Europa y EE.UU. aún muestran señales de debilidad económica
Europa y Estados Unidos enviaron señales el jueves de que por diferentes motivos —el temor a una deflación en el primer caso y la persistente fragilidad del crecimiento en el segundo— sus bancos centrales mantendrán las políticas de estímulo.
Estas medidas han generado el ingreso de grandes flujos de fondos a los mercados emergentes, según los inversionistas salen en busca de mejores retornos. Este capital ha provocado una apreciación de las acciones y las divisas latinoamericanas así como creado un entorno propicio para que los gobiernos y las empresas de la región se financien en los mercados de capital.
El Banco Central Europeo sorprendió el jueves a los mercados al reducir las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual y sugerir que podría haber más recortes. La decisión subraya los riesgos que la reciente caída de la inflación presenta tanto para una zona euro aún frágil como para la economía global. El BCE, que rebajó las tasas pese a las objeciones de Alemania, se une de esta manera a un selecto grupo de bancos centrales de economías desarrolladas, entre ellos la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco de Japón, que han dejado las tasas de interés en casi cero, algo considerado inconcebible antes de la crisis financiera de 2008 y los posteriores problemas en Europa.
"Podríamos atravesar por un período prolongado de inflación baja", advirtió el presidente del BCE, Mario Draghi, quien añadió que los precios subirían en forma paulatina. Afirmó que la reducción de la tasa de referencia, que pasó de 0,5% a 0,25%, tiene como fin acortar el período de precios débiles. La entidad también informó que proveerá créditos ilimitados a los bancos de la zona euro hasta mediados de 2015, un año más que antes.
La inflación anual en la zona euro alcanzó 0,7% en octubre, su menor nivel desde el apogeo de la crisis financiera y muy por debajo de la meta de casi 2% del BCE. Algunas cifras divulgadas el jueves resaltaron la magnitud del riesgo de una deflación en partes del bloque. Los precios al consumidor en Irlanda, por ejemplo, cayeron 0,1% interanual en octubre, informó el gobierno. Grecia también registró descensos en los precios.
Draghi enfatizó que la zona euro no corre el riesgo de caer en una deflación, un fenómeno que socava la inversión y las ganancias de las empresas y hace más difícil que los gobiernos paguen sus deudas. La deflación ha afectado a Japón durante las últimas dos décadas y el banco central del país se ha embarcado en una enérgica política de estímulo para derrotarla. Draghi, no obstante, rechazó las comparaciones con Japón. "Los fundamentos [de la zona euro] son probablemente los mejores del mundo", aseveró y aludió a una reducción de los déficits fiscales, una inflación baja y altos superávits de cuenta corriente.
El sorpresivo recorte de tasas demuestra que bajo la tutela de Draghi, el BCE ha dejado de lado su cautela y adoptado una actitud más enérgica para estimular la recuperación. "Esto va más allá de una inyección de corto plazo", dice Richard Barwell, economista de RBS. "Obliga a las personas a reconsiderar el estereotipo del BCE. Ya no es esta entidad pasiva".
La economía estadounidense, en tanto, siguió mostrando debilidad en el tercer trimestre, un lapso en el que las empresas redujeron sus inversiones y las personas moderaron sus gastos. Asimismo, si se toman en cuenta el cierre parcial del gobierno y nuevas negociaciones sobre el techo de la deuda, hay pocas razones para aguardar un repunte, dicen los economistas.
El Departamento de Comercio estimó el jueves un crecimiento anualizado de 2,8% del Producto Interno Bruto en el tercer trimestre, frente a la expansión anualizada de 2,5% en el segundo trimestre. Las cifras, no obstante, son engañosas. Buena parte del crecimiento provino de la acumulación de inventario de las empresas, un proceso que podría revertirse si la demanda no es lo suficientemente robusta para que las compañías disminuyan esos stocks. Al eliminar este factor, el crecimiento subyacente de EE.UU. fue de apenas 2%, por debajo del nivel comparable de 2,1% del segundo trimestre.
Los economistas señalaron que el informe no presenta mucha evidencia de que la economía se está fortaleciendo y es un obstáculo para que la Fed empiece a reducir su programa de compra de bonos de US$85.000 millones al mes. "La demanda de las familias y las empresas sigue siendo notablemente débil", escribió en un informe a sus clientes el economista de Barclays Peter Newland. "Probablemente las autoridades querrán ver una recuperación decisiva [de estos dos factores] antes de concluir que el crecimiento general está en una senda más fuerte".
"La incertidumbre no es un buen amigo de la inversión", dice Keith Nosbuch, presidente ejecutivo de Rockwell Automation Inc., fabricante de equipos de automatización de plantas. El ejecutivo no prevé un rápido repunte de la inversión porque anticipa otra inminente pelea en el Congreso de EE.UU. sobre el techo de la deuda.
Brian Blackstone, Christopher Lawton, Neil Shah y Noelle Knox
The Wall Street Journal