Con críticas a Macri y a Fernández, Wall Street pide una señal política para frenar la crisis
WASHINGTON.- Lejos de calmar los ánimos o ahuyentar los temores, el plan del Gobierno para aliviar los vencimientos de la deuda fue recibido con críticas y un profundo escepticismo en Wall Street, donde predominó un reclamo: que haya una señal clara por parte de Mauricio Macri y de Alberto Fernández para torcer la crisis de confianza, y alejar a la economía del abismo.
Los informes de bancos de inversión que circularon tras el anuncio del "reperfilamiento" por parte del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, ofrecieron unánimemente una lectura lúgubre y un panorama cargado de incertidumbre, sin matices que ofrecieran un atisbo de optimismo. A las dudas sobre la viabilidad de la movida oficial, se agrega una inquietud inmediata: qué ocurrirá con el desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$ 5400 millones, devenido en una pieza clave para preservar la estabilidad de la economía en los próximos meses.
"La única solución requiere una coordinación clara entre la administración de Macri, el equipo de Fernández y el FMI", resumió Siobhan Morden, directora de Amherst Pierpont Securities.
Morden dijo que los anuncios parecían indicar que el Gobierno ve una crisis de liquidez en lugar de un problema de solvencia, una distinción que, de hecho, Lacunza se preocupó por remarcar. Pero Morden advirtió que "las condiciones de falta de liquidez podrían empeorar rápidamente si la crisis de confianza empeora".
El anuncio, en ausencia de un plan económico más amplio, indicó, no parecía ofrecer una "estrategia convincente para la capacidad de pago de la deuda".
La política argentina parece moverse en sentido contrario a un acuerdo. Alberto Bernal, analista de XP Securities, dijo que el comunicado que emitió Fernández luego de su encuentro con los dos enviados del Fondo, Alejandro Werner y Roberto Cardarelli, en el que le achacó al organismo responsabilidad en la "catástrofe social" de la Argentina y lo culpó de violar sus propias reglas al permitirle al Banco Central intervenir en el mercado cambiario había generado "mucha preocupación".
"La carta de Alberto Fernández generó mucha preocupación en Wall Street porque dejó la sensación que cualquier renegociación con el Fondo iba a ser muy difícil, y la Argentina no tiene ni tiempo ni holgadura para resistir una renegociación larga", indicó Bernal.
Una fuente de un fondo de inversión ofreció uno de sus análisis más crudos desde que estalló la crisis con la corrida cambiaria que se inició en abril del año anterior: "Impericia, desorden, falta de coordinación", fustigó, en su primera reacción sobre el plan oficial.
"Te metiste en algo de lo que no sabes cómo salis, y te vas en dos meses", se despachó, al denostar la falta de previsión del Gobierno ante una posible derrota en las primarias presidenciales, un escenario que todos contemplaban, incluido el Fondo, que en su último informe había alertado sobre los riesgos de la elección. El reclamo por una señal fue reiterado, y fue para todos. "Cuando se pongan de acuerdo, que llamen", dijo otro directivo de otro fondo.
Dudas por el giro del Fondo
Una nota a clientes del banco de inversión J.P. Morgan, escrito por Diego Pereira, advertía que la estrategia oficial para preservar las reservas y recuperar impulso político luego de las "duras críticas" de Alberto Fernández al Fondo podía zozobrar, y remarcaba la necesidad de un "gesto político" del candidato del Frente de Todos.
"Creemos que la presión sobre las reservas puede persistir", indicó Pereira, un escenario convalidado por la escalada que mostró el dólar, que volvió a superar los $60. "Desde nuestro punto de vista, un gesto político del principal candidato de la oposición y favorito para ganar las elecciones es una condición necesaria para romper el círculo vicioso que ha afectado las reservas", agregó.
Pereira indicó además que el comunicado "cauto" del Fondo "no alivia" la incertidumbre sobre el próximo desembolso por 5400 millones de dólares.
Una de las especulaciones que corría era que el plan para reprogramar los vencimiento de la deuda podría ayudar a avanzar hacia ese giro –algunos, incluso, no descartaban que eso haya sido discutido con la misión del Fondo–, ya que, de prosperar, podría mejorar la sustentabilidad de la deuda argentina, y servir para brindarle garantías al board sobre el uso de los recursos del Fondo, y ayudar así a sostener el programa.
Pero un informe del Bank of America indicó que la posibilidad de que se giro se demora había "aumentado sustancialmente" por las críticas de Fernández al organismo.
"Creemos que la probabilidad de que se posponga el desembolso del FMI en septiembre ha aumentado sustancialmente dado el tono crítico del candidato presidencial de la oposición Alberto Fernández después de sus conversaciones con el FMI y el anuncio del gobierno", indicó el informe.
El plan del Gobierno, evaluaba, era un "negativo neto" para la economía, y además faltaban condiciones para que los inversores extranjeros aceptaran rápidamente una extensión de los plazos de sus bonos.
"En nuestra opinión, un ingrediente importante de una reestructuración exitosa de la deuda es un plan fiscal integral. Creemos que sería muy difícil producir un plan fiscal creíble mientras el resultado de las elecciones está pendiente", señaló el banco.
El recuerdo de la crisis de 2001 se coló en el informe del banco de inversión Morgan Stanley, que se preguntaba si la propuesta del Gobierno terminaría por parecerse al canje que hizo Uruguay, en 2003, o al megacanje orquestado por Domingo Cavallo en 2001, antesala del corralito.
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