En medio de la crisis, los bonos de EE.UU. siguen siendo seguros
La rebaja de la calificación de crédito de Estados Unidos desató el lunes una ola mundial de ventas que culminó en la mayor caída en una jornada del Promedio Industrial Dow Jones desde la crisis financiera en 2008.
En escenas que evocaron los sucesos de hace tres años, las ventas aumentaron conforme pasaban las horas y los inversionistas se vieron obligados a colocar más capital para respaldar sus apuestas. Las acciones de los bancos fueron las más castigadas y la de Bank of America cayó 20%.
El Dow Jones perdió 634,76 puntos, un 5,55%, a 10.809,85 unidades, su cierre más bajo desde octubre del año pasado y su sexto mayor descenso en puntos de la historia. El desplome fue parte de una caída generalizada de las bolsas, los bonos de empresas y las materias primas industriales.
El Bovespa, el índice de acciones líderes de la Bolsa de Sao Paulo, cayó casi 10% antes de un leve repunte. Cerró con un descenso de 8,1% que fue acompañado de una baja del real, que alcanzó su menor nivel en dos meses.
"Es probable que impere la mayor incertidumbre desde 2008", opinó Eric Pellicciaro, gestor de fondos de la división Fundamental Fixed Income, de BlackRock, que administra unos US$612.500 millones. "Hay una sensación general de que las opciones políticas son pocas... Hay una sensación de que la austeridad fiscal llega en el peor momento posible".
Los inversionistas huyeron hacia los refugios tradicionales: oro, las monedas de países aparentemente seguros como Suiza e, irónicamente, la deuda del Tesoro estadounidense cuya calificación Standard & Poor’s rebajó el viernes. Para la mayoría de los inversionistas, los bonos del Tesoro parecieron una opción mucho más segura que las acciones.
El rendimiento de los bonos del Tesoro alcanzó mínimos no vistos desde enero de 2009, uno de los meses más sombríos de la recesión estadounidense.
Los operadores dijeron que la inquietud sobre la economía y la crisis de la deuda europea superaron cualquier preocupación vinculada a la rebaja de Standard & Poor’s. "Los activos menos riesgosos disponibles siguen siendo los papeles del Tesoro estadounidense", señaló Ashish Shah, jefe de crédito global de la firma de inversión AllianceBernstein. "Aunque sea más riesgoso que antes, todavía es el activo de menor riesgo", opinó.
El alza en el precio del bono de referencia a 10 años hizo caer al rendimiento, que se mueve en la dirección opuesta, a 2,339%. Ante la demanda de inversionistas a largo plazo como aseguradoras y fondos de pensiones, el rendimiento del bono a 30 años bajó a 3,666%. Los rendimientos de las notas a dos años tocaron nuevos mínimos debido a que los inversionistas demandaron deuda pública a menor plazo.
El rendimiento a dos años llegó a estar por debajo del rango superior de la tasa de referencia de la Reserva Federal (Fed) de entre cero y 0,25%, lo que sugiere que los inversionistas esperan que el banco central no realice cambios al menos durante ese plazo. El rendimiento a dos años terminó el día en alrededor de 0,256%.
Los temores respecto a los titubeos de la economía de EE.UU. y la posibilidad de que la crisis de la deuda europea se salga de control han ahuyentado a los inversionistas. Muchos se preocupan ante la posibilidad de que la rebaja de Standard & Poor’s pueda socavar todavía más la confianza de los consumidores y empresas de EE.UU.
Los inversionistas especulan con que el deterioro de los mercados podría llevar a la Fed a tomar cartas en el asunto, tal vez en su reunión fijada para hoy. Una opción, dicen, es que la el banco central cambie la composición de su portafolio, reinvirtiendo su dinero en los papeles públicos de mayor plazo.
Para algunos, eso explica porqué los bonos del Tesoro a 30 años han tenido un desempeño relativamente bueno. "El mercado está tratando de adelantarse a la Fed", dijo Alan Mittleman, del banco de inversión francés Société Générale.
Mientras algunos se sintieron tentados a comparar las últimas jornadas con los peores momentos de la crisis financiera, muchos inversionistas pusieron énfasis en las diferencias.
En 2008 y 2009, las ventas se concentraban en las acciones financieras y los bonos hipotecarios. En esta ocasión, los temores son mayores y tienen que ver con el riesgo de una recesión y e incumplimiento de los prestatarios europeos.