España estudia un plan drástico para sanear su sistema financiero
MADRID—Resuelto a sanear la maltrecha banca española, el presidente del gobierno entrante estudia planes que podrían superar con creces el costo de medidas anteriores, como establecer un "banco malo" financiado por el Estado para comprar activos tóxicos u obligar a los bancos a aumentar drásticamente sus provisiones contra préstamos incobrables, dicen fuentes cercanas.
Mariano Rajoy, el presidente de gobierno electo, ha dejado en claro que quiere acelerar el saneamiento de una montaña de activos inmobiliarios defectuosos, por un valor de 176.000 millones de euros (US$236.000 millones), que dejó la crisis inmobiliaria de España.
Rajoy intentó minimizar el costo potencial de sus planes en el período previo a las elecciones del mes pasado.
Los activos incobrables están ahogando el flujo del crédito y generando recelo entre los inversionistas respecto de la cuarta economía de la zona euro.
El saneamiento de la banca es un elemento clave del programa de reformas económicas que Rajoy presentará al presidente francés, Nicolas Sarkozy, la canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, al margen de la reunión del Partido Popular Europeo, un encuentro de líderes de centroderecha que se realizará el miércoles y el jueves en Marsella. Los líderes europeos buscan compromisos claros de reforma de parte de los países agobiados, como España e Italia, en vísperas de una cumbre el viernes en la que se espera acuerden nuevos mecanismos de gobierno y respaldo financiero para apuntalar el euro.
"Es lógico darle un empujón a la reestructuración saneando los balances; eso indica que las cosas están avanzando", manifestó Tano Santos, profesor de Finanzas de la Universidad de Columbia, en Nueva York. "Ese ha sido uno de los aspectos más dañinos de la crisis española, la falta de movimiento".
Una respuesta más enérgica, en todo caso, no será barata. Los analistas calculan que una solución rápida —como la formación de un banco malo u obligar a los bancos a aumentar sus provisiones y proveer fondos públicos para respaldarlos— podría costar al Estado español hasta 100.000 millones de euros. Ese monto suscita preocupaciones de que la medida podría producir un descalabro de las cuentas fiscales, como ocurrió cuando el gobierno irlandés intervino para recapitalizar la banca y elevó su déficit a 32% del Producto Interno Bruto en 2010.
Pero un creciente coro de economistas y autoridades insiste en que los riesgos de no actuar en forma decisiva son incluso mayores ahora que una nueva recesión podría tensar aún más los bancos y las inquietudes de los inversionistas sobre la crisis de la zona euro amenazan a la moneda común.
Los intentos de saneamiento de la banca realizados por el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero resultaron insuficientes, en gran parte porque fueron concebidos para distribuir gradualmente el costo durante un período de tiempo, de manera de evitar que las finanzas públicas sufrieran el golpe de una sola vez.
Es improbable que Rajoy revele sus planes financieros antes de asumir el cargo, cerca del 19 de diciembre. Fuentes cercanas, no obstante, dicen que la manera más rápida de encarar el problema sería crear un banco malo que adquiera los activos devaluados a precios de liquidación. Ello obligaría a las instituciones a asumir las pérdidas, lo cual probablemente socavará su solvencia y exigirá una inyección de fondos para apuntalar su capital.
Según analistas de Morgan Stanley, España podría comprar la totalidad de los activos inmobiliarios en problemas, cuyo monto asciende a 176.000 millones de euros, aprovechando el descuento de 58% aplicado por el banco malo de Irlanda. La operación, de este modo, costaría unos 73.900 millones de euros. Esto se podría financiar mediante el canje de nueva deuda del gobierno a cambio de los activos inmobiliarios.
El Estado, sin embargo, tendría que recaudar en el mercado suficientes fondos para proveer a los bancos 28.500 millones de euros en capital fresco para absorber las pérdidas en las que las instituciones deben incurrir al desprenderse de los activos inmobiliarios a precios de descuento. En total, el costo del plan bordearía los 102.400 millones de euros, o alrededor de 10% del PIB español.
Si al gobierno le cuesta levantar los 28.500 millones de euros en los mercados de capital, Rajoy se ha mostrado dispuesto a solicitar recursos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Rajoy pareció desestimar la idea del banco malo cuando, en el fragor del debate electoral con su rival socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, prometió no dar a los bancos ni un "solo céntimo".
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