En lo que va de septiembre, el Central emitió $22.200 millones por día para asistir al Gobierno

El Gobierno pidió -y obviamente obtuvo- del Banco Central (BCRA) una nueva asistencia financiera, la tercera del mes, al cumplirse el pasado miércoles la primera quincena de septiembre.

Fue por otros $60.000 millones que la administración de Alberto Fernández usará para seguir expandiendo el gasto en procura de mejorar su chances electorales, con lo que ya recibió $200.000 millones por ese concepto en apenas 15 días, contabilizando los $60.000 millones que le habían girado el viernes 3 y los $80.000 millones remitidos el miércoles 8 de este mes.

El giro del día 15 (blanqueado en la estadística oficial hoy) fue nuevamente justificado como una “transferencia de utilidades” sin que se especifique el ejercicio a que se refiere, ya que los montos girados al Tesoro Nacional con esa excusa llegan ya a los $720.000 millones, es decir, exceden largamente los $523.000 millones que arrojó su ejercicio 2020 y fueran obtenidos -básicamente- por la devaluación del 40% que ese año volvió a padecer el peso argentino.

La transferencia confirma que el Gobierno está dispuesto a recurrir a la emisión monetaria espúrea para sostener los programas de alivio o ayuda con que buscará mejorar su performance electoral de cara a noviembre, tras haber subestimado el impacto que su deficiente gestión tendría en las primarias.

Hay que ver que, en sólo nueve jornadas hábiles, el Gobierno requirió auxilio del BCRA por unos $200.000 millones lo que implica un nuevo récord de asistencia promedio en el año ($22.200 millones por día), dejando atrás a los $220.000 millones ($17.000 millones/día) que había solicitado en apenas 13 ruedas durante julio.

En lo que va del año, el Central realizó ya 14 giros al Tesoro Nacional por un total de $910.000 millones: $720.000 millones justificados como remisión de ganancias (que son meramente contables) y los $190.000 millones restantes como “adelantos transitorios” (préstamos). Esa suma representa 2,2 puntos del producto bruto interno (PBI), según hizo notar el economista Bruno Panighel.

El nuevo giro se conoce luego que el Gobierno difundiera el sábado un decreto (622/2001) por el que repite una ingeniería contable a la que acudía cuando Cristina Kirchner presidía el país, que apunta a maximizar el uso de los US$4300 millones recibidos en DEG por parte del FMI.

“Con el decreto libera financiamiento del BCRA al Tesoro, reduce contablemente su déficit fiscal primario, se presenta neutralidad monetaria inicial -aunque será efímera- y se pagarán los vencimientos de deudas con el FMI”, describió hoy la consultora Quantum Finanzas en un informe en que describe la mecánica operativa del procedimiento ya explicado por LA NACION.

“Todo se inicia con el Tesoro vendiendo los DEG al BCRA contra pesos que emite, el Tesoro los contabiliza como ingresos corrientes y los usa para cancelar Adelantos Transitorios que había recibido previamente del BCRA y que se encontraban pendientes de pago. Por otro lado, el BCRA entregará los DEG al Tesoro para cancelar los vencimientos con el FMI, contra una letra intransferible que emite el Tesoro a favor del Central. Así se sortean los límites actualmente vigentes que impone la Carta Orgánica del BCRA, logrando dar lugar a la posibilidad de aportar financiamiento monetario a la expansión fiscal si fuese necesario”, apunta.

Todo es porque el decreto le permite al Gobierno cancelar adelantos por $422.000 millones, que vuelven a estar disponibles para hacer frente a gastos y/o vencimientos de deuda por esa cifra. “El mismo recurso contable se utilizó en la distribución de DEG de agosto de 2009, cuando el equivalente en pesos se usó para cancelar adelantos transitorios y luego volver a requerirlos al BCRA en diciembre de 2009″, hicieron notar.

La Carta Orgánica restringe los adelantos al Tesoro al 12% de la base monetaria. Pero además se pueden otorgar adelantos hasta el 20% de los recursos en efectivo que el gobierno nacional haya recibido en los últimos 12 meses.

Según Quantum, ese límite es del orden de $1,87 billones hoy, de los cuales $1,45 billones ya fueron girados al Tesoro. De esta manera, el saldo de adelantos disponible asciende a $423.000 millones al 31 de agosto último.

Adicionalmente estima que le quedaría un saldo remanente de utilidades no distribuidas de $210.000 millones de ejercicios anteriores con lo que el total de asistencia posible ronda los $632.000 millones que, una vez puesta en práctica la mecánica que prevé el decreto del sábado pasado, se convierten en casi $1,1 billones, aunque se presume que esa diferencia sería usada durante el año próximo.

La impresión espúrea de dinero y su puesta en circulación por parte del Gobierno pasa por alto que la economía ni siquiera terminó de absorber la megaemisión de 2020 (una “borrachera monetaria” que impulsó el ritmo de la inflación del 2% al 4% mensual) y que las muestras de repudio al peso son manifiestas. Esto explica que las expectativas inflacionarias vuelvan a mostrar una marcada tendencia alcista.

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