló la especialista.
Susmel remarcó que esto no es algo solo actual, puesto que según su análisis, el empleo monotributista viene creciendo desde hace muchos años. “Es una salida por la que optan muchos, porque da un nivel de formalidad, se está aportando al sistema jubilatorio y se tiene acceso a cobertura de salud”, subrayó.
Por su parte, Víctor Beker, director del Centro de Estudios para la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, aportó una mirada más global sobre esta tendencia. “En todo el mundo, tras la pandemia, se observa un crecimiento del cuentapropismo. Muchas personas que perdieron sus empleos y otras que decidieron no regresar a sus anteriores trabajos optaron por emprendimientos domésticos o de pequeña envergadura, particularmente de tipo gastronómico”, afirmó.
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