En la Cumbre de las Américas nuestra región debe ponerse manos a la obra
Promover un estado de derecho fuerte y avanzar con una agenda comercial que favorezca el crecimiento son dos prioridades fundamentales
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Los líderes de los gobiernos, la sociedad civil, los jóvenes y los empresarios debemos aunar nuestros esfuerzos en la Cumbre de las Américas que se llevará a cabo esta semana en Los Ángeles. Si bien hay una creencia generalizada de que no surgen muchos resultados de estas cumbres, creo que esta reunión (y la colaboración público-privada que tendrá lugar) ofrece una oportunidad única para lograr avances ante los crecientes retos que desafían al hemisferio occidental.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos tiene el honor de trabajar junto con el Departamento de Estado en la organización de la Cumbre Empresarial de las Américas, el foro que reúne a los actores clave del sector privado en el marco de la cumbre. Puedo asegurar que los jefes de estado de la región, sus gobiernos y los empresarios del continente están sumamente interesados en alcanzar resultados concretos, y es fácil entender por qué.
Las crisis gemelas, económica y sanitaria, que creó la pandemia golpearon nuestra región tan fuerte como a cualquier otra. A pesar de representar menos del 9% de la población mundial, América Latina y el Caribe han sufrido casi un tercio de las muertes totales por Covid-19. El impacto de la pandemia fue exacerbado por el estancamiento económico y deficiencias de larga data, como la pobreza, la desigualdad, la inseguridad, la corrupción y sistemas sanitarios inadecuados. A medida que el continente americano deja atrás el Covid, nuevos desafíos, como una creciente inflación, sobre todo en los sectores alimenticio y energético, amenazan con exponer aún más la fragilidad de la región.
Tanto los líderes del sector público como los del privado ven en la cumbre una oportunidad para impulsar soluciones público-privadas que son urgentes y necesarias. El sector privado de Estados Unidos y la región están comprometidos con la misión de generar un crecimiento inclusivo y sostenible a lo largo del continente, y por lo tanto hemos alineado las seis prioridades de la Cumbre Empresarial con las de la Cumbre de gobiernos con el fin de promover soluciones conjuntas.
Nuestra principal prioridad es promover un estado de derecho fuerte a lo largo de toda la región, dado que es la base fundamental para el éxito de los demás objetivos. Vamos a consolidar la colaboración con los gobiernos de las Américas que están trabajando en fortalecer sus instituciones y en aumentar la transparencia, la previsibilidad y la certidumbre para el sector privado, y les demostraremos cómo se beneficiarán a partir de nuevas inversiones y la reorganización de las cadenas de producción.
Nuestra segunda prioridad es promover una agenda comercial que favorezca el crecimiento, lo cual es inherente al éxito de la economía de todo el continente. La Cámara de Comercio y el sector privado de la región trabajarán con los formuladores de políticas públicas para mejorar el acceso a mercados y la integración económica, priorizando objetivos críticos tales como una mayor resiliencia en las cadenas de suministro en todo el continente.
En tercer lugar, buscamos construir economías de la salud más resistentes, apalancando el financiamiento del sector privado y la innovación digital en salud para aumentar la inversión en infraestructura sanitaria y expandir el acceso al sistema sanitario.
Además, trabajaremos para cerrar la brecha digital, mientras impulsamos las transiciones tecnológicas que catalizó la pandemia. La innovación digital promoverá mayor crecimiento, transparencia e inclusión económica a lo largo de la región. De parte de los gobiernos, buscaremos marcos regulatorios coherentes para optimizar la eficacia de estas herramientas digitales.
Nuestra quinta prioridad es mitigar la crisis energética. Además de acelerar la producción necesaria para reducir costos, mostraremos cómo el sector privado está promoviendo la transición energética y apoyando las mejores prácticas en materia de sostenibilidad.
Finalmente, aseguraremos que las pequeñas y medianas empresas –sobre todo aquellas lideradas por mujeres y emprendedores provenientes de minorías– estén incluidas en las oportunidades que surjan a partir de las prioridades mencionadas. Siendo las pymes las principales generadoras de puestos de trabajo y motores del crecimiento, ninguna solución sería posible sin su ayuda.
Más que un evento, la Cumbre Empresarial de las Américas debe generar momentum para la acción. El sector privado de Estados Unidos ya está trabajando con su gobierno para asegurar que los dos años de supervisión de los compromisos que siguen la cumbre se utilicen para realizar actividades de seguimiento e implementar iniciativas de colaboración regional.
Desde la última Cumbre de las Américas que se realizó en 2018, nuestra región y el mundo han cambiado para siempre. Ahora es nuestro deber asegurar mejores resultados para todos. Para que ello ocurra, los líderes del sector público y del sector privado de todo el continente americano deben encontrar consensos en base a las oportunidades y desafíos compartidos. La Cumbre de las Américas es nuestra oportunidad tomar la delantera y liderar soluciones para nuestro continente y el resto del mundo. Asegurémonos de que así sea.
*La autora es presidente y directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de Estados Unidos (U.S. Chamber of Commerce)
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