En giro político Argentina se abre a Estados Unidos
BUENOS AIRES—Barack Obama llega hoy a Argentina para reunirse con un nuevo aliado, el presidente argentino Mauricio Macri, quien está renovando los lazos con Estados Unidos como parte de una campaña para reactivar la economía del país en un momento delicado para América Latina.
Macri, un empresario acaudalado cuyo sorpresivo triunfo en las elecciones de noviembre puso fin a más de una década de gobiernos populistas en Argentina, manifestó en una entrevista con The Wall Street Journal que avanza a toda velocidad para desmantelar las políticas nacionalistas e intervencionistas de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que formó parte de un bloque de mandatarios izquierdistas latinoamericanos que se opusieron en forma estridente a los intereses de EE.UU.
Macri, de 57 años, indicó que las medidas de su antecesora perjudicaron la economía, transformaron a Argentina en un paria de los mercados financieros y debilitaron el sector agrícola. "Yo no creo en el populismo. Estos 12 años hemos estado casi aislados del mundo", dijo en la entrevista realizada en su despacho en la Casa Rosada.
La llegada de Macri a la presidencia de este país de 42 millones de habitantes marca un enfoque de liderazgo radicalmente distinto en un momento en que la clase política sudamericana es sacudida por manifestaciones políticas y el derrumbe en los precios de las materias primas.
Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, trata de resistir una ofensiva para destituirla en medio de un escándalo de corrupción. El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, lucha contra el colapso de la economía. Ambos países, junto con la Argentina encabezada por Fernández de Kirchner y su difunto marido, Néstor Kirchner, lideraron un grupo de gobiernos sudamericanos que se acercaron a los rivales de EE.UU., como Cuba e Irán, y se opusieron a las posturas de Washington en todo tipo de temas, desde el libre comercio hasta los derechos humanos.
El ascenso de Macri sugiere que el péndulo está girando en la otra dirección.
El presidente dijo que quiere demostrarles a Argentina y a otros países de América Latina que políticas menos ideológicas y más de mercado pueden generar más empleos y sacar a la población de la pobreza. Con ese fin, ha aprovechado sus primeros 100 días en el poder para aumentar el atractivo del país para los inversionistas extranjeros.
El mes pasado, Argentina acordó pagar a un grupo de fondos de cobertura US$4.600 millones para acabar con una disputa judicial de casi 15 años, que impidió que el país accediera a los mercados de capitales. "Vamos rumbo a mejorar nuestro estado de derecho para ser un país y una sociedad cada vez más confiable", resaltó. "Los aprendizajes que teníamos que hacer los hicimos y estamos listos para empezar a crecer".
Por su parte, funcionarios estadounidenses recalcan que contar a Argentina, un miembro del Grupo de los 20 y uno de los mayores exportadores de alimentos del mundo, como un aliado es importante para Washington.
Obama planea "alentar el interés argentino en jugar un papel más destacado en el mundo", dijo ante un grupo de periodistas Mark Feierstein, director sénior de asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional. EE.UU. espera colaborar estrechamente con Argentina en temas como el cambio climático y la lucha contra el narcotráfico en el Cono Sur.
"Hemos quedado impresionados por la ambiciosa agenda de reformas de Macri, la velocidad con la que la está implementando y su interés en asumir un rol de liderazgo en asuntos regionales y globales", comentó Feierstein.
A pocos días de asumir la presidencia, Macri reprendió a Venezuela y la exhortó a liberar los prisioneros políticos y respetar las normas de la democracia. "Se respetan las libertadas de la gente o no. En Venezuela hoy no se están respetando. Hay que ser claros", subrayó. El mandatario añadió que durante la dictadura militar argentina, entre 1976 y 1983, Venezuela fue el país que más otorgó asilo a los argentinos. Macri, que se ha reunido con las familias de los prisioneros políticos venezolanos, aseveró: "Esto lo debemos al pueblo venezolano".
En el frente económico, Macri se ha movido con celeridad para eliminar los impuestos sobre la mayoría de las exportaciones agrícolas y mineras, ha reducido los impuestos a la renta y reemplazado al presidente del banco central. También puso fin a uno de los controles cambiarios más estrictos, que impedía que los argentinos compraran dólares libremente y prohibía que las multinacionales repatriaran sus ganancias.
"Tenemos que generar trabajo y generar una corriente de inversión", aseguró. El gobierno prevé un crecimiento de 4% en 2017. "Yo tengo una obsesión de sacar a la mayor cantidad de argentinos lo más rápido posible de la pobreza". No será una tarea fácil. Macri destacó los problemas de Brasil, que absorbe 40% de las exportaciones argentinas y cuya economía se contraería al menos 3% este año, según economistas. Argentina, por su parte, registraría un crecimiento negativo de 1% en 2016. El año pasado, el país tuvo un déficit fiscal de 7%, el mayor desde 1982.
Después de aumentar los precios de la electricidad, el presidente podría tener que reducir subsidios de miles de millones de dólares al agua, el gas y el transporte, lo que conducirá a un aumento de las facturas de los servicios públicos e irritará a los sindicatos, que exigen un alza de los salarios para contrarrestar el incremento de los precios. El Ministerio de Trabajo ya negocia con 50 sindicatos, compañías y grupos empresariales para evitar huelgas y despidos.
La inflación anualizada ha aumentado y alcanzó 30% o más. Nicolás Dujovne, de Nicolás Dujovne y Asociados, señala que si la economía no repunta y la inflación no disminuye, los niveles de aprobación de Macri, que rondan 69% según la consultora Poliarquía, pueden descender. "Si pasara eso, para la oposición tendría menos sentido apoyarlo. Pero yo creo que las chances de que todo esto funcione son muy altas".
Macri, en todo caso, necesita el respaldo de la oposición para que el Senado apruebe el acuerdo con los bonistas, una diputa que se originó con la cesación de pagos de cerca de US$100.000 millones en 2001. De ser aprobado, Argentina podrá recaudar US$12.000 millones en crédito. Las provincias y empresas privadas también podrían empezar a acceder a crédito más barato.
Macri también ha cambiado el estilo de gobernar. Mientras que su predecesora tildaba a sus críticos de traidores y pronunciaba discursos de horas en cadena nacional, el nuevo presidente se reúne a menudo con la oposición. "Este es un gobierno que no cree tener todas las respuestas", insistió.
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