“Especial interés”: Axel Kicillof le pidió al Gobierno que termine una obra clave en el Conurbano

No pasaron más de dos horas después de encabezar su primera reunión de gabinete para que Guillermo Francos recibiera a uno de los funcionarios más importantes de la administración de Axel Kicillof. A media mañana desembarcó en Casa Rosada el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Katopodis. “Tuvo una reunión de trabajo en el contexto del reclamo por la paralización de 1.000 obras”, narraron fuentes del gobierno bonaerense.

Tal como había relevado LA NACION, al 10 de diciembre había 2677 obras en ejecución, de las cuales 347 el Gobierno nacional marcó como prioritarias y más de 2000 como discontinuadas o reprogramadas. Dentro del lote de proyectos que resistieron los embates de la motosierra porque registraron créditos pagados durante este año se encuentran tres tramos del Camino del Buen Ayre, que forman parte de la denominada “Nueva Autopista Presidente Perón”. Es una obra por la que Katopodis expresó “especial interés” durante su reunión con Francos, según indicaron fuentes gubernamentales.

Desde la administración bonaerense describieron que tiene 52 kilómetros ya construidos aunque le faltan otros 31 para finalizar el trabajo. Las obras se dividen en cuatro tramos, de los cuales uno debió haber terminado en 2023 y otro se encuentra judicializado, lo que ocasionó que sólo tenga un avance del 2%. Hay dos que, entre sus contratistas, se encuentra CPC, la empresa constructora del Grupo Indalo, del cual es fundador el empresario vinculado al kirchnerismo, Cristóbal López.

Según el Banco de Proyectos de Inversión Pública (BAPIN), donde el Estado nacional registra los proyectos a los que destina fondos, el Gobierno pagó este año $1984 millones por esta obra. Este último dato se encuentra actualizado hasta el 18 de abril, fecha de corte que utilizó la Dirección Nacional de Inversión Pública para contestar el pedido de acceso a la información presentado por LA NACION.

Según la base de datos oficial Mapa de Inversiones, el primer tramo de esta obra registra un avance físico del 85,7%. Lo restante equivale a 12 kilómetros. En paralelo, absorbió pagos por el 43% de su costo total estimado en $35.412.274.917. Su contratista es SACDE, una firma que pertenece al grupo Pampa Energía, cuyo presidente es Marcelo Mindlin.

En tanto, en el segundo tramo de la obra aparece una unión transitoria de empresas (UTE) conformada por CPC y Contreras Hermanos. Los datos del Gobierno muestran que está cerca de terminar ya que posee un avance físico del 96,2%. A su vez, se pagó 78,1% de los $28.748.239.231 estimados para esta obra. Según un dossier del Ministerio de Infraestructura bonaerense, este tramo ya se encuentra habilitado al tránsito.

El tercer tramo también fue adjudicado a la misma UTE. Registra un avance físico del 84,7% y uno financiero del 40,8% sobre los $18.984.628.861 de su costo total estimado. La administración de Kicillof señala que le faltan nueve kilómetros para estar finalizado.

El cuarto tramo es el que se trabó. A la fecha, su continuidad se encuentra sujeta a una decisión judicial.

En el dossier de Katopodis se explica que la importancia de esta obra radica en la conexión que permitiría esta autopista entre los accesos a la Ciudad de Buenos Aires y la Autopista Panamericana (RN 9), el Acceso Oeste (RN 7), la Autopista Ezeiza - Cañuelas (RN 3 continuación de Riccheri), las rutas provinciales 58 y 53, y la Autovía 2.

LA NACION consultó a la Secretaría de Obras Públicas nacional sobre la posibilidad de que traspase esta obra a la órbita provincial bonaerense y hasta el momento de publicación de este artículo no ha obtenido respuesta.

El diálogo entre Nación y provincias por el financiamiento y su consecuente continuidad de distintas obras es algo que se ha impulsado desde el Ministerio de Economía. De hecho, LA NACION dio cuenta de la negociación por 1253 obras de pequeña envergadura cuyo tamaño, según la gestión de Javier Milei, no justifica la intervención del Gobierno.

En ese sentido, la administración de Kicillof había afirmado que la provincia atraviesa una situación crítica financieramente, por ende indicaron que dichas obras pequeñas representaban una “obligación” del Ejecutivo. Pese a esto, las obras en el camino del Buen Ayre son de un tamaño mayor y abrieron un nuevo capítulo de negociación.

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