En el bajón de los países emergentes, Petrobras y PDVSA son excepciones
Durante un año difícil para los mercados emergentes, algunas de las operaciones más inciertas están rindiendo frutos. Bonos emitidos por empresas petroleras de América Latina, bancos de Ucrania y firmas inmobiliarias de China se encuentran entre los activos de mejor desempeño de las economías en desarrollo en 2015.
Los gestores de fondos que adquirieron estos apabullados valores y otros activos considerados riesgosos incluso para los estándares de los inversionistas de mercados emergentes, arrojan retornos positivos mientras que los índices de referencia languidecen en territorio negativo. "No tenemos miedo de ir a lugares peligrosos", dijo Yong Zhu, gestor de cartera en el fondo de Deuda de Mercados Emergentes DuPont Capital, que administra US$6,4 millones. "Siempre es posible encontrar países o empresas que tienen buenas posibilidades de sobrevivir". El fondo de Zhu ha tenido un mejor desempeño que otros fondos de mercados emergentes en parte porque compró papeles con riesgo en el momento preciso. También se ha beneficiado de haber invertido en bonos y no en acciones de países emergentes, que han sido golpeadas más duramente este año.
De todos modos, las apuestas arriesgadas a los mercados emergentes son vulnerables a factores que pueden crear turbulencias, como una nueva caída en los precios de los commodities, indicios de una desaceleración económica más profunda en China y una mayor probabilidad de que la Reserva Federal aumente las tasas de interés en Estados Unidos.
Los gestores tratan de manejar la incertidumbre manteniéndose ágiles en lugar de retener posiciones por períodos largos en los cuales pueden enfrentar súbitos derrumbes en los mercados. Al mismo tiempo, distribuyen sus apuestas a través de múltiples sectores y países y eligen bonos denominados en dólares, lo que les permite evitar que la debilidad de otras monedas erosione sus retornos.
El fondo de Zhu tiene bonos denominados en dólares de Petróleo Brasileiro SA, la compañía brasileña de control estatal que está sumida en un escándalo de corrupción. También está expuesto a bancos en Ucrania, país que recientemente llegó a un acuerdo de reestructuración con sus acreedores, y a firmas de bienes raíces en China, que los analistas dicen son particularmente vulnerables a la desaceleración económica del país.
El fondo registra un alza de 7,7% desde comienzos de año al 29 de octubre, lo que lo convierte en el segundo de mejor desempeño entre 403 fondos de renta fija de mercados emergentes que sigue Morningstar Inc. El fondo promedio ha perdido 3,6%. Sólo 33% de ellos están en territorio positivo.
El fondo de mercados emergentes de corta duración de Ashmore es el que registra el mejor desempeño entre los fondos de bonos de economías emergentes, según Morningstar. En lo que va del año, ha subido 8,7%, superando al índice de bonos corporativos de mercados emergentes de J.P. Morgan.
Ese fondo, que típicamente invierte en bonos con plazos de vencimiento de uno a tres años, ha comprado en distintos momentos, a comienzos de este año, deuda de productores de energía, tanto países como empresas, durante la caída de los commodities.
A finales de septiembre, entre las principales tenencias del fondo de Ashmore figuraban bonos de la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) que vencen este año y el próximo.
Numerosos inversionistas dudan de la capacidad de PDVSA de pagar su deuda, ya que el gobierno de Venezuela sufre de una disminución de sus ingresos y de las reservas de divisas debido a los bajos precios del petróleo. Pero la empresa pagó un bono de US$1.500 millones el 28 de octubre, lo que impulsó los precios de todos los bonos venezolanos. "Si usted compra bonos que vencen en seis meses, tiene muy buena visibilidad", dijo Christoph Hofmann, director global de distribución en Ashmore Group, que administra US$51.000 millones en activos.
Los bonos de 2015 de PDVSA se negociaban en enero a 71,25 centavos por dólar, pero el 28 de octubre maduraron a la par, según MarketAxess. Eso representa una ganancia de 40%. Por el contrario, el índice de bonos en dólares J.P. Morgan avanzó 2,8% desde comienzos del año hasta el 29 de octubre, mientras que el índice de divisas de mercados emergentes acumulaba un retroceso de 12%.
Jonathan Kelly, quien dirige el Fondo de Deuda de Mercados Emergentes Fidelity Series, con US$1.000 millones bajo gestión, compró deuda corporativa denominada en dólares en Rusia, donde prefiere empresas de telecomunicaciones y de petróleo y gas.
Los bonos de las empresas rusas sufrieron de una venta generalizada en el segundo semestre de 2014 en medio de preocupaciones de que las sanciones de EE.UU. dificultarían una refinanciación de sus deudas, dijo Kelly. Pero a medida que la oferta se agotó, los bonos existentes ganaron en valor, agregó.
"Este año, la historia ha cambiado", dijo Kelly sobre Rusia. "Aunque aún existen las sanciones, parece que hay estabilidad en la situación en Ucrania, y la conversación en torno de las sanciones es menos intensa que antes".
Los gestores de inversiones se han vuelto más cautos. La posición promedio en efectivo para los primeros 120 fondos de acciones de mercados emergentes monitoreados por Copley Fund Research subió a 4,2% en septiembre, el nivel más alto desde junio de 2012. El efectivo en manos de los fondos de bonos también aumentó en meses recientes, según Morgan Stanley.
La diversificación también ayuda. El fondo JOHCM de Acciones de Capitalización Mediana y Pequeña de Mercados Emergentes incluye cerca de 110 acciones en su portafolio, más de lo que usualmente mantiene, según los gestores de cartera Emery Brewer e Ivo St Kovachev. Las acciones de algunas empresas más pequeñas se beneficiarán de una perspectiva de crecimiento positiva para las firmas individuales incluso si vientos en contra sacuden el mercado general, dijeron.
Ese fondo ha ganado 3,5% en lo que va del año, superando a 99% de los 856 fondos de mercados emergentes diversificados, según Morningstar. Menos de 2% de los fondos de acciones de países emergentes seguidos por la firma están en terreno positivo este año. El fondo promedio ha perdido 9,4%.
Carolyn Cui y James Ramage