Energía renovable: se llegó a un nuevo récord de generación, pero no se inician nuevos proyectos
El domingo pasado, casi el 25% de la demanda total fue cubierta por fuentes limpias; la falta de financiamiento y los cuellos de botella en el transporte dificultan la creación de nuevos desarrollos
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El domingo pasado a las 17:05 el sistema eléctrico marcó un nuevo récord: el 24,72% de la demanda total fue cubierto por energía renovable. Según datos oficiales, de los 3166,39 megavatios (MW) que aportaron las fuentes verdes en ese momento, el 71,46% correspondió a la tecnología eólica, el 19,39% a la solar fotovoltaica, el 5,6% a las bioenergías y el 3,55% a los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos (PAH).
Se trata de un nuevo hito que está explicado por un conjunto de factores climáticos, que se combinaron para que haya más generación eólica y solar, pero también a que hubo una menor demanda eléctrica. Las energías renovables tienen prioridad de despacho por ser intermitentes; es decir, cuando están generando electricidad son las primeras en inyectarse en el sistema.
Cada vez los récords de abastecimiento eléctrico a partir de fuentes limpias se superan más seguido debido a la cantidad de proyectos renovables que ingresaron al sistema en los últimos meses. Sin embargo, preocupa en el sector la falta de nuevas inversiones debido al costo del financiamiento (por el riesgo país en torno de los 1600 puntos) y al cuello de botella que hay en la capacidad de transporte eléctrico (para trasladar la energía a los centros urbanos e industriales).
Hay 184 proyectos de energía renovable habilitados comercialmente que tienen una potencia instalada de 4853,9 MW. De ese total, en los últimos cuatro años se inauguraron 127 proyectos por 4005,6 MW, que fueron impulsados por el nuevo marco regulatorio Mater (el mercado mayorista donde operan los grandes usuarios) y el programa Renovar. Del total de proyectos renovables, 61 son parques eólicos, que tienen una capacidad instalada de 3178 MW y 36 son solares, con 861,8 MW.
En lo que resta del año, además, se espera que entren 11 proyectos nuevos por 386,07 MW. Se trata de inversiones que ya habían sido comprometidas, aun antes de la pandemia y previo a la crisis cambiaria de 2018, que frenó el impuso del sector.
De hecho, dentro de las grandes trabas para que comiencen nuevos proyectos está la capacidad de transporte, que fue adjudicada a obras que nunca se realizaron. Es decir, durante las licitaciones Renovar y Mater se licitaba el proyecto con la garantía de que esa electricidad sería inyectada en el sistema. Pero muchos de los proyectos no se llevaron adelante y hoy no se pueden iniciar otros nuevos porque la capacidad de transporte ya está comprometida. El problema es que las empresas no quieren dar de baja esa licitación porque la multa es altísima.
“Hay un grupo de empresas que fueron adjudicatarias de proyectos, pero que no llegaron a invertir ni construyeron nada. El problema es que están trabando 1500 MW de renovables, que tienen prioridad de despacho. Es un tema que nos preocupa y que no está resuelto todavía”, dice René Vaca Guzmán, presidente de la Cámara Eólica Argentina (CEA). Sin embargo, señala que en el Gobierno son conscientes de este “tapón y que, si no se resuelve, no puede haber inversiones”.
A comienzos de mes, la Secretaría de Energía publicó la resolución 742 que reduce las multas a contratos incumplidos (y con casi nula posibilidad de reactivarlos) que se hayan pactado en el Mater (entre privados) para que cancelen sus proyectos y despejen la capacidad de transporte. Sin embargo, todavía falta una resolución similar para los proyectos Renovar.
“Estamos analizando nuevos proyectos eólicos y solares, pero no hay nada definido. El gran cuello de botella que vemos hoy tiene que ver con el transporte: no hay suficiente disponible para evacuar la energía que generamos con nuevos proyectos”, dice Gustavo Castagnino, director de Asuntos Corporativos de Genneia. La compañía invirtió US$1100 millones en los últimos cuatro años y tiene 10 parques eólicos y uno solar en funcionamiento junto con otros socios.
Si se despeja este escollo, los proyectos a futuro se esperan que sean entre empresas privadas, a través de los contratos Mater. “Los proyectos que estamos pensando están dirigidos al Mater, donde hay una demanda muy grande de parte de las empresas, tanto nacionales como multinacionales instaladas en la Argentina, para hacer la transición de su matriz energética. Esto tiene que ver con el cumplimiento de las normas de la Argentina, pero también porque las compañías se impusieron objetivos de carbono neutralidad y disminución muy fuerte de la huella de carbono. También quieren seguir exportando sus productos sin problemas porque empieza a aparecer una traba en muchos mercados con los impuestos al carbono. Si el producto que producís no tiene una huella de carbono neutra o hasta incluso negativa, hay que pagar impuestos muy altos y es una traba sobre todo para ingresar a los mercados más desarrollados”, explicó Castagnino.
Una de las empresas que comenzó a ofrecer certificados internacionales de energías renovables (IREC) a compañías que quieran reducir sus emisiones de carbono es Pampa Energía, a través de sus dos parques eólicos ubicados en Bahía Blanca y Coronel Rosales, de 53 MW cada uno.
El otro gran problema que excede a las renovables, pero afecta a todo el sector energético, es el costo del financiamiento. Con un riesgo país cercano a los 1600 puntos y mientras haya incertidumbre sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a la mayoría de las empresas les cuesta conseguir cómo financiar los proyectos. Incluso los organismos multilaterales, como el BID Invest, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y la CAF se encuentran más reticentes a aportar crédito a la Argentina, pese a que son proyectos sustentables. Hay algunas excepciones, como la misma Genneia, que recientemente levantó US$65 millones a través de dos bonos verdes a tasas de 3,5% y 6%, y por plazos de dos y tres años, respectivamente.
Dentro de los proyectos que están próximos a entrar en el sistema está el parque eólico Cañadón León, de YPF Luz, ubicado en la provincia de Santa Cruz, que contará con 122 MW de potencia instalada. El foco de la compañía es proveer energía renovable a través del Mater a grandes clientes industriales, como YPF, Profertil, Toyota, Holcim y Coca-Cola Femsa, que han logrado a través de contratos de largo plazo mejorar los costos y la sustentabilidad de la energía que utilizan.
“A futuro estamos analizando proyectos renovables para proveer energía a clientes industriales. Estos proyectos incluyen desarrollos eólicos y solares cuya implementación dependerá de la demanda y del financiamiento. El más avanzado es el proyecto solar Zonda, en la provincia de San Juan”, dijeron en la compañía con control estatal.
Hoy, la instalación de una torre de generación eólica, que genera en promedio 20 MW, cuesta US$1,2 millones. En promedio, los parques eólicos con capacidad instalada de 350 MW costaron US$400 millones.
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