Estos serán los cinco grandes enemigos del bolsillo de los argentinos en 2022
Las primeras proyecciones sitúan a la suba de precios por encima del año pasado: los aumentos de tarifas, sumados a una expectativa devaluatoria, podrían impulsar aun más la inflación
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El 3,9% de inflación de enero, con la preocupación volcada sobre los alimentos y su 4,9% de aumento, encendió las alarmas con respecto a la presión sobre el bolsillo en 2022. Al anunciado aumento de tarifas y el tipo de cambio atrasado se suman las metas de ajuste fiscal en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que podrían completar un combo complejo para los precios.
Mientras que el Gobierno proyecta una inflación de 40% para este año, según deslizó el ministro de Trabajo Claudio Moroni al referirse a las paritarias, los analistas que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central pronostican un aumento interanual en torno al 55%. Además, señalan que el dólar oficial llegaría a $160 en diciembre (hoy está a $107,30).
Desde la llegada al poder del Frente de Todos en 2019, la inflación trepó un 36,1% en 2020 y un 50,9% en 2021. La emisión monetaria para financiar al Tesoro, que en 2021 representó un 3,7% del PBI, fue una herramienta que aceleró los aumentos, pero el principio de acuerdo alcanzado entre el Gobierno y el FMI implica una reducción de la asistencia del BCRA a 1% del producto.
La devaluación esperada del tipo de cambio, que más temprano que tarde termina trasladándose a los precios, podría explicar una parte importante de la suba de bienes importados en 2022. Las verduras, por su carácter estacional, impulsaron el encarecimiento durante el principio del año, y los servicios públicos tendrán en los próximos meses incrementos en las tarifas (hoy se confirmó el 20% de aumento para el gas). ¿Cuáles son los bienes o servicios que más podrían aumentar durante los próximos 12 meses?
1. Tarifas de servicios públicos
El descongelamiento de las tarifas de los principales servicios, como la luz y el gas, empujarán a la inflación durante el primer semestre. Según Eugenio Mari, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, las tarifas acumularon un atraso significativo durante el último bienio. “Va a haber una normalización, por lo menos parcial, de los precios regulados, liderada por los que más acumularon un atraso y que a su vez tienen un mayor impacto en el gasto público: las tarifas de gas y de electricidad. Si bien aún no está claro el esquema, la reducción de los subsidios energéticos seguramente lleve a un incremento en las tarifas residenciales de tres cifras”, señaló.
“En una porción de la población, la tarifa irá a su precio pleno. Aún se desconoce el cuadro tarifario para industria y comercio, pero tendrá efectos de segunda ronda en los precios de los bienes y servicios”, advirtió Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market.
“Va a haber aumentos muy diferenciados en los servicios públicos. Vamos a tener gente a la cual el aumento del 20% sea lo que le toque, pero habrá otros a los que les va a aumentar mucho más. En ese segmento donde se van a quitar más los subsidios, las tarifas son lo que más les va a aumentar, que a la vez son los precios más retrasados de la economía”, explicó Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos.
2. Transporte y combustibles
El aumento del precio de la nafta también sumaría presión al bolsillo, al menos durante los primeros meses. El conflicto latente entre Rusia y Ucrania puso tensión al precio de la energía a nivel mundial, y agrega presión al precio del barril de petróleo, que aumentó en el último año.
“El precio local de la nafta está retrasado contra la inflación, acomodándose frente al precio internacional. Además, el impuesto a los combustibles líquidos que se transfiere al precio final que paga el consumidor en forma trimestral no se aplica desde mediados del año pasado. Es de esperar que por esta vía también veamos ajustes”, sostuvo Di Pace.
“Los combustibles tienen un componente de suba de precios internacionales y del tipo de cambio real. Restará ver cuál será la política de subsidios al transporte y a la producción, pero teniendo en cuenta las necesidades fiscales lo más probable es que haya un ajuste de precios”, señaló Mari.
Sin embargo, los combustibles son uno de los precios de la economía sobre los que el Gobierno mantiene un fuerte control, tanto en la nafta como en el GNC. “No hay precios libres en los combustibles, por lo que no necesariamente se va a trasladar todo el aumento a nivel internacional al mercado interno. No es seguro que termine subiendo tanto como debería subir”, advirtió Tiscornia.
Además, el tema energético es observado de cerca por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió un ajuste en materia de subsidios. “En el marco del acuerdo con el FMI, YPF va a tener que aumentar sus tarifas varias veces a lo largo del año”, aseguró Ricardo Delgado, presidente de la consultora Analytica.
Por otra parte, el transporte público también podría presentar aumentos significativos, ya que se trata de otro precio “pisado”. El debate que desató la intención del oficialismo de trasladar la gestión de los colectivos porteños a la Ciudad puso de manifiesto el atraso en el valor del boleto y podría concluir en una fuerte suba del transporte público en el AMBA.
“El boleto sufrirá un aumento de entre el 100% y 120%, aún dejando una porción para aumentos futuros cuando quede retrasado frente a la evolución de la inflación en 2022”, indicó Di Pace.
3. Alimentos
La aceleración de la inflación en alimentos sigue siendo el mayor dolor de cabeza para el Gobierno. De repetirse el 4,9% de enero durante el resto del año, se alcanzaría una inflación anual cercana al 80% en ese rubro. El impulso de enero fueron las verduras y las legumbres, que registraron un 30,8%. A pesar de su componente estacional, se trata de aumentos preocupantes.
“El año pasado, muchos grupos de productos aumentaron por debajo del nivel general por la intención del Gobierno de contener la inflación en la víspera de las elecciones. Esos congelamientos de precios de una parte relevante de la canasta de consumo masivo fueron acatados por las empresas, pero ahora es momento de recomponer márgenes y eso va a dinamizar la inflación del año”, analizó Federico Moll, director de investigación económica de Ecolatina.
Para Delgado, entre los productos de la categoría que más van a liderar los aumentos se encuentran los lácteos, los panificados, las gaseosas y los jugos, ya que tuvieron aumentos por debajo de la media.
Sin embargo, los productos agrícolas también tendrán un rol importante en la suba de los alimentos. “La sequía está causando grandes estragos en la producción de origen primario, como en la industria farinácea, arrocera, yerbatera, citrícola, entre otras. Los productos derivados de estas materias primas tendrán aumentos considerables a lo largo del año”, pronosticó Di Pace.
Para Tiscornia, al margen de los congelamientos de la canasta básica, los precios de los alimentos son más libres que otros por contar con un mercado más atomizado, lo que limita el alcance del Gobierno para controlar los aumentos. “Creo que los alimentos van a seguir subiendo bastante fuerte, y algo de la inflación internacional puede potenciar esa suba”, sostuvo el economista.
4. Comunicaciones, Educación y Salud
En un cuarto lugar podrían aparecer los servicios sobre los cuales el Estado tiene injerencia en la fijación de precios. “La educación presentó en marzo de 2021 un aumento del 30%, hay que ver qué pasa este año, pero le prestaría atención a ese rubro”, indicó Lucio Garay Méndez, de la consultora EcoGo.
Por otra parte, Mari agregó que tanto en Comunicaciones como en el rubro Salud ya se comienzan a ver autorizaciones de aumentos que podrían impulsar los precios en la primera mitad del año.
Delgado mencionó a los servicios de Internet y cable como parte de las tarifas que están atrasadas y sobre las que el Gobierno tiene menos control directo. “El atraso, sumado al incremento en los costos de los insumos del sector, seguramente lleven a actualizaciones fuertes este año”, concluyó el economista.
5. Bienes transables e importados
Por último, la otra categoría que amenaza a los bolsillos son los denominados bienes transables. El atraso del tipo de cambio abarató la importación, y una corrección del valor oficial del dólar traería aparejados aumentos en los productos que tienen componentes que se importan del exterior.
“Los transables con un elevado grado de componentes importados, como celulares y electrodomésticos, deberían aumentar por encima de la inflación”, indicó Mari.
“Los bienes transables todavía siguen al tipo de cambio oficial. El Gobierno decidió mantener el tipo de cambio controlado para llegar de la mejor manera a las elecciones [de 2021], pero ahora esa estrategia se está levantando y los bienes importados sufrirán mayores aumentos”, aseguró Moll.
Delgado destacó la situación de los automóviles, sobre los que se denunciaron faltantes y demoras en los últimos meses. “La restricción a la importación ya impacta en la entrega de 0 km y se traduce en mayores precios en las concesionarias y usados”, concluyó.
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