En EE.UU. guardan el maíz para elevar el precio
Darrel Gingerich, un agricultor de Illinois, obtuvo una enorme cosecha de maíz este año gracias a un clima casi perfecto. Ahora, está guardando el grano para más adelante.
"No vendí más de lo que necesitábamos para cubrir nuestros costos este año", dice el agricultor de 53 años.
Gingerich es uno de los muchos agricultores de la región centro-norte de Estados Unidos que decidieron almacenar sus cosechas al observar a mediados de año un descenso de los precios. La estrategia colectiva ha dado resultados y desde septiembre ha contribuido a un aumento de 15% en los futuros de maíz y de 10% en los contratos de soya, que también es producto de una cosecha lenta en EE.UU. y alzas en otros mercados agrícolas.
El avance del precio del maíz en octubre y noviembre, el período de cosecha en EE.UU., fue el mayor para ese lapso en ocho años y el segundo mayor en más de tres décadas, mientras que el incremento de la soya fue el mayor en cinco años.
Los agricultores también han causado que algunos inversionistas y firmas de corretaje registren pérdidas, ya que habían apostado que cosechas récord de 14.400 millones de bushels de maíz y de casi 4.000 millones de bushels de soya este año, pronosticadas por el Departamento de Agricultura de EE.UU., mantendrían la presión sobre los precios.
Las firmas de corretaje agrícola Global Ag LLC y Bharwani Asset Management LLC registraron pérdidas de más de 19% en ciertos fondos de commodities en octubre, cuando no se materializaron sus apuestas a que los precios seguirían bajando.
Como tienen tanto efectivo tras cosechas récord y precios sólidos en los años previos, los agricultores pueden más que nunca retener su propio maíz y soya, lo que obliga a los procesadores de granos y a los productores de alimentos a pagar más para lograr que los granjeros vendan sus cultivos.
"Los agricultores ejercen un mayor control (sobre los precios de los granos y las oleaginosas) que antes", dice David Durra, director de AgSpread Analytics Inc., una firma de corretaje de commodities de Chicago. "Los agricultores pueden crear una escasez en momentos de abundancia con sólo negarse a vender".
El miércoles, el maíz para entrega en diciembre, el contrato con vencimiento más próximo, aumentó un centavo de dólar, o 0,27%, a US$3,68 el bushel en la Chicago Board of Trade. El alza de siete semanas que registra el maíz —el principal cultivo estadounidense por valor— ha reducido su caída en lo que va del año a alrededor de 12,62%. El año pasado, los precios del maíz cayeron 40% debido a una cosecha récord.
La soya para entrega en enero, el contrato con vencimiento más próximo, aumentó el miércoles 2,5 centavos de dólar, o 0,28%, a US$9,98 por bushel, debido en parte al clima húmedo que retrasó la cosecha de fin de año en EE.UU. y por los mayores precios de materias primas relacionadas.
El impulso cobró más fuerza cuando gestores de dinero, incluidos fondos de cobertura, se sumaron al mercado del maíz de US$24.500 millones cuando los precios subieron, apostando a mayores aumentos. Al 25 de noviembre, la cantidad de apuestas optimistas realizadas por fondos gestionados superaba las pesimistas en alrededor de 207.000 contratos, un incremento de 63% frente al mes previo, según datos de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC, por sus siglas en inglés).
El cambio abrupto tomó por sorpresa a inversionistas como Global Ag, que habían anticipado que los precios del maíz y la soya caerían, según una carta a los inversionistas el mes pasado. La firma de commodities agrícolas registró una caída de 19,1% en su principal fondo en octubre. De enero a octubre, el fondo perdió 10,9%, según datos en su sitio web.
Otras firmas, en cambio, registraron grandes avances en octubre al anticipar un repunte de los precios. Un fondo de County Cork LLC informó que subió 22,5% ese mes gracias a apuestas oportunas en los mercados de soya.
La renuencia de los agricultores a vender presenta un desafío para las grandes firmas de corretaje y procesamiento de granos como Archer Daniels Midland Co., Bunge Ltd. y Cargill Inc., que compran cultivos y los convierten en alimento para animales y otros productos. Si los agricultores no venden sus cosechas, estas firmas de commodities pueden terminar pagando precios más altos por los cultivos, lo cual reduce sus márgenes de ganancia.
Algunos analistas prevén que el alza de los precios de los cultivos pierda fuerza, al señalar que los agricultores no pueden almacenar el maíz para siempre, dadas sus demandas financieras.
La retracción de los cultivadores de maíz en EE.UU. ha resultado beneficiosa para los agricultores en Brasil. Además de un alza ligera de los precios internos, las exportaciones del grano se aceleraron, ocupando el vacío dejado por los productores estadounidenses.
"En noviembre, las exportaciones de maíz de Brasil llegaron a 1,6 millones de toneladas. Nuestra estimación más optimista era de 900.000 toneladas ", dice Nery Ribas, director técnico de la Asociación de Productores de Soya y Maíz del estado de Mato Grosso.
Según Ribas, después de guardar la cosecha en busca de mejores precios, los productores comenzaron a vender recientemente. La asociación estima que 25% de las 75 millones de toneladas de maíz cosechado esta temporada aún están en manos de los agricultores, frente a un volumen guardado de 60% hace unos meses.
A diferencia de EE.UU., Brasil no tiene suficientes silos. Según un estudio reciente realizado por Carlos Cogo Consultoria Agropecuária, el déficit de almacenamiento en Brasil alcanza 20% de la producción de granos.
—Eduardo Magossi contribuyó a este artículo.