Por la segmentación tarifaria, ya hay usuarios que pagarán hasta tres veces más que otros por el mismo servicio
Los usuarios de altos ingresos pasarán a pagar alrededor de $8275 las tarifas promedio, mientras que los de bajos recursos pagan $2358 por el mismo consumo de 258 KWh por mes
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Las boletas de luz volverán a subir en junio para los usuarios del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El incremento será de alrededor de 11% para los hogares de ingresos altos, de 24% para los de ingresos medios y de 35% para los de menores recursos.
Con este nuevo aumento tarifario, las facturas en el AMBA habrán subido cuatro veces en el año (febrero, abril, mayo y junio) para los usuarios de ingresos altos y medios, ya que en dos ocasiones se trató de una quita de subsidios a la generación eléctrica, que no alcanzó a los hogares de ingresos bajos. Esto generó que en el último año, luego de aplicarse la segmentación tarifaria, creciera la brecha de lo que pagan los distintos usuarios por el mismo servicio de electricidad.
Con todos los incrementos del último año, a partir de junio, las boletas de luz acumularán un aumento real (descontada la inflación) de 154% para los usuarios de ingresos altos. En números concretos, pasarán de un valor promedio de $3096 en junio de 2022 a otro de $8275 el próximo mes (a precios constantes de mayo), para un consumo medio de 258 KWh por mes, según cálculos de la consultora Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo. Este incremento alcanza a 1,5 millones de hogares (33% del total de usuarios residenciales de AMBA).
Para los usuarios de ingresos medios (1 millón de clientes en el AMBA), que reciben subsidios hasta un consumo de 300 KWh por mes, hubo una caída real interanual de las tarifas de 15%, ya que pasaron de pagar una boleta promedio de $3096 a una de $2621 (a precios constantes de este mes).
Por último, para los 1,9 millones de usuarios de ingresos bajos del AMBA (44% del total de hogares), a los que no se les quitó el subsidio, las tarifas de luz tuvieron una caída de 24% en términos reales, ya que subieron muy por debajo de la inflación. En concreto, las boletas pasaron de valer $2358 a $3096 (a precios constantes de mayo).
De esta forma, los usuarios de ingresos altos pagan hasta casi tres veces más que los de menores recursos.
En lo que respeta al aumento puntual de distribución de junio, en marzo pasado, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) informó que el incremento de ingresos para Edenor y Edesur (el valor de distribución) sería de 262% para el año, repartido en dos subas: 108% en abril y 73% en junio.
El alza, mucho mayor que la inflación estimada para el año, compensará en parte el congelamiento tarifario de los últimos tres años. Durante el gobierno de Alberto Fernández, los ingresos de las dos distribuidoras aumentaron solo 32%, mientras que la inflación fue más de 300% en el mismo período.
El aumento se circunscribe solo a los usuarios del AMBA, porque se trata de un incremento en el valor de distribución (VAD), el servicio que ofrecen Edenor y Edesur. El valor de las boletas de electricidad se compone de cuatro segmentos: el costo de generación de la electricidad; el transporte de esa energía a los centros de consumo; la distribución en los hogares, y los impuestos nacionales, provinciales y municipales.
Esta alza en la distribución de electricidad es mayor en proporción para los usuarios de ingresos bajos porque el segmento de distribución representa un costo mayor en el valor final de las boletas en comparación con el resto de los hogares, que paga más caro por la generación eléctrica.
Por otro lado, en febrero y en mayo las tarifas de electricidad aumentaron en todo el país luego de que la Secretaría de Energía decidiera hacer dos quitas de subsidios para los usuarios de ingresos altos y medios. De esta forma, los hogares de mayores recursos -o aquellos que no se anotaron en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE)- ya no reciben subsidios directos del Estado, mientras que los de ingresos medios todavía tienen subvencionado los primeros 300 KWh de consumo por mes.
En los primeros cuatro meses del año, el Gobierno destinó $589.128 millones a subsidiar la energía, lo que significa un aumento de 34% con relación al mismo período del año pasado, muy por debajo de la inflación interanual. Si se tiene en cuenta la variación de precios, la caída real en el gasto de subsidios fue de 34%, según cálculos de la consultora LCG.
Si bien el aumento de tarifas ayuda a la reducción del gasto en subsidios, la caída mayor está explicada principalmente por un retraso en el pago que hace el Tesoro a Cammesa, la compañía con control estatal encargada de los despachos de energía eléctrica. Esta empresa, a su vez, se atrasa en pagarles a los proveedores, los principales generadores de electricidad, según recopiló LA NACION.
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