En un año, el tipo de cambio oficial se atrasó 28,4% respecto de los precios mayoristas
El menor viento de cola internacional que se hizo sentir en septiembre agravó la tendencia a la apreciación del peso y explica parte del estrés que vuelven a sentir las reservas del Banco Central
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La estrategia del Gobierno de “pisar” el dólar oficial para restarle uno de los impulsos a la inflación, generó en los últimos 12 meses una brecha de 28,4 puntos con el aumento promedio que sufrieron los precios mayoristas locales.
La diferencia surge de comparar la suba interanual del 60,5% que hasta agosto habían registrado los precios mayoristas (según el Indice de Precios Mayoristas -IPM- que publica el Indec, con la variación de +32,1% que mostró en igual período el tipo de cambio mayorista oficial o dólar comercial, con lo que es dable pensar que esa brecha se amplió algunos puntos más en septiembre.
La observación surge de un trabajo realizado por Marcos O’Connor, economista asistente de investigación del IERAL (Fundación Mediterránea), que precisamente cuestiona la eficacia de la apuesta oficial. “Esa brecha muestra el escaso éxito del uso del ancla cambiaria para frenar la inflación”, sostiene directamente.
Atraso cambiario, en 8 meses la inflación en dólares fue del 16,1%, en 12 meses del 19,6%, claramente estamos con un tipo de cambio que no es el adecuado para la producción. pic.twitter.com/BuoPpEqO1e
— @salvadistefano (@SalvaDiStefano) September 26, 2021
“En el caso de los precios mayoristas, hay que tener en cuenta la incertidumbre existente sobre el valor de reposición de los inventarios, no sólo por eventuales expectativas de devaluación, sino también por las restricciones introducidas al comercio exterior; la existencia de cupos y la dificultad para planificar cobros y pagos al exterior”, explica, tras aclarar que el IPM (a diferencia del índice de precios al consumidor, IPC) mide una canasta en la que “prevalecen los bienes e insumos transables, que son aquellos que se comercian con el resto del mundo y, por ende, son más sensibles a la evolución del tipo de cambio, de los precios internacionales y de las condiciones de abastecimiento del mercado local”.
O’Connor especifica que la brecha promedio del 28,4% que se generó se amplía al 28,8% cuando se toman los precios de los productos nacionales (que aumentaron un 60,9% en los últimos doce meses) pero cae a 24 puntos cuando se mira la evolución del 56,1% que mostró el subíndice de precios importados.
Ese índice, que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los principales 12 socios comerciales del país en función del flujo de comercio de manufacturas y a partir de un promedio ponderado de los tipos de cambio reales bilaterales de cada uno de ellos (y por lo mismo es el indicador más abarcativo al respecto), acaba de cerrar septiembre en 108,3 puntos, rango que no rondaba desde la segunda semana de julio de 2019, tras ceder otros 4,6 puntos en septiembre y haber resignado 16,5 puntos en lo que va de 2021.
Curiosamente los efectos nocivos de la apreciación cambiaria en países cuya moneda no logró generar confianza fueron cabalmente descriptos años atrás por el actual ministro de Economía, Martín Guzmán, en una charla debate organizada por el Proyecto Nacional de Desarrollo (PND) y de la que participó juntos a Mario Rapoport, y Noemí Brenta.
Este tipo sabe que no hay que atrasar el dólar, deberíamos ponerlo de Ministro de Economía. pic.twitter.com/qQQahLNYB1
— Sr. Ministro (@Memesterio_) September 30, 2021
“El problema de la apreciación es que es una realidad que la gente entiende que eso es insostenible entonces empieza a pensar que se va a devaluar el peso. Y cuando empieza a haber expectativas depreciatorias sale a comprar dólares. Además empezás a tener problemas del lado comercial y todo eso te hace perder reservas”, decía Guzmán, hoy convertido en principal impulsor de la revalorización, como revelan los números y queda a la vista en el proyecto de presupuesto del 2022, que plantea una devaluación promedio del 28,1% para el peso en un contexto de inflación que ubica en el 33%, aunque el mercado la proyecta al menos 10 puntos por encima.
Es precisamente la dinámica con la que le toca lidiar nuevamente al Banco Central (BCRA) ahora que, pese a la amplitud del cepo, perdió US$950 millones de sus reservas líquidas sólo durante septiembre en intervenciones sobre el mercado de contado y cedió otros US$55 millones hoy en la primera rueda de octubre.
Los analistas coinciden en señalar que el problema agrava la dinámica en que entró el mercado cambiario desde el mes pasado y en mal momento: justo cuando un cambio de escenario internacional está acelerando la apreciación del peso, aún cuando no se llegue a niveles que permitan hablar de atraso cambiario.
Apuntan que las rigideces locales complican la posibilidad de adaptarse al cambio de contexto que se insinúa, algo que podría lograrse sin devaluar sólo en caso de que se avance en una baja de impuestos o retenciones.
“La tasa de interés a 10 años en Estados Unidos saltó a 1,5%; se fortaleció el dólar a nivel global, golpeó al real -que se devaluó casi 5%- y a la soja, que bajó a U$S460. Todo esto pasó en septiembre, que así nos dejó como mensaje que el buen contexto internacional no dura para siempre y que cuando la marea baja se ve quién está desnudo’”, como decía Warren Buffet, hace notar el economista y consultor Fernando Marull.
“Eso no quiere decir que el contexto internacional haya dejado de ser positivo, más allá de las tensiones y volatilidades del hoy, pero sí sugiere que el mejor momento quedo atrás, algo que inquieta porque todo el mundo sabe que la Argentina sigue vulnerable y no está en condiciones de soportar un shock negativo internacional”, acota.