España vuelve a ser el foco de las dudas de los inversionistas
MADRID—Las nuevas medidas de austeridad de España no apuntalaron la confianza de los inversionistas hacia la cuarta economía de la zona euro, provocando llamados para que el Banco Central Europeo (BCE) intervenga para calmar los mercados.
El martes —en la primera jornada de operaciones tras un fin de semana largo y un día después de que el gobierno del primer ministro Mariano Rajoy presentara un paquete de recortes por 10.000 millones de euros, US$13.110 millones, en salud y educación— los inversionistas reanudaron la liquidación de sus acciones y bonos españoles.
La ola de ventas rápidamente se expandió al resto de la zona euro. El rendimiento de los bonos soberanos de España a 10 años alcanzó 5,93%, su nivel más alto desde principios de diciembre. A pesar de que todavía están lejos del nivel de 7% que los economistas consideran insostenible, muchos operadores predicen que la ola de ventas podría acelerarse si la tasas superara el 6%.
Asimismo, en una nueva señal de que el nerviosismo se está extendiendo a Italia, los rendimientos de los bonos italianos a 10 años se ubicaron en 5,67%.
El índice IBEX-35, que agrupa a las principales empresas españolas, cerró con una caída de 3% en 7.433,6 puntos, su nivel más bajo desde marzo de 2009, en tanto que el índice Euro Stoxx 50, que abarca a las mayores compañías europeas, finalizó con un descenso de 3% a 2.321,53 unidades Tras la finalización del segundo plan de rescate para Grecia, el foco de la crisis europea se trasladó a Madrid, donde la pregunta es si el gobierno logrará reducir su enorme déficit fiscal en medio de una profunda recesión. En Grecia, a su vez, los trabajadores portuarios comenzaron el martes una huelga de dos días para protestar contra los cambios en la seguridad social y los planes de liberalización del gobierno.
Aumenta la preocupación de que las medidas de austeridad ordenadas por la Unión Europea estén empeorando la situación de España, llevando la economía a una espiral descendente que haga cada vez más difícil cerrar la brecha fiscal.
El alza en los costos de endeudamiento del país pone fin a la drástica caída de los rendimientos ocurrida desde diciembre, cuando el BCE comenzó a ofrecer a los bancos de la zona euro créditos ilimitados a tres años, una medida que ayudó a estabilizar los mercados. El BCE ha prestado a los bancos más de 1.000 millones de euros (unos US$1.307 millones). Sin embargo, el efecto tranquilizador de la medida parece estar desapareciendo, provocando llamados a una nueva y agresiva iniciativa del BCE.
Alfredo Sáenz, presidente ejecutivo de Banco Santander SA, el mayor banco de la zona euro por valor de mercado, solicitó la compra directa de la deuda soberana, algo que el BCE se ha resistido a hacer, salvo en cantidades pequeñas.
"El BCE ha ayudado a la expansión monetaria con sus recientes medidas, pero en mi opinión debería ser más agresivo en la compra de deuda gubernamental y bancaria, es decir, un mayor relajamiento cuantitativo", dijo Sáenz en una conferencia del sector.
Carlos Egea, presidente de la junta directiva de Grupo BMN, un pequeño prestamista, dijo que el BCE tiene que actuar como prestamista de última instancia cuando se intensifican las presiones del mercado sobre España. Los inversionistas, manifestó, cuestionan la capacidad de España para pagar sus deudas y el país necesita tiempo para disipar tales dudas.
Los analistas pronostican que el BCE se hallará bajo una creciente presión para reanudar el programa de compra de bonos gubernamentales que suspendió durante los últimos dos meses. Tal medida reabriría una grieta en la junta del BCE. Dos altos funcionarios alemanes de la entidad renunciaron el año pasado a raíz del tema, en tanto que Jens Weidmann, titular del Bundesbank, ha criticado la compra de bonos.
De todos modos, Christian Schulz, economista de Barenberg Bank en Londres, argumentó que el riesgo de la propagación de los males de España a Italia podría llevar al BCE a intervenir. "Con la reaparición del contagio, ahora estamos en una situación diferente", opinó.
El martes, los funcionarios españoles intentaron apuntalar la confianza con una serie de apariciones públicas. "La agenda reformadora continúa, porque estamos convencidos de que a través de una economía basada en la austeridad, las reformas económicas y la equidad se podrá sacara a España de la crisis", dijo el ministro de Economía, Luis de Guindos, en una conferencia.
Los nuevos recortes a los sistemas de salud y educación propuestos por el gobierno ayudarán a asegurar que el país cumpla con la meta de un déficit fiscal del 5,3% del Producto Interno Bruto este año, frente a 8,5% del año pasado, dijo De Guindos.
The Wall Street Journal