En junio. El Gobierno tuvo que lanzar al mercado 540 millones de billetes de $100 con la imagen de Evita
El Gobierno debió echar mano a una partida de 800 millones de billetes de $100 con la imagen de Eva Perón –que habían sido mantenidos fuera de circulación desde 2016, cuando la administración Macri decidió avanzar con una nueva familia de billetes– para estar en condiciones de atender el pico de pagos que enfrentó el último fin de mes.
De no haberlo hecho, no hubiera logrado cumplir con todos sus compromisos, incluso con la Casa de Moneda trabajando a destajo, como lo viene haciendo desde que se inició la cuarentena, para imprimir nuevos billetes de $1000 o, en menor medida, de $500.
La cuestión saltó a la luz pública por el aumento del 25% que registró en el último mes la circulación de billetes de $100, al pasar de 2549,3 millones de unidades a 3089,7 millones de unidades, en tiempos en que la Casa de Moneda había dejado de imprimirlos para asegurar la provisión de billetes concentrándose en los de mayor denominación, para estar en condiciones de proveer al Banco Central (BCRA) la enorme cantidad que necesitaba para asistir al Tesoro Nacional en la emergencia de la pandemia.
Para comparar, en el mismo mes la circulación de billetes de $200 creció apenas 2,5% (diez veces menos), la de billetes de $500, sólo 0,3%, y la de los anaranjados billetes de $1000, poco más de 8%.
Contribuyeron a conocer el dato las quejas que los bancos elevaron al ente monetario por la puesta en circulación de dichos billetes, ya que les complica y encarece el abastecimiento de los cajeros, más aun de cara a un fin de semana largo como el que comenzó hoy. "Nosotros queremos billetes grandes para que los cajeros puedan cargar más dinero, y generalmente el BCRA te manda un mix: últimamente, en ese mix incluyó muchos de $100, lo que es un problema porque en los cajeros ocupan demasiado lugar", explicaron a LA NACION en una importante entidad.
Las 540,4 millones de unidades de $100 lanzadas al mercado durante junio son parte de una partida que había quedado impresa en 2015, pero que nunca había visto la calle ya que el BCRA, un año después, había decidido ir reemplazando gradualmente los billetes de esa denominación que circulaban hasta entonces (tanto los avejentados con la imagen de Roca, que están en la calle desde antes del comienzo de siglo, como los de Evita, lanzados sobre el final de 2012) por el billete de la taruca, un ciervo autóctono del Noroeste.
Eso explica que quienes hayan retirado dinero de los cajeros en los últimos días (en especial si lo hicieron de bancos públicos o con muchas sucursales o amplias redes de cajeros), se hayan topado con flamantes y relucientes billetes de $100 con la imagen de Evita y con aroma a tinta.
El BCRA dijo que la provisión de los cajeros está asegurada para los próximos días, y en empresas transportadoras de caudales vincularon la sorpresiva reaparición en escena de estos billetes con el operativo para asegurar que no haya desabastecimiento. "Es habitual recargar cajeros en los días previos a un feriado largo con papel moneda de baja nominación y guardar los de alta nominación para el feriado", dijeron.
Desde la aparición del coronavirus en el país, por el impacto que tuvo la cuarentena en la economía y en la recaudación impositiva, que ya venían muy golpeadas, los ingresos del Estado se desplomaron en momentos en que más necesitaba ampliar gastos.
Sin ahorro propio ni fuentes genuinas de crédito, el Gobierno recurrió al Banco Central, que encendió a full la "maquinita": por distintos motivos (préstamos o transferencias de ganancias contables pero que debe monetizar), emitió 1,145 billones de pesos sólo en los últimos meses, dinero que el Tesoro usó para ayudar a empresas en el pago de salarios o depositar a miles de argentinos el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), entre otras cosas.
No todo fue dinero físico, pero en una economía aún muy dependiente del efectivo, la mayor parte se cubrió emitiendo papel moneda nuevo y poniendo en circulación todo lo que hubiera en reserva. La circulación monetaria en poder del público ya se ubica en $1.401.924 millones, cifra que casi duplica los $792.771 millones de hace un año.
El crecimiento de la circulación, en los últimos meses, se atendió con un ritmo reforzado de impresión en las dos sedes con que cuenta desde hace unos años la Casa de Moneda (la histórica, en la avenida Antártida Argentina, en Retiro, y la nueva, donde funcionaba la expropiada Ciccone Calcográfica), que trabaja las 24 horas en tres turnos para poder atender la sostenida demanda.
Pero la irrupción de la pandemia entre su personal (hubo cuatro casos en Retiro y más de 30 entre los empleados que van a las instalaciones ubicadas al borde de la Panamericana) obligó a un parate de las máquinas por algunos días durante el último mes y derivó en que tuviera que recurrir al stock que tenía en sus bóvedas. Podría decirse que así se cumplió aquella profecía de la mitología peronista: Evita volvió y fue millones.
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