En medio de la volatilidad de la Argentina y otros vecinos, Uruguay se vende como una opción estable
Mientras todas las miradas parecen puestas en los problemas económicos de la región, Montevideo trata de venderse como un contrapeso y refugio
NUEVA YORK.- Mientras todas las miradas parecen puestas en los problemas económicos de Argentina, Venezuela y en menor medida Brasil, Uruguay está tratando de venderse como un contrapeso y refugio en medio de la agitación de sus socios del Mercosur. Su principal argumento de atracción: estabilidad política y social.
Tras proyectar una imagen internacional progresista con actos legislativos audaces como la legalización de la marihuana, el matrimonio homosexual y la despenalización del aborto, el pequeño país, de casi 3,4 millones de habitantes, está en plena campaña para exhibir sus positivos indicadores económicos y a la vez demostrar cuán desacoplado está de Argentina.
Uruguay creció 3,9% en 2012 y se estima que se expandió otro 4% en 2013, mientras que el promedio de crecimiento en América Latina para 2013 rondó 2,6%, según el Fondo Monetario Internacional. El país también goza de una tasa de desempleo moderada de alrededor de 6% de su fuerza laboral, aunque sus niveles de inflación tienden a convertirse en un actor de preocupación.
La economía uruguaya es pequeña frente a sus dos grandes vecinos –cabe 45 veces en la de Brasil y casi 10 veces en la de Argentina-, pero la calificación de grado de inversión de su deuda soberana y su desempeño pueden explicar que, medida como proporción del PIB, la inversión extranjera directa que el país recibió en 2012 casi duplicara la proporción de las corrientes de capital hacia Brasil y Argentina.
"Las entradas de inversión extranjera directa a Uruguay han aumentado durante los últimos años, en línea con lo ocurrido en el resto de América Latina. En 2012 alcanzaron los US$2.710 millones, una cifra récord. Este monto es cercano a los que reciben otras economías de un tamaño similar, como Costa Rica, Panamá o República Dominicana", dijo Miguel Pérez, Oficial de Asuntos Económicos de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Tradicional refugio de los capitales y los ahorros argentinos, en 2001 y 2002 el sector bancario uruguayo fue el principal canal de contagio cuando se produjo el llamado "corralito" en la otra orilla del río de la Plata. Hoy, el país cuenta con un sistema financiero mucho más sólido, dijo Mario Bergara, ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, durante una visita a Nueva York.
"En 2001, 40% de los depósitos en nuestro sistema bancario pertenecía a argentinos, hoy eso es 9%", dijo el ministro. El funcionario encabezó una delegación que llegó EE.UU. con la intención de convencer a potenciales inversionistas sobre las oportunidades que ofrece Uruguay, especialmente en el sector de servicios.
El desacoplamiento se ha dado también en el frente comercial. Hace una década, Argentina compraba 25% de las exportaciones uruguayas. Hoy, las ventas al país vecino representan menos de 5% del total, según datos del gobierno. "La exposición como socio comercial de bienes se ha reducido sustancialmente", señaló Bergara.
No hay duda de que la posición del país en el continente es mucho más sólida, dijo Fiona Mackie, analista especializada en el Mercosur de Economist Intelligence Unit, en Londres. "A menos que la crisis en Argentina se deteriore mucho más de lo que está ahora, no hay un riesgo. Tampoco vemos un peligro de contagio de problemas financieros", agregó.
Uruguay tiene hoy a China y Brasil como sus principales socios comerciales. Y aunque estos países también experimentan una desaceleración, el hecho de que compren principalmente commodities hace "más fácil reorientar esos bienes hacia otros mercados" en caso de que se reduzca la demanda, dijo Bergara. La soya y la carne de res representaron 32% de las exportaciones de Uruguay en 2013.
Con la esperanza de encontrar un mejor equilibrio en su balanza comercial, el gobierno espera atraer inversiones en el sector de servicios. "Uruguay tiene características que lo diferencian y lo colocan en ventaja frente a sus competidores, entre ellas la disponibilidad de recursos humanos calificados, un marco legal, incentivos tributarios y una adecuada infraestructura tecnológica", dijo Álvaro Oms, secretario ejecutivo de la Comisión Interministerial para Asuntos de Comercio Exterior de Uruguay, durante su presentación en Nueva York.
La calidad del talento fue lo que llevó a Globant, una firma argentina de desarrollo de software, a abrir en Uruguay su segunda operación más importante en la región, en la que tiene 400 empleados. "Hemos tenido la suerte de encontrar un equipo bien preparado y con muchísimas ganas y muchas ambiciones", dice Martín Migoya, presidente ejecutivo de Globant.
Pero la empresa, que cuenta entre sus clientes a LinkedIn y NatGeo, está empezando a percibir una reducción de la competitividad debido a los costos. "En términos económicos, Uruguay está en desventaja. Hay aumentos de costos en general, desde alquileres hasta salarios y conexiones a Internet, y todo en dólares", señaló Migoya.
Con un índice de precios al consumidor que en enero último alcanzó una tasa anualizada de 9,10%, la inflación puede ser el talón de Aquiles de Uruguay, según distintos analistas. "La inflación, que continua por encima de las metas del gobierno (de 6%), se mantendrá como un problema para Uruguay a pesar de una política monetaria más estricta", dijo Gloria Sorensen, economista jefe para Uruguay de BBVA Research. La división de investigación del banco español prevé que 2014 cerrará con una tasa de inflación de 8,2%.
Más allá del desacoplamiento financiero y comercial, Uruguay tiene aún un sector importante que depende en gran medida del país vecino, el turismo.
"Uruguay siempre tuvo un déficit comercial, pero se balanceaba en la cuenta corriente porque con el saldo positivo en turismo", dijo Sorensen DE BBVA. Pero según las cifras del banco sobre el país, ese margen a favor ha caído en los últimos años. Los ingresos por turismo contribuyeron casi en un 6% del PIB en 2013 y representaron 17% de las exportaciones en 2012.
Según Bergara, los argentinos son responsables por casi la mitad de la actividad turística en Uruguay, comparado con una contribución de 80% antes de la crisis de 2002. De todas formas, la desaceleración del sector ha actuado como cierto lastre para la expansión económica. La semana pasada el gobierno redujo la perspectiva de crecimiento para este año de 4% a 3%. "En el mundo de hoy crecer más de 3% es envidiable para muchas economías, no lo vemos como una mala noticia", anotó el ministro Bergara.
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