Energía atómica. Un argentino, cerca de dirigir la agencia internacional más importante del mundo
El 21 de octubre se votará en Viena el nuevo director que tendrá el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Entre los candidatos hay un argentino que figura como el que tiene más chances de ocupar el cargo. Se trata de Rafael Grossi, embajador del país en Austria y especialista en tecnologías nucleares, ciencia nuclear y aplicaciones nucleares. Entre muchas tareas participó en las negociaciones de la Convención sobre Armas Químicas y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.
"Suena como un candidato perfecto. Suena como alguien que entiende todas las diferentes complejidades de este mundo en el que vivimos", dijo ayer el secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, a Reuters en Viena, donde se desarrolla la Conferencia General del OIEA, y de la que también participa el canciller Jorge Faurie.
Grossi es licenciado en Ciencias Políticas, egresado de la UCA; tiene una maestría en Relaciones Internacionales y un doctorado en Historia y Política Internacional, ambos de la Universidad de Ginebra. Habla inglés, francés, alemán e italiano. En 2016 ya sonaba como posible sucesor del japonés Yukiya Amano al frente de la agencia, pero en ese entonces la canciller Susana Malcorra se postulaba a la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU) y el Gobierno tenía la atención puesta en apoyar esa candidatura.
En julio pasado falleció Amano cuando estaba en su tercer periodo como director del organismo. Desde que comenzaron las candidaturas, el Gobierno hizo público el apoyo a Grossi para sucederlo. La OIEA pertenece a la ONU y ahora espera que la junta de gobernadores de las 35 naciones que la integran elija al sucesor el 21 de octubre próximo.
"Grossi es un diplomático de carrera con más de 35 años de experiencia profesional en el campo de la no proliferación y el desarme, y ha ocupado las posiciones más relevantes en la temática a nivel internacional. Fue jefe de Gabinete de la OIEA y director general adjunto para Asuntos Políticos", dijo ayer el canciller Faurie en Viena.
Los otros candidatos son el ex mano derecha de Amano, Cornel Feruta, de Rumania –que representaría una continuidad en la agencia–, la jefa del organismo de prohibición de pruebas nucleares, Lassina Zerbo, de Burkina Faso, y la jefa reguladora nuclear de Eslovaquia, Marta Ziakova.
En noviembre de 2017, en plena búsqueda del submarino ARA San Juan, el embajador fue el encargado de transmitirle al Gobierno la noticia de que la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (Otpce) había registrado un "evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión", en una posición a poco más de 15 kilómetros donde un año después se encontró el submarino.
En 2002, Grossi fue nombrado jefe de gabinete de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya. Allí asumió tareas muy delicadas, en especial las referidas al cumplimiento por parte de los Estados miembros, incluida la verificación de la destrucción de las reservas de armas químicas.
En 2015, presidió la Conferencia Diplomática sobre la Convención de Seguridad Nuclear, un hito diplomático convocado para revisar las cuestiones de seguridad nuclear después del accidente en la central nuclear de Fukushima en 2011. Allí, Grossi pudo salvar las diferencias entre los Estados contratantes en cuestiones delicadas y muchas veces divisorias sobre seguridad nuclear, y logró la aprobación unánime de una declaración sobre seguridad nuclear.