En modo electoral, el Gobierno le bajará el precio de la luz a algunos usuarios
Los usuarios de altos ingresos del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tendrán una reducción promedio de 8% en los valores finales de las boletas de electricidad
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Mientras que todos los precios de la economía suben, hay uno que sorprende a la baja. Se trata de las boletas de electricidad para los usuarios de altos ingresos (llamados N1) y para las industrias y grandes comercios. La Secretaría de Energía confirmó hoy que estos clientes, que pagan casi el costo pleno de la generación eléctrica, se verán beneficiados con menores precios porque en el período de noviembre a febrero, la energía será más barata. Para los usuarios del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), siempre del grupo anterior, significa una baja promedio de 8% en los valores finales de la electricidad.
La caída, sin embargo, podría no notarse de manera directa, ya que en los próximos meses subirá el consumo eléctrico, como sucede cada año en esta época por las altas temperaturas. La baja en los costos, por lo tanto, amortiguará el incremento habitual del precio de las boletas de electricidad.
El anuncio se da a conocer a menos de 20 días del balotaje y luego de que el Gobierno postergara cualquier aumento de tarifas energéticas y de transporte, tras perder las elecciones primarias.
De hecho, si bien se proyecta un menor costo de la electricidad gracias a que aumentó la generación eléctrica proveniente de las centrales hidráulicas (que es la forma de generación más económica), el Gobierno podría haber aprovechado esos menores costos para reducir las transferencias de subsidios económicos, sobre todo para los usuarios de bajos y medios ingresos.
Para este año, se espera que los subsidios a la energía representen 1,7% del PBI, según el último informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), dependiente de la UBA y el Conicet. Esto significaría una reducción con respecto al 2,1% del PBI que representó en 2022, pero está explicado principalmente por los menores costos de energía, ya que bajó el precio internacional del gas luego de la disparada que tuvo en 2022, con la invasión de Rusia a Ucrania.
La herencia tarifaria
Para bajar el gasto fiscal, el próximo gobierno deberá profundizar la segmentación de tarifas de gas y electricidad que comenzó la actual administración. Actualmente, hay tres grupos de usuarios: los de ingresos altos (N1), bajos (N2) y medios (N3).
Hasta el mes pasado, los hogares de altos ingresos de todo el país pagaron con sus tarifas el 52% del costo del gas y el 85% del de electricidad, según la consultora Economía y Energía (EyE).
El informe toma de referencia un costo promedio anual del gas de US$4,5 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector) y US$75 el MWh del costo monómico de electricidad. Hasta octubre, los N1 pagaban en sus tarifas US$2,5 el millón de BTU y US$64 el MWh.
Los contratos están dolarizados al tipo de cambio oficial, que se mantuvo fijo en $350 desde fines de agosto, luego de haber tenido un salto del 22%. Sin embargo, si a futuro se concreta una brusca devaluación del oficial (debido a que el Banco Central se quedó sin reservas), los usuarios cubrirán cada vez menos del costo total del gas y la electricidad con sus tarifas (ya que se pagan en pesos), y volverán a crecer los subsidios económicos.
En el caso de los hogares de ingresos bajos y medios, sus boletas cubren muy poco de los costos del sistema. Los clientes de ingresos bajos pagan apenas 6,25% del costo del gas (US$0,3 de los US$4,8 el millón de BTU) y 12% del de generación eléctrica (US$9 de los US$75 el MWh), según la consultora EyE.
Los hogares de ingresos medios, por su parte, cubren el 29% del costo del gas (US$1,4 de los US$4,8 el millón de BTU) y el 26% de la energía eléctrica (US$20 de los US$75 el MWh).
“La depreciación de la moneda provocó una fuerte disminución del precio del gas natural y la energía eléctrica abonada por la demanda. De no aplicarse nuevos incrementos tarifarios, y en un escenario de mayor depreciación de la moneda, el precio del gas natural y de la energía eléctrica para la demanda residencial se ubicaría por debajo del costo de abastecimiento local, determinando un mayor requerimiento de subsidios durante el próximo año”, dijo EyE en su último informe.
El Observatorio de tarifas y subsidios del IIEP, por su parte, indicó que, entre marzo de 2019 y agosto de 2022, último mes sin segmentar, la tarifa residencial para un consumo promedio de energía eléctrica se redujo 64% en términos reales. “A partir de entonces, y hasta junio de 2023, hubo una recomposición en el caso de un usuario de altos ingresos, mientras los niveles N2 y N3 continuaron su caída real”, dijeron, como se puede observar en el gráfico de arriba.
“La factura promedio de energía eléctrica para los usuarios de N2 (bajos ingresos) y N3 (ingresos medios) cayeron en términos reales un 40% y 33% respecto de la factura pre-segmentación, respectivamente, mientras que en el caso de los N1, la recomposición fue de 128%”, agregó. Aunque explica que luego del congelamiento tarifario dispuesto a fines de agosto, “en el último trimestre, se observa una caída real ante igual consumo del 17,9% para todos los niveles de ingreso”.
Más allá de los costos de gas y generación eléctrica, el próximo gobierno tendrá el desafío también de aumentar las tarifas para el valor de distribución (VAD), que en los últimos años subió muy por debajo de la inflación. “Desde el último incremento del VAD, la inflación acumuló un incremento estimado del 56% en el caso del gas natural y del 48% en energía eléctrica. En consecuencia, de no aplicarse aumentos en el VAD también se requerirían fondos adicionales del Estado Nacional para mantener la cadena de pagos en el sector”, concluye EyE.
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